Desde la perspectiva celestial ...
Se cuenta que un hombre, al pasear por la ciudad, vio a dos albañiles trabajando cerca de una plaza. Se acercó y preguntó a uno de ellos: "¿Qué estás haciendo?" - "Estoy poniendo ladrillos", respondió. - Preguntó al otro albañil: "¿Qué estás haciendo?" - "Estoy edificando una gran catedral."
Dos
personas pueden hacer la misma cosa, pero con una
perspectiva muy distinta. ¿Eres maestro de Escuela
Dominical o profesor de niños? ¿Eres padre o madre y
tienes que educar a tus hijos? Entonces, ¿cuál sería
tu respuesta a la pregunta: Qué estás haciendo? -
Algunos dirían: "Estoy solamente cuidando a unos
niños." Pero Dios tiene una perspectiva muy
distinta.
Cuando Dios mira desde el cielo, El ve no solamente a
"unos niños". El ve en cada niño un plan
maravilloso para una vida entera, un plan diseñado por
El mismo. Además, El ve a todas las personas con quienes
este niño se va a relacionar durante su vida, y para
quienes este niño puede ser una bendición. El ve un
"edificio" grande donde nosotros vemos
solamente "unos ladrillos". Cuando enseñas a
los niños los caminos del Señor, puedes traer
bendición a una generación entera:
"... habiendo de ser Abraham
una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas
en él todas las naciones de la tierra. Porque yo sé que
él mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que
guarden el camino del Señor, haciendo justicia y
juicio..." (Génesis 18:18-19)
Hace
muchos años tuve el privilegio de conocer una iglesia de
niños en Kenya. La iglesia consistía de aproximadamente
150 niños y también algunos jóvenes y adultos. Ellos
tenían su coro de alabanza que eran todos niños.
Tenían sus diáconos y ujieres que eran niños. Algunos
de los maestros de la Escuela Dominical también eran
todavía niños. El pastor me mostró la iglesia y me
dijo: "Aquí en mi iglesia hay ingenieros, abogados,
médicos, congresistas, docentes ... Todavía no lo son.
Pero algunos de estos niños recibirán una buena
educación y serán personas de influencia en nuestro
país. ¡Cuán importante es que estas personas sean
cristianos!"
Me admiré de la visión que tenía aquel pastor. El era
capaz de ver el "gran edificio" que Dios iba a
edificar de los niños que estaban en su iglesia.
¿Puedes verlo tú también?
(Obviamente, hubiera sido mejor todavía si aquella iglesia se hubiera centrado en las familias, como lo hizo la iglesia primitiva. Pero en el caso de aquella iglesia, los padres de la mayoría de los niños no eran cristianos.)
El mismo Señor Jesús nos enseña cuan importantes son los niños para Dios:
"Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe." (Mateo 18:5)
"Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar." (Mateo 18:6)
"Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos." (Mateo 18:10)
En la Biblia encontramos también muchos ejemplos de niños que recibían grandes promesas de Dios a una edad muy temprana:
Como maestros y como padres somos colaboradores de Dios. Ayudamos a edificar este "edificio" maravilloso que El tiene planeado para la vida de cada uno de los niños que están a nuestro cuidado.
"Si piensas en fruto para un año, siembra trigo.
Si piensas en fruto para diez años, planta un árbol.
Si piensas en fruto para cien años, educa a un niño."
(Según un proverbio chino)
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