El pueblo de Dios: una familia extendida
El pueblo de Israel tiene su origen en tres generaciones de familias: la familia de Abraham, de Isaac y de Jacob. La nación de Israel son los descendientes de Jacob y de sus hijos. De cada hijo de Jacob surgió una de las doce tribus de Israel. El orden de tribus, linajes y familias se mantuvo a lo largo de la historia:
"Los hijos de Israel acamparon cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres..." (Números 2:2) La continuación del capítulo detalla para cada tribu el lugar donde tenía que acampar durante el viaje por el desierto. (En los idiomas originales de la Biblia, la palabra "casa" significa también "familia".)
"Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; (...) por las tribus de vuestros padres heredaréis." (Números 33:54) - A cada tribu le fue asignado un territorio específico en la tierra prometida. (Vea también Josué cap.14-19.)
"Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que el Señor tomare (al echar la suerte), se acercará por sus familias; y la familia que el Señor tomare, se acercará por sus casas; y la casa que el Señor tomare, se acercará por los varones..." (Josué 7:14) - Este fue el procedimiento para descubrir quien del pueblo había pecado. Se nota claramente la organización del pueblo por parentesco. El mismo procedimiento se aplicó para confirmar la elección de Saúl como rey (1 Samuel 10:20-21).
Todavía muchos siglos después, Nehemías organizó
el pueblo según familias para defender el muro de la
ciudad:
"Entonces por las partes bajas del
lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse
al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y
con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los
nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No
temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y
temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros
hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por
vuestras casas." (Nehemías 4:13-14)
La fiesta judía más importante, la Pascua, se
celebra en familia:
"En el diez de este mes tómese cada uno
un cordero según las familias de los padres, un cordero
por familia." (Exodo 12:3)
"...Guardaréis esto por estatuto para
vosotros y para vuestros hijos para siempre. ... Y cuando
os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?,
vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de
Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los
hijos de Israel en Egipto ..." (Exodo
12:21-27)
En la celebración de la pascua, un hijo (normalmente el
menor) tiene que iniciar la conversación con esta
pregunta. En respuesta, el padre enseña a su familia la
historia de la pascua y dirige la celebración.
Markus Jerominski describe como esta conciencia de ser una familia extendida, está todavía presente en la Israel actual:
"Durante mi estadía en Israel
entendí que la cultura judía es esencialmente una
cultura de la familia. En su centro está la mesa
familiar donde se come juntos y se llevan discusiones
profundas acerca de las Sagradas Escrituras. (...)
Nosotros somos muy influenciados por el espíritu griego:
Diseñamos teorías bonitas, y asistimos a reuniones
donde casi nadie participa activamente. (...) En el
judaísmo, en cambio, se trata de "ver como se
hace" una cosa. Uno se reúne alrededor de la mesa
familiar. Allí se conversa acerca de los asuntos de la
vida diaria y de asuntos espirituales. Todo sucede en el
diálogo mutuo. Durante mis seis años en Israel, Dios me
quitó el filtro que yo tenía ante mis ojos al leer la
Biblia.
(...) La familia es al mismo tiempo una parte de un
contexto más amplio, la familia extendida o estirpe. De
esta manera, los judíos sobrevivieron como una minoría
en medio de un entorno hostil. Los judíos mantenían
esta conciencia: 'Nosotros los judíos, el pueblo
escogido de Dios, tenemos que estar juntos.' Sin embargo,
el individuo no es absorbido por el colectivo. Se
incentivan las habilidades y talentos individuales de
cada uno.
Si alguien llega a sobresalir por su riqueza, poder e
influencia, entonces tiene una responsabilidad hacia el
pueblo judío. Esto se nota hasta hoy en Israel, donde
judíos ricos del mundo entero envían ofrendas para los
pobres, los débiles y los discapacitados. Además, todos
saben que pertenecen a una familia grande, a un clan
donde todos se apoyan mutuamente. En una tal familia
extendida hay siempre un plato de sobra, una cama libre,
o alguna otra ayuda material, espiritual o práctica. Si
los miembros viven cerca, la familia extendida se reúne
regularmente - no solamente para ocasiones especiales -,
comen juntos y comparten sus experiencias."
(...)
Para reflexionar: Compare su
propia cultura con esta cultura familiar de Israel.
¿Qué diferencias observa?
¿Qué elementos de esta cultura familiar existen
también en su propia cultura?
- Si usted quisiera dar a la familia la misma importancia
como lo hace Israel, ¿en qué aspectos tendrá que
"nadar contra la corriente" de su propia
cultura?
- Haga un intercambio de pensamientos en el grupo.
La iglesia temprana: La continuación de la familia extendida de Dios
Estos mismos principios continuaron en la primera comunidad cristiana, la "iglesia". (En realidad es problemático usar esta palabra "iglesia". Esta palabra cambió su significado radicalmente, a lo largo de la historia. Lo que hoy entendemos con "iglesia", es muy diferente de lo que era en el tiempo del Nuevo Testamento.) La iglesia temprana era también una familia extendida, al igual que el pueblo de Israel. Toda la vida de la comunidad cristiana estaba completamente centrada en las familias.
El lugar de reunión de los primeros cristianos era la casa. (Ya hemos visto arriba, que en los idiomas originales de la Biblia, "casa" equivale a "familia".) El Nuevo Testamento menciona, entre otras: "la iglesia en la casa de Priscila y Aquila" (1 Cor.16:19), "la iglesia en la casa de Ninfas" (Col.4:15), "la iglesia en la casa de Filemón" (Filemón 2). Gayo es llamado "hospedador mío y de toda la iglesia" (Rom.16:23). Hechos 2:46 dice que los primeros cristianos "partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón." (Nos recordamos como en la cultura judía, todo revuelve alrededor de la mesa familiar.) También en Hechos 5:42: "Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y anunciar a Jesucristo." (Vea además Hechos 2:2, 8:3, 11:11-15, 12:12, 16:31-34, 16:40.)
Ellos no tenían locales especiales para reunirse. La iglesia temprana siempre enfatizaba que Dios no vive en una casa hecha por manos:
"Jesús le dijo: Mujer,
créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en
Jerusalén adoraréis al Padre. (...) Dios es Espíritu;
y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren." (Juan 4:21-24)
"...si bien el Altísimo no habita en templos hechos
de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la
tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me
edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi
reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?"
(Hechos 7:48-50)
"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en
él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no
habita en templos hechos por manos humanas..."
(Hechos 17:24)
Todavía al inicio del siglo III, el apologista Minucio Félix confirma que los cristianos no construían templos:
"¿Pero piensas que ocultamos lo
que adoramos, porque no tenemos templos ni altares? -
Pero ¿qué imagen haría yo de Dios, si, pensándolo
detenidamente, el hombre mismo es la imagen de Dios?
¿Qué templo le construiría yo, si todo este mundo
creado por Su obra no puede contenerle? Y si yo, un
hombre, puedo moverme a lo largo y a lo ancho,
¿encerraría el poder de una majestad tan grande en un
solo edificio pequeño? ¿No es mejor pensar en El en
nuestra mente, y santificarlo en lo más interior de
nuestro corazón?"
(Minucio Félix, "Octavio", capítulo 32 -
aprox. 210 D.C.)
¿Por qué entonces dice que los
cristianos en Jerusalén se reunían también "en el
templo"? - El templo en Jerusalén era un edificio
judío, no cristiano. Dios mismo había ordenado
construirlo (2 Sam.7:13). Pero Dios dijo claramente que
éste era el único lugar en el mundo entero,
donde el pueblo de Israel podía ofrecerle sacrificios
válidos (Deut. 12:5-14). Por eso, ningún otro edificio
del mundo puede llamarse "templo de Dios." - El
templo en Jerusalén fue destruído en el año 70 D.C.
Esta fue una clara señal de Dios, de que el antiguo
orden del templo había pasado. En el Nuevo Testamento,
el "templo de Dios" es la comunidad de los
cristianos. O sea, el templo del Nuevo Testamento no
consiste en piedras, consiste en personas y es
un "edificio vivo". (1 Cor.3:9-11.17,
Ef.2:19-22, 1 Pedro 2:4-5).
El templo en Jerusalén consistía en una casa
relativamente pequeña, y una plaza muy extensa alrededor
(el atrio). En la misma casa podían entrar solamente los
sacerdotes. El atrio, en cambio, era una plaza pública
que servía también de mercado, y también los rabinos
enseñaban allí. Así usaban también los apóstoles
este atrio para hablar en público. En particular, usaban
el lugar llamado "pórtico de Salomón" (Hechos
5:12), un pórtico abierto en uno de los lados de la
plaza. Estas eran entonces reuniones públicas al aire
libre.
Estas "iglesias en casas" (probablemente una unión de varias familias que vivían cerca los unos de los otros) formaban entonces algo como "clanes" o "linajes" espirituales, y juntos con los otros "clanes" de la ciudad, formaban la familia espiritual extendida de su ciudad ("la iglesia en Efeso", "la iglesia en Corinto", etc.). Así dice Efesios 2:19 que los cristianos son "miembros de la familia de Dios".
En particular, la "cena del Señor" es la continuación de la Pascua judía (Mateo 26:17-29). Como la Pascua se celebraba en las familias, así también la cena del Señor. ("partían el pan en las casas", Hechos 2:46). Como el padre de la familia judía se encarga de la celebración de la Pascua, así se encargaba el padre de la familia cristiana de la celebración de la cena del Señor. No se necesitaba a ningún "sacerdote", "pastor" o "ministro" para eso.
Es importante entender que estas iglesias en casas no eran simplemente "células" sujetas a una organización grande y centralizada, como lo tienen muchas iglesias grandes hoy en día. No, la iglesia en casa era una iglesia completa, y en gran medida independiente. Pablo en sus cartas se refiere a ellas siempre como "iglesias", no solamente "grupos" o "células".
Obviamente estaban las familias unidas en estas reuniones. Algunos pasajes en las cartas de los apóstoles a las iglesias, se dirigen directamente a los niños (Ef.6:1-3, Col.3:20, 1 Juan 2:12-13). Entonces los niños estaban presentes cuando estas cartas fueron leídas.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento vemos
con frecuencia que familias enteras se deciden
seguir al Señor. Así dice Dios en su llamado a Abraham:
"...y serán benditas en ti todas las familias
de la tierra." (Génesis 12:3).
Josué se comprometió a servir al Señor con su familia
entera: "...pero yo y
mi casa serviremos al
Señor." (Josué 24:15)
En el libro de Hechos leemos que se entregaron al Señor,
Cornelio con "sus parientes y amigos más
íntimos" (Hechos 10:24.44), Lidia "y su
familia" (Hechos 16:15), y el carcelero con
"todos los que estaban en su casa" (Hechos
16:31-34).
La autoridad en la familia extendida de Dios
Los siguientes versos nos demuestran que
según el propósito bíblico, el padre terrenal es
reflejo de lo que es Dios como Padre:
Mat.7:9-11: "¿Qué hombre hay
de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una
piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan?"
Ef.3:14-15:
"Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de
nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda
familia (literalmente: paternidad)
en los cielos y en la tierra"
Hebr.12:7-9: "Por
otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos
disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y
viviremos? Y aquéllos (los padres terrenales),
ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a
ellos les parecía, pero éste (Dios)
para lo que nos es provechoso, para que participemos de
su santidad."
Ya hemos visto que Dios ha puesto al padre como cabeza de la familia. Ahora, este mismo principio continúa en la familia extendida, el pueblo de Dios.
Mike Dowgiewicz ( http://www.restorationministries.org ) escribe:
"Los ancianos siempre fueron los
líderes autorizados del pueblo de Dios, tanto en la
antigua Israel como en la iglesia temprana. Ser un
anciano, un zakén (la palabra hebrea), fue la
cúspide de la vida de un hombre sabio. Vamos a detallar
como alguien llegó a ser un anciano:
Hombres israelitas que demostraron una sabiduría
excepcional al ejercer autoridad, fueron promovidos a
posiciones de mayor liderazgo. Aquellos padres de familia
que tenían sabiduría excepcional, se volvieron ancianos
de su familia extendida (linaje, estirpe). Los ancianos
excepcionalmente sabios de una familia extendida se
volvieron ancianos de su tribu. Algunos de éstos
prosiguieron a ser asesores del rey, para el bien de la
nación entera. La sabiduría fue un elemento
clave en su progreso.
El liderazgo a cada nivel era personal. En cada
nivel, las personas estaban en contacto cercano con los
hombres que tenían autoridad. Cada anciano estaba
consciente de que él estaba levantando a sus propios
sucesores. (En el sistema nicolaita actual, una comisión
encarga a un clérigo de afuera, ¡aunque nadie en la
congregación tenía anteriormente alguna relación
personal con él!)"
Así surgió la autoridad de manera natural desde las
familias, y de allí a las familias extendidas, y así
sucesivamente hasta el nivel nacional. Cada anciano
estaba rodeado por una "red de seguridad" de
personas cercanas a él, que lo conocían personalmente
desde hace muchos años. Por esta cercanía personal,
ellos podían avalar y fortalecer la autoridad del
anciano; pero podían también corregirle cuando el
anciano estaba en error.
En el concepto bíblico de autoridad no existe ninguna
"inmunidad": Un líder tiene que recibir
corrección de los demás, igual como cualquier
"miembro común". La base para toda corrección
es la palabra de Dios; y cada miembro del pueblo de Dios
puede aplicar la palabra de Dios para evaluar y corregir
a cualquier otro miembro, aun a un líder. Para ilustrar
este principio, Dios escogió a menudo como profetas a
hombres que no tenían ningún "liderazgo", y
los envió para corregir y amonestar a los reyes.
Notamos también que la primera prioridad para cada padre era su propia familia. Bíblicamente, ser un buen esposo y padre, es mucho más importante que ser un buen trabajador, jefe, miembro de iglesia o anciano. Según los principios bíblicos de autoridad, alguien que no era un buen esposo y padre, nunca iba a ser reconocido como autoridad en alguna otra área de la vida (sea en el trabajo, en la política, o en la iglesia). Por eso, una gran parte de este curso se ocupará de la buena paternidad.
Por tanto, es un requisito importante para alguien que desea tener autoridad en la comunidad cristiana, "que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)" (1 Tim.3:4-5).
Hijos del Altísimo - http://www.altisimo.net -