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Capacitación para el ministerio con niños

Prevención contra algunos de los grandes enemigos de la niñez y de la adolescencia

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En "Una visión bíblica acerca de los niños" hablamos brevemente sobre los ataques del enemigo contra los niños. Ahora trataremos de tres de estos enemigos en particular, y como podemos preparar a los niños para que no caigan en sus manos:

- las adicciones (alcohol, drogas)
- el abuso, particularmente el abuso sexual
- las influencias satánicas.

No es posible dentro de este curso hablar sobre la ayuda a aquellos que ya son víctimas. Pero hablaremos sobre prevención: Como padres y maestros, podemos hacer mucho para disminuir la influencia del enemigo sobre la niñez.


Las adicciones

¿Qué es una adicción?

¡Nadie se decide a volverse adicto! Es el resultado de un proceso lento:

1. Una costumbre que hace que uno se sienta bien.
Uno descubre que al tomar alcohol, consumir alguna droga o algún medicamento, etc, se siente relajado, aliviado, o alegre y animado.
En esta etapa inicial, uno todavía no es adicto: Podría dejar la costumbre en cualquier momento, si quisiera. Pero si uno no está consciente del peligro, avanzará rápidamente a las siguientes etapas:

2. Un deseo fuerte de "sentirse bien" cada rato; dependencia emocional.
La persona que está en camino a la adicción, desea experimentar esta emoción agradable otra vez y otra vez. Entonces vuelve a consumir la droga vez tras vez. Pero descubrirá también que necesita cada vez una dosis más fuerte para llegar a la misma sensación agradable. Además, después de pasar el efecto de la droga, uno se siente vacío y deprimido. Con esto aumenta el deseo de volver a consumirla, hasta que el deseo se vuelva irresistible. Entonces el adicto ya no controla su deseo, sino el deseo le controla a él. Esto es lo que entendemos con "adicción".

3. Dependencia de la costumbre; su ausencia causa sufrimiento emocional y dolores físicos.
En esta etapa hablamos de una dependencia física. Ya no es solo una atracción emocional hacia la droga: el mismo cuerpo del adicto "necesita" la droga y reacciona con dolor si no la recibe.
Al llegar a esta etapa, el adicto empieza a sufrir bajo su adicción. Muchos ahora desearían dejar su adicción, pero ya no pueden: encuentran que son cautivos.
No todas las drogas causan dependencia física. El tabaco y la marijuana, por ejemplo, normalmente no causan dependencia física. (¡Pero sí causan daños físicos!) - Las "drogas fuertes", como p.ej. la heroína, pueden causar dependencia física desde la primera vez que se consumen, por lo cual son muy peligrosas. - El alcohol causa dependencia física en algunas personas, mientras en otras no.

4. Pérdida total del control.
En esta etapa, uno hará cualquier cosa (faltar al trabajo; robar; engañar; abandonar a su familia) para poder seguir en su adicción. La droga se ha convertido en la cosa más importante de su vida y domina al adicto completamente; ninguna otra cosa le importa más. - No todos los adictos llegan a esta etapa.

La adicción es a la vez una atadura espiritual que lleva cautiva la voluntad del adicto. Por eso es imposible para un adicto liberarse con propias fuerzas (vea Rom.7:15-20).

Caminos a la adicción
Si las drogas nos hacen daño y los peligros de la adicción son tan grandes, ¿por qué la gente las consume?
Son dos formas, sobre todo, como las drogas pueden convertirse en una gran tentación:

- Una "salida fácil" para escapar de frustraciones, heridas, o situaciones desagradables.
Especialmente los jóvenes que sufren de problemas personales y familiares, falta de amor, soledad, fracasos en estudio y trabajo, etc, caen en esta trampa. Descubren que la droga alivia por algún tiempo el dolor emocional que sienten. De ahí muchos alcohólicos dicen: "Bebo para olvidar".

- La presión del grupo o de la sociedad.
Sobre todo los adolescentes son muy vulnerables a la presión de parte de sus compañeros: "¡Pruébalo, una vez no más! ¡No seas cobarde!" - Por temor a que los demás se rían de ellos, o que los excluyan de su grupo, participan en el consumo de drogas. Otros se dejan llevar por la pura curiosidad: "Quiero saber cómo se siente".
Pero aun los adultos se dejan influenciar de esta manera. En muchos círculos sociales se espera que todos los presentes tomen alcohol, y muy pocos tienen la valentía de decir "No".

Prevención contra las adicciones:
Podemos prevenir las adicciones si ayudamos a los niños a mantenerse lejos de los mencionados caminos a la adicción. Esto significa mostrarles una salida mejor para sus frustraciones y heridas; y fortalecerlos para que puedan resistir la presión del grupo.

Podemos entrenar al niño que aprenda a:

  • Descubrir y expresar sinceramente sus emociones. (Sal.62:8)
    Cuando el niño o adolescente siente que tiene la libertad de expresarse (ante Dios, y ante personas en quienes confía), entonces tiene menos necesidad de huir a las drogas.
  • Experimentar el amor, consuelo, ánimo, etc... de Dios. (2 Cor.1:3-6)
    Dios promete consolarnos y fortalecernos. (Vea también "Conocer a Dios como Padre".) Quien ha conocido el consuelo de Dios, ya no necesita el falso consuelo de las drogas.
  • Disfrutar de una manera sana de la creación de Dios. (Ecl.2:24, 1 Tim.4:3-5)
    Dios creó, por ejemplo, muchos alimentos agradables que podemos disfrutar con gratitud hacia El. El creó muchos paisajes hermosos que podemos admirar. Estas, y otras, son maneras legítimas como podemos "sentirnos bien" sin ser llevados a la adicción. (El consumo de drogas, por el otro lado, es un mal uso de la creación de Dios.)
  • Desarrollar hábitos y pasatiempos sanos que puedan servir de "salida" para frustraciones y emociones heridas, sin llevar a la adicción (p.ej. deportes, música, trabajos manuales, conversar con alguien que te comprende, escribir diario, etc...). Los niños y jóvenes necesitan descubrir actividades sanas para recrearse.
  • Resistir a la presión del grupo.
    Daniel es un buen ejemplo de un joven que vivía rodeado de personas que querían llevarlo al pecado, pero él se mantuvo firme. (Dan.1:8-15) Podemos aprender de él:
    - Una decisión firme de mantener sus principios. "Daniel propuso no contaminarse". El hizo esta decisión antes que viniera la tentación. Es necesario discutir con los niños situaciones como estas: ¿Qué harías si alguien te ofreciera una cerveza? - ¿Qué harías si estuvieras en un grupo donde todos fuman, y se ríen de ti si no participas?
    - El se juntó con otros que pensaban como él. Los tres amigos de Daniel se fortalecieron mutuamente. Si encuentras a un solo compañero que hizo la misma decisión firme como tú, entonces los dos juntos van a ser mucho más fuertes contra los demás.
    - El confiaba en la ayuda de Dios, y dio más importancia a la opinión de Dios que a la opinión de los hombres. "El temor al hombre pondrá lazo; pero el que confía en el Señor será exaltado." (Prov.29:25) - Lea también Rom.12:2.

OJO: Muchos autores seculares creen que se puede prevenir la adicción, simplemente con dar informaciones sobre los efectos dañinos del alcohol y de las drogas. ¡Esto no es suficiente! La mayoría de las personas que prueban alcohol o drogas por primera vez, saben muy bien acerca de los peligros, pero su curiosidad y la tentación son más fuertes. - La información sobre las drogas es, sin duda, una parte de la prevención. Pero la información por sí misma, sin los puntos arriba mencionados, incluso puede aumentar la curiosidad de "probarlo una vez".

"¿Por qué los evangélicos dicen que no hay que tomar alcohol, si Jesús mismo tomaba vino?"
A menudo estamos confrontados con esta pregunta. Algunos preguntan así para justificar su alcoholismo; pero otros por un interés genuino en conocer la voluntad de Dios.
Podemos responder lo siguiente:
Es cierto que la Biblia menciona en varios casos el consumo de vino como algo normal (Juan 2:7-10, Mateo 26:27-29, 1 Tim.5:23). Pero siempre advierte contra los excesos y contra la borrachera (Prov.20:1, 21:17, 23:29-35, Is.28:7, Os.4:11, Hab.2:5, Ef.5:18, 1 Tim.3:3).
En la cultura oriental de aquellos tiempos, el vino era una bebida común. Se tomaba con moderación, y hasta hoy, el alcoholismo es muy poco frecuente en aquellas regiones. La situación en el Perú es muy diferente, pues aquí hay un alto índice de alcoholismo; y aun de los que no son alcohólicos, muchos están propensos a caer en la adicción. Muchos alcohólicos han sido liberados después de entregarse a Cristo; pero es importante saber una cosa: Alguien que ha sido alcohólico, no debe volver a tomar nunca más. Si vuelve a tomar, inmediatamente recaerá en la adicción.
Entonces, tenemos que aplicar la palabra en Romanos 14:13-22: "...decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. ... No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. ... Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ..."
Por eso, en un ambiente donde el alcoholismo es tan frecuente, hay buenas razones para que un cristiano se abstenga completamente del alcohol, por más que cree que él personalmente pueda "tomar con moderación". Se abstiene por amor a sus prójimos, para no ser tropiezo para ellos.


El abuso

Hablamos de abuso, cuando una persona utiliza su autoridad, poder, posición, o la confianza que otros ponen en ella, para satisfacer sus propios deseos a expensas de una persona que depende de ella, obligándola a hacer algo que la víctima no haría por su voluntad propia.
Esta definición incluye diferentes aspectos:
- La víctima se encuentra en una posición de dependencia o debilidad frente al abusador.
- El abusador se aprovecha de esta dependencia o debilidad, para satisfacer sus deseos egoístas.
- La víctima es engañada, manipulada, o forzada, a hacer algo en contra de su propia voluntad.
- La privacidad e integridad personal de la víctima es invadida de manera violenta.
Con lo dicho ya podemos entender que las víctimas del abuso son casi siempre los más débiles. Por eso, un gran número de víctimas de abuso son niños.

Se distinguen diferentes formas de abuso:

  • abuso físico (maltrato, tortura, etc.)
  • abuso sexual (violación, incesto, exposición forzada a pornografía, etc.)
  • abuso económico (explotación en el trabajo, exigencia de cuotas forzadas o sobornos, etc.)
  • abuso emocional (ejerciendo presión psicológica)
  • abuso espiritual (usando el nombre de Dios, o una posición de liderazgo religioso, para presionar a la víctima).

(Vea "Las ovejas del Perú", capítulo 3)

Prevención contra el abuso:
No hay receta para evitar que un niño sufra abuso o maltrato. Pero podemos fortalecer su capacidad de resistir a personas que quieren invadir su esfera íntima, y de expresarse y de buscar ayuda en caso que suceda.

  • Dejar que Dios nos examine primero a nosotros:
    ¿Todavía tenemos propias heridas? ¿Todavía hay algún comportamiento manipulador en nosotros mismos? Dejar que Dios nos cambie.
  • Edificar la autoestima de los niños; darles ánimo y aprecio.
    Cuando el niño comprende que es creado en la imagen de Dios, como persona especial y única, y que Dios pagó un precio por él, entonces desarrolla una autoestima saludable. - El mundo, en cambio, intenta edificar la autoestima sobre una base equivocada: nuestros logros, nuestra inteligencia, nuestra apariencia exterior, o simplemente el hecho de que somos humanos. Pero la única base verdadera es el valor que Dios mismo nos da.
  • Ayudar a que los niños conozcan a Dios tal como es: fiel (no miente), en tu favor, respetuoso, consolador, etc.
  • Enseñar y demostrar: Tú mereces respeto, que otros respeten tus "fronteras personales". El respeto es algo mutuo: no solo los padres o profesores merecen ser respetados, sino también los niños.
  • Ayudar a discernir entre culpabilidad y vergüenza.
    La vergüenza es un sentimiento equivocado de culpa e inferioridad, que se refiere a lo que somos como personas. ("Soy inútil, soy un fracaso, no sirvo para nada...") En cambio, la culpabilidad es la reacción correcta de la conciencia cuando hicimos algo malo. Nos da la oportunidad de arreglar el asunto y recibir perdón, sin afectar nuestro valor como persona. ("Cometí un error; tengo que arreglarlo.")
    Muchas víctimas de abuso sienten vergüenza, y les parece como si ellos mismos tuvieran la culpa de lo que sucedió. Además, muchos se sienten culpables cuando no hacen lo que el abusador exige de ellos, o cuando hablan con alguien acerca de lo que sucedió. Esta es una falsa culpabilidad que debe ser rota, porque no tiene nada que ver con un pecado cometido.
  • Descartar enseñanzas equivocadas
    tales como: "Nunca digas no a un adulto"; "Haz todo lo que dice el profesor, la tía X, etc."; "Cállate si conversamos entre adultos".
    Es cierto que normalmente, el niño debe obedecer. Pero también necesita saber que no debe obedecer cuando un adulto exige algo inmoral de él (Hechos 5:29).
  • Aún el tema de la sexualidad se puede incluir, de manera prudente, en la enseñanza.
    Este es en primer lugar un asunto de la familia. La educación sexual es algo tan personal que no debe tener lugar en la educación pública. (Incluso podemos clasificarlo como una forma de abuso, si un niño es expuesto a una enseñanza explícita sobre sexualidad en un lugar público.) Entonces, en primer lugar debemos capacitar a los padres para que hablen con sus hijos acerca del sexo, por supuesto según los principios morales de la Biblia. - Lo que se puede hacer en una reunión de la iglesia, es enseñar sobre el cuidado del cuerpo y la santidad del cuerpo (1 Cor.6:15.20); decir al niño que otras personas deben respetar su cuerpo y especialmente las zonas íntimas de su cuerpo.
  • Dar lugar para que las "leyes": "No hables", etc, sean rotas.
    Tenemos que tomar en serio las emociones y preocupaciones del niño. Podemos dar oportunidades a los niños para expresarse p.ej. por medio de dibujos o de dramas, o conversar inventando situaciones y cuentos. Se puede dar un tema como: "La familia", "Buenos y malos secretos", "Algo que me da miedo", etc.
  • Si sospechamos que hay cierto problema en la vida de un niño:
    Dejar que Dios haga Su propia obra en los niños, no imponerles nuestros propios conceptos, ni forzar nada. No podemos presionar a un niño que nos diga lo que sucedió; tenemos que esperar el momento apropiado cuando el niño se abra por sí mismo.
  • Si algo sale a la luz o un niño nos confía algo que sufrió:
    orar por el proceso de sanidad; buscar la dirección de Dios cómo seguir adelante: cuánta responsabilidad podemos asumir si se trata de ayudar a un niño en una situación familiar difícil. - Ayudar a un niño abusado requiere un compromiso grande. A menudo el abusador es un miembro de la familia; entonces puede ser necesario separar temporalmente al niño de su familia, y/o enfrentar un proceso legal. Todo esto no se puede hacer sin la ayuda de personas con mucha experiencia. (Y hay que tomar en cuenta que aun las instancias correspondientes del gobierno, no siempre actúan de forma correcta.)

Las influencias satánicas

La Biblia nos habla sobre la realidad de satanás y sus demonios; y no debe sorprendernos que ellos tratan de acercarse particularmente a los niños. Y donde satanás gana algún terreno en un niño, habrá grandes problemas y ataduras en su vida espiritual y familiar. ¡Las familias cristianas no son automáticamente protegidas contra estas influencias! La advertencia de Pedro se dirige a los cristianos: "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe" (1 Pedro 5:8-9).
Hoy en día, los niños están rodeados de oportunidades para entrar en contacto con los demonios y experimentar con prácticas del ocultismo:

  • Muchos dibujos animados y películas de la televisión, enseñan a usar magia y hechizos, a confiar en espíritus guías, y a utilizar poderes sobrenaturales. Muchas veces, estos espíritus se presentan como "amables" y "bonitos", con lo que los niños son más fácilmente seducidos. Los niños no van a contentarse con solo mirar; ellos van a poner en práctica lo que vieron.
  • Muchos juguetes representan también a estos personajes del ocultismo, y animan aun más a los niños a hacer lo que ellos hacen.
  • Las prácticas de adivinación, chamanismo, espiritismo, etc, están generalmente en aumento. Juegos ocultistas, como p.ej. la ouija, son un pasatiempo común para los alumnos de muchos colegios.

Aun donde no hay una influencia tan abierta del ocultismo, satanás intenta ganar poder, simplemente por medio de nuestros pensamientos, o por medio de "voces" que nos hablan. Esta influencia no es tan obvia como las otras; por eso hay que estar aun más atento.
El consejero Neil Anderson relata lo siguiente:

"Uno de mis alumnos de seminario es padre de tres niños. El segundo hijo, normalmente el más piadoso de los tres, desarrolló el problema de mentir y robarse cosas de la casa. Papá y mamá lo disciplinaban por sus acciones, pero entre más lo disciplinaban, más robaba y mentía.
Durante una de las sesiones de disciplina, el pequeño niño finalmente dejó que se le escapara: "Papá, tuve que hacer esas cosas. Si no, ¡el diablo dijo que te mataría!"
El papá después me dijo: "Si no hubiera escuchado la enseñanza de usted en cuanto a la batalla por la mente, yo hubiera aumentado la disciplina de mi hijo por haber culpado al diablo por su comportamiento. Pero, más bien, le expliqué que satanás le estaba diciendo mentiras para poder controlar su vida y destruir a nuestra familia. Después de estar firmes en contra del enemigo, nuestro hijo tuvo una sola repetición leve del problema una semana después, y nunca más."
(Neil Anderson y Steve Russo, "La seducción de nuestros hijos", Editorial Unilit 1994, p.9)

Prevención contra las influencias satánicas:

  • En primer lugar, el niño tiene que ser salvo.
    Una persona que no es salva, no tiene ninguna protección contra los ataques y engaños de satanás. Tampoco puede apoyarse en las promesas de Dios al respecto. Lo fundamental es que el niño entregue su vida a Cristo.
  • Cubrir constantemente la vida del niño con oración.
    La intercesión de los padres es muy importante para la vida espiritual del niño.
  • El niño debe tener una relación experimentada con Dios.
    El niño debe ver en nosotros que involucramos al Señor en cada área de nuestra vida (familia, trabajo, tiempo libre, etc.) Entonces el niño entenderá que la vida con Dios tiene que ver con todas las áreas de la vida, y va a considerar a Dios también en su escuela, al jugar con sus amigos, etc. Va a experimentar que Dios le dirige y ayuda en estas situaciones, y esto le da una seguridad y confianza en la presencia de Dios. De esta manera, no se dejará engañar fácilmente.
  • No exponer al niño a ambientes donde está expuesto a la seducción del ocultismo (p. ej. en escuelas que no son dirigidas según principios cristianos. Vea también "Una visión bíblica acerca de la educación intelectual y escolar", y los capítulos siguientes.)
  • El niño debe conocer su identidad en Cristo:
    Hijo de Dios (Juan 1:12, Rom.8:14-16), amigo de Jesucristo (Juan 15:15), santo (Ef.1:1), escogido (Ef.1:4), libre de la potestad de las tinieblas (Col.1:13), etc.
    Muchas veces, satanás empieza con cuestionar nuestra identidad, como lo hizo con Jesús mismo: "Si tú eres realmente el Hijo de Dios ..."
  • El niño debe conocer su autoridad en Cristo:
    Acceso a Dios con seguridad y confianza (Ef.3:12, Hebr.4:16), vencedor sobre el mundo (1 Juan 5:4-5) y sobre los espíritus malignos (1 Juan 4:4), autoridad para resistir al enemigo (Sant.4:7)
    Una niña de ocho años me contó: "En la noche desperté porque mi hermanito de cuatro años estaba llorando, y mis papás no le habían escuchado. El me dijo: ‘El diablo ha venido y quiso hacerme daño.' - Entonces yo le dije: ‘Pero Jesús es más fuerte que el diablo, entonces vamos a orar ahora para que el diablo se vaya.' Entonces oré por mi hermanito, y poco después dijo: ‘Ya se ha ido.' - y volvió a dormir tranquilo."
  • El niño debe estar firme en la verdad de la Palabra de Dios (Mat.4:4-11, 2 Tim.3:14-17).
    La manera más eficaz para llegar allí es que el niño experimente como se cumplen las promesas de la Palabra en su propia vida. También entra aquí la educación de valores. Entonces el niño va a ser menos propenso a creer una mentira de satanás.
  • El niño debe comprender la batalla espiritual por la mente (2 Cor.10:3-5, 1 Tim.4:1) y saber discernir las diferentes "voces" que buscan influenciar sus pensamientos.
    La mayoría de las tentaciones y ataques vienen por medio de nuestros pensamientos. Si aceptamos estos pensamientos como "nuestros" y les seguimos, ya estamos por caer.
    El niño necesita saber que existen por lo menos tres diferentes voces que intentan hablar a nuestra mente: La voz de Dios, nuestra propia voz, y la voz del enemigo. Entonces necesitamos analizar nuestros pensamientos, y si descubrimos un pensamiento del enemigo, inmediatamente "llevarlo cautivo" (2 Cor.10:5) y rechazarlo. Después podemos buscar una respuesta bíblica a este pensamiento falso, y así poner la verdad de Dios en lugar de la mentira del enemigo.
  • Edificar la confianza entre hijos y padres
    (para que puedan contarles todo lo que sucede, sin temor a ser condenados o ridiculizados).
    El niño debe tener la confianza suficiente para hablar con sus padres aun acerca de las "voces" que hablan en su mente, sin temor a ser rechazado o ridiculizado. Entonces los padres pueden darse cuenta inmediatamente cuando hay un problema, y ayudar.

También se aplica aquí lo que dijimos en cuanto a las adicciones: el niño debe aprender a resistir la presión del grupo. Muchos, si no lo han aprendido, son llevados al ocultismo por la influencia de sus compañeros.

Elabore un pequeño programa de enseñanza preventiva, enseñando para cada una de las tres áreas, uno de los puntos mencionados.


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