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Introducción - - - - - Una mirada al presente |
Para hojear este capítulo: Los Incas La conquista La independencia |
Todos llevamos nuestro pasado dentro de nosotros. Esto se aplica a cada persona individual, pero también a una nación entera. Aunque las circunstancias externas han cambiado mucho, el "alma" de la nación es todavía la misma como siglos atrás. Por eso es necesario empezar este estudio con un viaje al pasado, a la "niñez" de esta nación.
El gobierno de los Incas era probablemente el gobierno más
justo que conocía el Perú en toda su historia. Si podemos creer
los relatos de los cronistas antiguos, los Incas tenían un
sistema muy avanzado de asistencia social, y prácticamente no
existía la delincuencia. (Aunque la verdad es, que la
delincuencia fue mantenida a su bajo nivel por medio de un
sistema dictatorial que proveía castigos drásticos aun para
transgresiones leves.) Su ética se resume en su saludo
tradicional: "Ama súa, ama llulla, ama qella" (No seas
ladrón, ni mentiroso, ni ocioso).
Garcilaso de la Vega describe a los Incas como grandes educadores
y civilizadores. Según sus "Comentarios Reales", los
Incas fundamentaron su deber de traer la civilización con un
mito, según el cual el dios Sol les había dado este
mandamiento.
De hecho, la civilización de los Incas era muy avanzada,
especialmente en la arquitectura y la agricultura. Ellos eran
probablemente los primeros a nivel mundial en idear una
arquitectura antisísmica. Sus sistemas de irrigación eran de
una calidad que hasta hoy no se ha vuelto a alcanzar en este
país.
Si tenemos que tratar ahora de algunos lados oscuros de la época incaica, entonces no es para decir que en aquellos tiempos todo hubiera sido malo. Es que el propósito del presente trabajo consiste en trazar las raíces de donde se originaron las heridas que caracterizan tanto el Perú. Gran parte de estas raíces las encontraremos en la conquista española. Pero algunas de ellas datan de la época incaica.
A pesar de todas las cualidades del imperio inca, tenemos que decir que ellos también eran conquistadores. La mayoría de los antiguos peruanos sufrieron la suerte de ser conquistados (por los Incas), ya mucho antes de la llegada de los españoles.
Otro punto, que llama la atención en cuanto a los Incas, es la manipulación religiosa que practicaron. Otro cronista antiguo, Guamán Poma de Ayala, coincide con Garcilaso en que los habitantes preincaicos vivían de una manera muy primitiva. Pero además menciona su conocimiento remoto acerca de la existencia de un Dios Creador, y su búsqueda intensa de este Dios:
"Y esta gente no sabía hacer nad a; ni sabía hacer ropa; vestían hojas de árboles y estera, tejido de paja. Ni sabía hacer casas; vivían en cuevas y peñascos. Todo su trabajo era adorar a Dios, como el profeta Habacuc, y decían así a grandes voces: "Señor, ¿hasta cuándo clamaré y no me oirás y daré voces y no me responderás? ¨Capac señor, haycacamam caparisac? Mana oyariuanquicho. Cayariptipas mana hay niuanquicho". ... Y no adoraban a los ídolos demonios uacas.
Esta gente Uari Uira Cocha Runa perdieron la fe y esperanza de Dios y la letra y mandamiento, de todo perdieron. Y así ellos se perdieron también, aunque tuvieron una sombrilla de conocimiento del Creador de los hombres y del mundo y del cielo. Y así adoraron y llamaron a Dio s: Runa Camac Uiracocha (poderoso creador de los hombres).
... Hincado de rodilla, puesta las manos en la cara, mirando al cielo, pedían salud y merced y clamaban con una voz grande, diciendo: ¨Maypim canqui, maypim canqui, yaya?". (¿Donde estás, dónde estás, padre mío?)"
(Guamán Poma de Ayala, "Nueva Crónica y Buen Gobierno", 1612-1615)
¿Nos podemos imaginar a esta gente, recordando su Dios cuyo
conocimiento habían perdido, arrodillándose ante él sin saber
donde encontrarlo, buscándolo por todos lados? Mucho se asemejan
a las personas que encontró Jesús al recorrer las tierras de
Galilea: "Y salió Jesús y vio una gran
multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que
no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas."
(Marcos 6:34) Las multitudes le seguían a Jesús porque estaban
tan hambrientos de Dios y tan ansiosos de encontrar a alguien
quien les guiara como un pastor a sus ovejas. ¿No estaban
aquellos antepasados del pueblo peruano igualmente ansiosos de
encontrar a un "maestro"? - Entonces vinieron los Incas
diciendo que eran hijos del Sol, y les enseñaron a adorar al
Sol. Con su mito de tener un origen sobrenatural, se aseguraron
la reverencia y sumisión de todos los pueblos alrededor.
Es en este punto donde Poma de Ayala, "el primer cronista
indigenista", presenta una versión muy diferente a la de
Garcilaso sobre el origen de los Incas. Al estudiarlo, uno no
puede evitar la impresión de que los Incas se aprovecharon de
esta búsqueda de Dios que existía en su tiempo, para imponerse
y enseñorearse de estas "ovejas sin pastor". Parece
que ellos mismos no creían en ese mito acerca del dios Sol, sino
que conscientemente lo utilizaron como un medio para ganar
influencia:
"El dicho primer Ynga Mango Capac no tuvo padre conocido; por eso le dijeron hijo del sol, Yntip Churin, Quillap Uauan [lit. hijo del sol, niño de la luna]. Pero de verdad fue su madre Mama Uaco. Esta dicha mujer dicen que fue gran fingidora, idólatra, hechicera, la cual hablaba con los demonios del infierno y hacía ceremonias y hechicerías. Y así hacía hablar piedras y peñas y palos y cerros y lagunas porque le respondían los demonios. Y así esta dicha señora fue primer inventadora las dichas uacas ídolos y hechicerías, encantamientos, y con ello les engañó a los dichos indios. ... Y así fue obedecida y servida esta dicha señor a Mama Uaco, y así le llamaron Coya y reina del Cuzco. Dicen que se echaba con los hombres que ella quería de todo el pueblo, como este engaño andaba muchos años, según cuentan los dichos muy viejos indios.
... Se casó con su hijo y entró a ser señora y reina. Se llamó Mama Uaco, Coya y supo por suerte del demonio que estaba enpreñada un hijo y que el demonio le enseñó que pariese el dicho niño y que no lo mostrase a la gente y que lo diese a una ama llamada Pillco Ziza. Que le mandó que lo llevasen al agujero llamado Tambo Toco, que de allí lo sacasen de tiempo de dos años y que lo diesen mantenimiento y que lo publicase que había de salir de Pacari Tamb o un Capac Apo Ynga rey [poderoso señor Inca] llamado Mango Capac ..."
(Nueva Crónica y Buen Gobierno, Guamán Poma de Ayala, 1612-1615)
Es cierto que en las crónicas antiguas uno no siempre puede
distinguir entre verdad y mito. Sin embargo, hay dos razones
fuertes por las cuales la versión de Poma de Ayala me parece
más probable que la de Garcilaso:
- Es mucho más probable que los Incas hayan llegado a Cusco
desde Pacarictambo, lugar que se puede alcanzar en el camino de
un día, que desde el lago Titicaca (de donde llegaron según la
versión de Garcilaso), lo que sería un camino de casi 400
kilómetros.
- Hasta hoy en día, la religión andina que se origina en la
religión de los Incas, está muy ligada al espiritismo y la
hechicería. La adoración del sol, en cambio, tiene muy poca
importancia en la religiosidad popular tal como se practica
en la actualidad.
Llama la atención también que el conocimiento primitivo acerca del verdadero Dios Creador nunca se apagó, ni siquiera en medio del imperio Inca que había establecido la adoración del sol como religión estatal. Se hizo incluso un intento importante para restablecer la adoración al Dios Creador:
"Este príncipe (Inca Yupanqui ) ... convocó en el Cusco a todos los sacerdotes del país en asamblea general a fin de discutir todas las cuestiones relativas a la religión y al culto. ...
Inga-Yupangui les preguntó si ellos pensaban o suponían que existiera más poderoso que el Sol un ser ...; todos le respondían unánimemente que no era permitido a nadie creer que existiera en el Cielo o sobre la Tierra ningún ser que le fuera superior.
Inga-Yupangui les dijo entonces: "... ¿Cómo puede ser que vosotros que sois sacerdotes, participéis de los errores del populacho? ... Sabed, viejos ignorantes, que he encontrado por la fuerza de mi espíritu, que el Sol que nos alumbra, y al cual vosotros acordáis tantos atributos, no puede ser el soberano creador de todas las cosas visibles e invisibles. ¿Cómo podría yo tener como dueño del mundo y señor universal al que para alumbrar la Tierra está obligado a trabajar como un obrero todo el día, de aparecer y desaparecer para que se haga día cuando se hace noche en otro; ...no es pues todopoderoso, pues no tuviera necesidad de venir e ir, ni de dejar su trono suponiendo que tenga uno. Mis hermanos y mis padres, buscad quién es aquel que gobierna al Sol, que le ordena de recorrer su camino, y mirad como el creador universal es tan poderoso. ...."
... La asamblea decidió que existía una causa primera, todopoderosa y universal, y resolvió que se le daría un nombre, y que se le invocaría en las oraciones. No se encontró nada más digno y más majestuoso que el de Ticci-Viracocha-Pachacámac, lo que quiere decir Príncipe de todo lo que es bueno, y creador del mundo.
(Miguel Cabello de Balboa, "Historia del Perú bajo la dominación de los Incas", Siglo XVI)
"Inca Yupanqui ... dijo y trató con los de su consejo que no era posible ser el Sol el Dios Creador de todas las cosas; porque si lo fuera, no fuera parte un pequeño nublado que del así se le ponía, estorbarle el resplandor que no alumbrase; y que si él fuera el Hacedor de todas las cosas que algún día descansara, y de un lugar alumbrara a todo el mundo y mandara lo que él quisiera; y que así que no era posible, sino que había otro que lo mandase y rigiese, el cual era el Pachayachachic, que quiere decir Hacedor (del Mundo)."
(Cristóbal de Molina, "Relación de las fábulas y ritos de los Incas", 1574)
Las "ovejas sin pastor" seguían en su búsqueda del Dios verdadero. No podían contentarse con un sustituto. Aun los mismos descendientes de aquellos que habían instituido el culto al Sol, dudaron mucho en mantener este culto. Lástimamente, el descubrimiento de Inca Yupanqui (otras fuentes lo atrubuyen a Pachacutec) no se divulgó entre el pueblo. Parece que se guardó en secreto, como "conocimiento esotérico", en el círculo de los sacerdotes y de la nobleza. Por tanto, el culto al Sol siguió siendo el elemento más conocido de la religión incaica.
Durante el siglo XX ha ganado mucha popularidad una teoría
antropológica según la cual los pueblos primitivos en general
tienen una religión politeista (adoración a muchos dioses), y
que solo las civilizaciones más avanzadas desarrollan religiones
monoteistas (adoración a un solo dios). Por tanto el mundo
"científico" no da mucho crédito a relatos como los
de Poma de Ayala sobre la primitiva fe monoteísta de las culturas
preincaicas. Sin embargo, investigaciones más serias han
descubierto el hecho de que en casi todas las sociedades
"primitivas", detrás de su paganismo, estaba escondido
en sus mitos y tradiciones algún recuerdo remoto acerca del
único Dios Creador, del cual se habían alejado. Muchos ejemplos
bien documentados se encuentran en el libro de Don Richardson,
"Eternity in their hearts" ("Eternidad en sus
corazones").
Acerca de los Incas, Richardson comenta:
"¿Qué hubiera sucedido si unos misioneros cristianos desde Europa hubieron alcanzado el Perú dos o tres generaciones antes que los conquistadores? Seguramente aquel período era el tiempo óptimo para la llegada del Evangelio. El interés en el concepto de un único Dios supremo estaba al punto de fiebre en la familia real. ... Además, los mismos Incas creían en una profecía según la cual algún día Viracocha les iba a traer bendición desde el oeste, o sea desde el mar.
Pero en lugar de mensajeros cristianos compasivos, quienesquiera que podrían haber sido, llegó un conquistador y comerciante sin misericordia - Pizarro - y su ejército rapaz. Bajo la pretensión de actuar en el nombre de Dios, Pizarro se acercó desde el mar y explotó las expectativas monoteístas de los Incas para destruir a ellos y su imperio.
... ¡Cuán diferente se podría haber desarrollado la historia si tan solamente unos verdaderos mensajeros del Evangelio hubieron llegado primero! No solamente para entregar su mensaje, sino también para servir como defensores a los Aztecas, Incas, y otros pueblos en peligro, enseñándoles con anticipación cómo tratar con las fuerzas políticas y comerciales desconsideradas que estaban por llegar. ... El imperio Inca podría haber sobrevivido hasta el día de hoy."
(Don Richardson, "Eternity in their hearts")
Llegaremos ahora a la época más tenebrosa de la historia peruana.
Primeramente, según el relato de Garcilaso de la Vega, parece que curiosamente, los Incas se dispusieron ellos mismos para ser conquistados. Garcilaso relata lo siguiente acerca de la muerte del Inca Huayna Capac, quien vivió todavía para recibir las noticias de que los españoles se estaban acercando a su imperio:
"(Huayna Capac, antes de su muerte) hizo venir a los capitanes y curacas ... y por último les dijo: Muchos años hace que, por revelación de nuestro padre el Sol, creemos que después de doce reyes, vendrá gente nueva y no conocida por nosotros, y ganará y sujetará a su imperio todos nuestros reinos y otros muchos (...) También debemos recordar que conmigo se cumplen los doce Incas. Yo les garantizo que pocos años después que yo me haya ido de vuestro lado, arribará esa gente nueva y cumplirá con lo que nuestro padre el Sol ha dicho, y ganará nuestro imperio y serán señores de él. Yo os mando que les obedezcáis y sirváis como a hombres que en todo os aventajarán; que su ley será mejor que la nuestra, y sus armas poderosas e invencibles más que las vuestras."
Garcilaso de la Vega, "Comentarios Reales"
Huayna Capac no se habrá imaginado el terror que iban a traer estos extranjeros "mejores que nosotros". Dejaremos hablar ahora a uno de los testigos de los estragos causados por la conquista: Fray Bartolomé de las Casas. Según su convicción, las Américas necesitaban "predicación del Evangelio de Cristo, dilatación de la religión cristiana y conversión de ánimas, para lo cual no es menester conquista de armas, sino persuasión de palabras dulces y divinas, y ejemplos y obras de sancta vida" (Bartolomé de las Casas, "Memorial de remedios"). Pero él llegó demasiado tarde, y la realidad con la cual tuvo que enfrentarse ya era dominada por los conquistadores:
"Todas estas universas e infinitas gentes a toto genero crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas, fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; (...) Son eso mismo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina, aptísimos para recibír nuestra sancta fe católica ...
En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las estrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad)
(...) Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos (millones) de ánimas, hombres y mujeres y niños ...
... Comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse e para usar mal dellos; e comerles sus comidas que de sus sudores e trabajos salían; ... e lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano e destruye en un día. .... Y algunos escondían sus comidas; otros sus mujeres e hijos; otros huíanse a los montes por apartarse de gente de tan dura y terrible conversación. ... E llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer.
Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. (...) Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego los quemaban vivos."
Bartolomé de las Casas: Brevíssima relación de la destruyción de las Indias. 1552
Existen muy diferentes formas de abuso, pero como veremos más
adelante, todas traen las mismas consecuencias psicológicas en
sus víctimas. En la Conquista observamos casi todas las formas
existentes de abuso, y la víctima no fue una persona individual,
sino la nación entera. Por tanto podemos entender que el alma
peruana, en su colectividad, muestra los rasgos psicológicos de
una persona abusada. (Hablaremos
más adelante de estas características.)
- Lo más obvio, a primera vista, es el abuso físico.
Con pura violencia, los españoles se enseñorearon del Perú y
obligaron a sus habitantes a someterse a ellos.
- Muy cerca al abuso físico está el abuso sexual.
Este también, obviamente abundaba entre los conquistadores. No
se puede imaginar el sufrimiento de las innumerables mujeres que
fueron violadas por los conquistadores.
- Además, notamos que se cometió abuso económico.
Los españoles usaban todas las formas de explotación y robo
para llevarse las riquezas del Perú, especialmente el oro.
También explotaban la fuerza de trabajo de los indios, al
apoderarse de ellos como esclavos y tomarlos por propiedad suya.
- Existe una forma de abuso que es mucho más sutil, pero por eso
no menos peligroso. Estoy hablando del abuso
espiritual. Este abuso sucede
cuando una persona utiliza su prestigio religioso, su relación
con Dios y el mismo nombre de Dios, para conseguir sus propios
propósitos egoístas. Los españoles, al parecer, sabían muy
bien utilizar esta arma. Ya vimos que los mismos Incas creían en
una profecía según la cual "dioses blancos, barbudos"
vendrían desde el lado del mar para traerles bendición, y que
Pizarro se hizo pasar por el cumplidor de esta profecía. Si los
mismos habitantes del imperio, muchos de ellos, no hubieran
voluntariamente abierto las puertas al ejército de Pizarro,
creyendo que eran enviados de los dioses, entonces el imperio no
hubiera sido conquistado tan fácilmente.
Vemos también el uso, o mejor dicho abuso, del nombre de Dios en la captura de Atahuallpa en Cajamarca. Así lo relata un historiador moderno:
"La tarde del 16 de noviembre de 1532, Atahuallpa avanzó, majestuoso, en sus andas de oro, con todo su ejército, hacia la plaza de la ciudad. Llegando a ella se sorprendió de no ver a ninguno de los españoles. En eso, fray Vicente Valverde, acompañado del intérprete Martinillo o Felipillo (las fuentes difieren) salió a su encuentro y lo emplazó verbalmente con el requerimiento, formulismo legal, para que el Inca se sometiera pacíficamente al Rey de España. El Inca no comprendió el requerimiento y Valverde le alcanzó un libro, probablemente un breviario o la Biblia. El Inca lo arrojó y le dijo a Valverde con gran ira, que los españoles devolvieran todo lo que habían robado a sus súbditos. Valverde, aterrorizado, corrió hacia donde se hallaba Pizarro pidiéndole que atacara. Al instante el gobernador ordenó el ataque." - Otras fuentes dicen que Valverde gritó: "¡Los Evangelios en tierra! ¡Venganza, cristianos!" - "... La sorpresa de los indios fue total. Pizarro llegó hasta la litera del Inca con sus hombres, mató a los portadores y tomó prisionero a Atahuallpa."
(José Tamayo Herrera, "Nuevo compendio de historia del Perú")
Estas eran las palabras de la homilia del sacerdote Valverde, el "requerimiento":
"Yo soy sacerdote de Dios y enseño a los cristianos las cosas divinas, y así mismo las vengo a enseñar a vosotros. Dios que es uno en esencia y trino en personas, creó el cielo, la tierra y cuanto hay en ellos... (Sigue un resumen de la doctrina de la Creación, la Caída y la Redención) ... Los papas que son los sucesores de San Pedro, gobiernan el género humano; todas las naciones . ... deben obedecerles. Un Papa ha dado a los reyes de España todos estos países para pacificar a los infieles y traerlos al dominio de la Iglesia Católica fuera de la cual nadie puede salvarse. El gobernador Pizarro ha venido con esta comisión. Debéis, pues, señor, reconoceros tributarios del Emperador, abandonar el culto del sol y de todas las idolatrías que os llevarían al infierno, y recibir la religión verdadera. Si así lo hacéis, Dios os dará el premio y los españoles os protegerán contra vuestros enemigos."
(Lorente, "Historia de la Conquista del Perú", citado en Juan A.Mackay, "El otro Cristo español")
Aquí estamos ante un acontecimiento que nos deja perplejos.
Dos hombres que se llaman a ellos mismos "cristianos",
Pizarro y Valverde, vienen a conquistar y traicionar a los Incas
usando la Palabra de Dios, con la Biblia en la mano. Este libro,
la Biblia, nos fue dado por Dios para traernos libertad. "Ustedes conocerán
la verdad, y la verdad les liberará", dijo
Jesús (Juan 8:32). Fue este mismo libro que inspiró a los
ingleses, en la primera mitad del siglo XIX, a liberar a sus
esclavos, bajo la influencia de William Wilberforce, un político
creyente. Se podrían nombrar muchos otros ejemplos de como el
mensaje de la Biblia cambió el mundo para bien, trajo
bendición, justicia y libertad. Pero en las manos de los
españoles, este mismo libro fue usado para conquistar, oprimir y
explotar todo un continente.
¿Cómo se explica este hecho? - El nombre de Dios, y la Palabra
de Dios, sin duda tienen poder. Pero lástimamente existe la
posibilidad de que una persona utilice este poder para lograr sus
propios fines egoístas, sin someterse ella misma a esta Palabra.
Esto es lo que se llama "abuso espiritual".
Este engaño religioso era mucho más trágico que el que
sucedió en los tiempos de los Incas:
Al descubrir que la adoración del "dios Sol" era un
engaño, los Incas podían fácilmente dejar de un lado a este
dios falso y volverse al Dios verdadero (como de hecho lo propuso
Inca Yupanqui.) - Pero ahora el pueblo fue engañado en el nombre
del Dios verdadero a quien esperaban. Si querían seguir al Dios
verdadero, entonces tenían que creer que este Dios era cruel,
engañoso, en contra de ellos y a favor de los conquistadores. Si
no querían creer esto, entonces tenían que volver a los dioses
falsos.
No tenían la opción de conocer a Dios como alguien digno de
confianza, un Dios lleno de gracia, un Protector y Defensor;
porque nunca se les presentó a Dios de esta manera. ¿Podemos
imaginarnos esta desilusión? Por fin se encuentran frente a
frente con este Dios que habían buscado y anhelado durante
siglos. Pero este Dios no se muestra compasivo y misericordioso,
sino con un rostro cruel y devastador.
Por supuesto que eso es mentira, una caricatura y calumnia de
Dios. Pero esa mentira tuvo el poder de dirigir la historia
religiosa del pueblo durante los siglos subsiguientes. El engaño
les robó la confianza en Dios.
Podemos observar que en la religiosidad del pueblo, se mezclaron las dos reacciones posibles. Por un lado, se inclinaron y se rindieron ante el Dios de los conquistadores. Miles y miles fueron obligados a bautizarse y empezaron a seguir los ritos católicos; por lo menos en lo exterior. Pero por el otro lado, también usaron el "contraengaño". Mientras que por fuera eran buenos católicos, en el corazón seguían fieles a sus dioses antiguos.
" ... Mientras el cura y la congregación creían haber triunfado con esta política de cubrir con las nuevas estructuras religiosas el viejo culto pagano, el indio se regocijaba de adorar a sus divinidades en las mismas fechas acostumbradas. A menudo descubrieron los párrocos o misioneros símbolos indios ocultos en los altares, viejas huacas con huellas de culto reciente."
(Luis E. Valcárcel, citado en: Tito Paredes, "El evangelio en platos de barro")
Entonces entró un nuevo elemento en la religiosidad peruana: la adoración fingida. Desde entonces encontramos a personas que utilizan su afiliación religiosa externa para conseguir beneficios. ¿Pero no es esto solamente la fiel imitación del ejemplo que dieron los españoles? Pues llamarse "cristianos" y con este pretexto exigir la sumisión de los demás, negando a Cristo con sus hechos, esta es también una religiosidad fingida.
Después de la conquista, el Perú nunca más iba a ser el mismo. El abuso del poder abrió heridas profundas cuyas consecuencias sentimos todavía hoy. Este tipo de heridas no sana con el tiempo, sino que suele propagarse y causar más y más heridas, si no son curadas apropiadamente.
Hacia el fin del siglo XVIII, en los pueblos escondidos de la sierra, se levanta el revolucionario Túpac Amaru II y junta su ejército para tomar la ciudad de Cusco. Pero entonces sucede ese hecho asombroso, casi incomprensible, que la población indígena de Cusco hace alianza con los españoles para derrotar y capturar a Túpac Amaru. ¡Se muestran más leales hacia sus opresores que hacia sus libertadores!
¿Por qué traicionaron a su libertador?
Es un hecho paradójico, de que el abuso parece llamar a más abuso. Lo examinaremos con más detalle cuando trataremos de las consecuencias psicológicas del abuso. Por ahora solamente lo constatamos y nos asombramos.
Más adelante nos encontramos con otro hecho sorprendente. Cada país que celebra su independencia, suele tener sus héroes de la libertad, y se da por sentado que estos héroes sean nacionales del país al cual dieron la libertad. No así en el Perú. San Martín era argentino y Bolívar venezolano. Al estudiar la historia de la independencia del Perú, casi parece que el país tuvo que ser liberado a la fuerza, que sus mismos habitantes no tenían tanta voluntad para la libertad.
Libertad significa también responsabilidad. La persona libre y el país libre tienen que hacer sus propias decisiones. Pero cuando se constituyó el estado de Bolivia, en 1825, sus líderes pidieron a Bolívar que redacte la Constitución del nuevo estado, en vez de asumir esa responsabilidad ellos mismos. Esa misma Constitución se impuso también, por algún tiempo, en el Perú.
Parece que las características de las "ovejas sin pastor" están tan arraigadas en el pueblo peruano, este deseo de ser guiados y dominados, que cuando se les ofrece la libertad, prefieren mantenerse bajo un dominio que les oprime, pero que es conocido y "seguro", en vez de escoger la libertad que implica arriesgarse, salirse de lo conocido y asumir una responsabilidad propia. La situación tiene cierta similitud con la de un pájaro que pasó muchos años preso en una jaula. Un día se abre la puerta de la jaula y se le ofrece la libertad. Pero el pobre pajarito está tan acostumbrado a esta vida encerrada en un espacio limitado, que ignora la puerta abierta y se queda en la jaula. Quizás seguiría allí hasta el día de hoy, ¡si no hubiera venido un San Martín para empujarlo afuera!
La Biblia nos relata un evento interesante del pasado de
Israel. Un día, los líderes de la nación vinieron al profeta
Samuel y dijeron: "Constitúyenos ahora un rey que nos
juzgue, como todas las naciones." (1 Samuel 8:5)
Samuel pregunta a Dios acerca del asunto, y la respuesta que
recibe de parte de Dios es muy iluminadora. Primeramente le dice
Dios: "No te han desechado a ti, sino a mí me
han desechado, para que no reine sobre ellos."
El pueblo de Israel tenía el gran privilegio de estar
directamente bajo la autoridad de Dios. Cuando era necesario,
Dios mismo dio autoridad a un "juez" que dependía
completamente de Dios. En este sistema, el abuso del poder era
prácticamente excluido, porque nadie podía atribuirse el
liderazgo por sí mismo. Dios vigilaba sobre el gobierno, y él
mismo ponía y sacaba a los gobernantes de la manera que era la
mejor para el pueblo. El último de estos jueces era Samuel.
- Al pedir un rey, el pueblo no rechazó a Samuel como persona,
pero rechazó el sistema que él representaba. Ellos querían
instituir una autoridad humana que ya no dependía de la
autoridad de Dios, "como tienen todas las naciones".
Entonces Dios les advierte seriamente contra las consecuencias
que seguirán:
"Este será el derecho del rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros, y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y se elegirá capitanes de mil y capitanes de cincuenta; los pondrá asimismo a que aren sus campos, y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra, y los pertrechos de sus carros. Tomará también vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras, y amasadoras. Asimismo tomará vuestras tierras, vuestras viñas, y vuestros buenos olivares, y los dará a sus siervos. Él diezmará vuestras semillas y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Él tomará vuestros siervos y vuestras siervas, y vuestros buenos jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos."
(1 Samuel 8:11-17)
El rey, que ya no iba a vivir en la misma dependencia de Dios
como los jueces, iba a usar su poder para beneficiarse a sí
mismo, a expensas del pueblo. Eso es lo que llamamos "abuso
del poder".
Pero a pesar de esta advertencia, el pueblo insiste: "No,
sino que habrá rey sobre nosotros."
Este mismo clamor parece resonar a través de los siglos desde la
boca de los peruanos: ¡Queremos un rey! ¡Queremos ser
dominados! Y esto a pesar de que no solamente habían sido
advertidos, sino que habían vivido las consecuencias del ser
dominados durante tres siglos.
Aun en la época de la independencia, de la libertad, el Perú ha vivido bajo muchos dictadores; algunos elegidos democráticamente, otros impuestos por la fuerza militar. E incluso entre los presidentes y gobernantes que gobernaron según principios democráticos, hubo muy pocos que no hubieran usado su poder, en una manera u otra, para beneficiarse a sí mismos. ¿Será posible que hasta hoy los peruanos todavía no estén completamente convencidos de si realmente quieren la independencia?
La admiración de algún "hombre fuerte" es muy
frecuente en el Perú. El que siempre consigue lo que quiere, el
que sabe vencer a sus enemigos, éste es admirado - parece que no
importa mucho si trae el bien o el mal. Así uno puede llegar
hasta el extremo de admirar a sus propios opresores.
En Europa Oriental, después de la caída del comunismo,
desaparecieron muy rápidamente las estatuas de Marx y Lenin; las
calles que llevaron sus nombres fueron renombradas; y la ciudad
de San Petersburgo, que durante el comunismo se llamaba
Leningrado, recuperó su nombre antiguo. No sucedió así en el
Perú. Hasta hace poco, en Lima se admiraba el monumento a
Pizarro; en el centro de Cusco existe todavía la calle Almagro
(el compañero de Pizarro); y hoteles tienen nombres como
"Colonial Palace" o "El Virrey".
Y lo más obvio: Los peruanos todavía se aferran tenazmente a la
religión de los conquistadores, por lo menos en lo exterior.
Muchos peruanos afirman con orgullo: "Yo soy católico
apostólico romano", y no se dan cuenta de que eso no es
ningún mérito. Es que el peruano promedio es católico no
porque hubiera considerado las opciones y hubiera escogido, como
hombre libre, la mejor de ellas. No, el peruano promedio es
católico solamente porque algún día en el pasado remoto, uno
de sus antepasados se vio obligado por el gobierno colonial a
bautizarse.
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