Bíblicamente, estudiar geografía es estudiar el mundo que Dios creó. Se aplica aquí todo lo que ya dijimos en el capítulo sobre las ciencias naturales.
El Salmo 104 sugiere que los fenómenos geográficos y meteorológicos tienen todos su propósito definido por Dios; mucho de ello tiene que ver con la manera como Dios provee por Su creación. Por tanto se puede estudiar la geografía y la meteorología bajo la perspectiva de cómo contribuye específicamente a la alimentación de los seres vivos (con lo que se enlaza con la ecología), a la economía, etc. (Vea también Salmo 95:4-5.)
Por el otro lado, pasajes como Isaías 40:4 y Zacarías 4:7 parecen indicar que los montes, formando grandes obstáculos, son también indicios del juicio de Dios. En general, tenemos que tomar en cuenta que la tierra original fue alterada posteriormente por las consecuencias del pecado (Gén.3) y juicios subsecuentes, particularmente el diluvio. (Los científicos que se basan en la Biblia, asumen generalmente que las grandes cordilleras se formaron como consecuencia del diluvio.) Así la geografía revela tanto la bondad de Dios en Su provisión, como también Su severidad en el juicio.
La Biblia nos dice que Dios es el Señor de la historia. Es El quien tiene control sobre las guerras (Salmo 46:9), y es El quien pone y quita a los gobernantes (Lucas 1:52).
Muchos pasajes de la Biblia relatan sucesos históricos y revelan los propósitos de Dios detrás de estos sucesos. En sucesos que no están mencionados en la Biblia, a menudo no nos es posible acertar el propósito exacto de Dios con ellos; pero podemos confiar que aun los eventos que no comprendemos, están bajo el control de Dios.
Desde una perspectiva Bíblica, la historia no se enfoca en los grandes imperios, sino en los propósitos de Dios desde la creación hasta el fin del mundo. Desde esta perspectiva, la historia del mundo se centra principalmente en: la elección del pueblo de Israel; la venida de Jesucristo como Salvador; y la segunda venida de Jesucristo como Rey (que queda todavía en el futuro).
Historiadores bíblicos han resaltado p.ej. el hecho de que Dios preparó todo para una rápida extensión del Evangelio después de la crucifixión y resurrección de Jesucristo: En aquel tiempo, el Imperio Romano abarcaba una gran extensión geográfica, desde Portugal e Inglaterra en el occidente hasta Mesopotamia (Irak) en el oriente. El idioma griego era de uso común en el entero imperio, y la "paz romana" aseguraba el intercambio entre todas las naciones que formaban parte del imperio. Por tanto, un apóstol como Pablo podía viajar libremente y sin obstáculos a través del imperio entero, y por todas partes podía encontrar personas que sabían hablar y leer el griego. De la misma manera, el Nuevo Testamento en griego se difundía rápidamente a través del imperio entero. Estas condiciones se dieron solamente durante un tiempo relativamente breve, en los primeros siglos a partir de la muerte y resurrección de Jesús. Si El hubiera venido unos siglos antes o después, el evangelio hubiera tenido que superar unas barreras lingüísticas, políticas y culturales mucho más difíciles.
Así podemos estudiar también otros eventos históricos bajo la perspectiva de cómo contribuyen al cumplimiento del plan de Dios con el mundo.
También podemos encontrar principios bíblicos generales acerca de la voluntad de Dios en la historia. Por ejemplo, encontramos en Deuteronomio 32:8 y Hechos 17:26-27, que la existencia de naciones independientes y soberanas, con sus límites respectivos, es la voluntad de Dios. Por tanto, se cumple la voluntad de Dios en la historia cuando una nación alcanza su independencia. Por el otro lado, es una ofensa contra Dios cuando una nación conquista y ocupa a otra nación, o cuando se quieren instituir gobiernos que gobiernen sobre una multitud de naciones.
Para mencionar otro ejemplo, encontramos en Deuteronomio 18:9-12, que Dios aborrece y juzga a naciones que se entregan al paganismo y al ocultismo. Y así vemos efectivamente en la historia el quebrantamiento de muchas naciones y civilizaciones paganas.
La mejor manera siempre será mediante la experiencia propia en viajes y excursiones. La geografía comienza con el conocimiento del ambiente inmediato del niño: su vecindario y su pueblo o ciudad de residencia, y sus alrededores. Se puede visitar un punto alto desde el cual se puede ver el lugar entero, y donde el niño puede apreciar la ubicación de su casa en relacion con los alrededores, y reconocer otros lugares que le son conocidos. Se pueden hacer excursiones para conocer ríos, montes, playas, bosques, zonas agrícolas, etc, en las cercanías del lugar. Se pueden conocer los cultivos típicos de la zona y agradecer a Dios por ellos.
Después se puede ensanchar poco a poco el horizonte del niño, conociendo lugares más alejados mediante viajes, mapas o libros. Estas experiencias y estos conocimientos formarán una base para que más adelante el niño pueda adquirir un conocimiento más sistemático de la geografía.
Para aprender la división política de un país o una región, se puede fabricar un rompecabezas del mapa correspondiente.
Aquí también se recomienda comenzar con lo que es
más conocido y accesible a la experiencia del niño: La
historia de la propia familia (se puede preguntar a los
abuelos), o la historia de un personaje famoso del mismo
lugar - quizás existe un monumento en su honor, el cual
se puede visitar y contar su historia.
Y por el otro lado, por supuesto, las historias de la
Biblia nos dan la perspectiva de que Dios tiene control
sobre todo lo que sucede, y que el mismo Dios de la
Biblia gobierna también sobre la historia del mundo y
sobre el presente.
Después, un buen acceso a la historia es mediante biografías
de personas famosas; especialmente personas que pueden
servirnos como ejemplos cristianos. Una biografía
transmite una imagen más viva y concreta que los datos
secos de un libro escolar de historia.
También unas novelas o dramas históricos pueden dar una
imagen del tiempo correspondiente (como p.ej. "Ben
Hur", "Robin Hood", "Ollantay",
"Guillermo Tell", "El príncipe y el
mendigo", etc.); solamente que en estos casos no es
fácil distinguir entre hechos históricos y ficción.
Como complemento, podemos dibujar una línea de tiempo en un papel grande y colocarlo en la pared, y anotar en esta línea de tiempo todos los personajes y eventos acerca de los cuales estamos leyendo. Esto nos da una idea de la cronología y de las conexiones entre distintos eventos. (Y dará lugar a algunas sorpresas, cuando ponemos las cosas en su perspectiva histórica. Por ejemplo: Prácticamente todos los artefactos a base de electricidad o de motores de combustión que nosotros usamos, fueron inventados durante los últimos 200 años y eran desconocidos para todas las generaciones anteriores. - Mientras Abraham vivía en una civilización relativamente avanzada en el Medio Oriente, todas las otras regiones del mundo se encontraban todavía en la edad de piedra o estaban apenas saliendo de ella.)
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