Asumo que las personas que estudian este curso, tengan conocimiento de los fundamentos de la fe cristiana. Sin embargo, existen en la actualidad unos malentendidos acerca de puntos esenciales como la conversión y el nuevo nacimiento. Varias veces fui invitado por iglesias y grupos cuyos miembros se llamaban "cristianos", pero al conocerlos desde más cerca, descubrí que muy pocos de ellos pudieron testificar de un nuevo nacimiento espiritual. Por eso me parece necesario aclarar estos fundamentos primero.
Si queremos saber qué es un cristiano, tenemos que averiguar qué dijo Jesucristo mismo acerca de este punto. O sea, tenemos que ir a las palabras de Jesús y de Sus apóstoles en el Nuevo Testamento. Tenemos que evaluar las definiciones corrientes, para ver si están de acuerdo con la palabra de Dios.
No todo miembro de una iglesia es un
cristiano.
Algunas personas piensan que son cristianos porque son
miembros de una iglesia, fueron bautizados en esa
iglesia, y asisten a sus servicios. Así dice por ejemplo
el ecuménico Consejo Mundial de Iglesias, que son
cristianos "los que fueron bautizados en el nombre
del Dios Trino". Pero en la Biblia no encontramos
esta idea. Jesús dice en Marcos 16:16: "El
que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado." Y el
apóstol Pedro dice en Hechos 2:38: "Arrepentíos,
y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo."
Aquí vemos que el bautismo tiene que ser unido con la fe
(creer) y con el arrepentimiento. Nadie se convierte en
cristiano con el bautismo solo. Para que el bautismo (o
la membresía en una iglesia) tenga algún valor, tiene
que haber fe y arrepentimiento.
No todo el que tiene la doctrina correcta
acerca de Jesucristo, es un cristiano.
Algunos piensan que "creer" y "tener
fe" se refieren únicamente a la doctrina. Piensan
que "convertirse" significa cambiar sus
creencias. Piensan que un incrédulo es el que cree cosas
equivocadas acerca de Cristo, y un cristiano es el que
cree la verdad acerca de Jesucristo.
Ahora, es cierto que el Señor obra en cada verdadero
convertido para corregir creencias equivocadas que puede
tener. ¡Pero esto no es la esencia de una conversión!
La palabra "fe", en el sentido bíblico,
significa primeramente "confiar en alguien", y
también "ser fiel a alguien". O sea, se trata
en primer lugar de una relación personal de
confianza y de fidelidad.
Santiago aclara que no es suficiente creer la verdad
"acerca de" Dios: "Tú crees
que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen,
y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe
sin obras es muerta?" (Santiago
2:19-20)
La doctrina correcta por sí sola todavía no hace un
cristiano.
No todo el que lleva una "vida
cristiana", es un cristiano.
Otros se van por el otro lado y piensan que un cristiano
es en primer lugar alguien que se esfuerza por llevar una
"vida cristiana": que hace bien a sus
prójimos, que asiste siempre a los servicios de la
iglesia, que ora y lee la Biblia, que es amable...
Esta idea tiene también algo de verdad. Obviamente,
alguien que vive igual como la gente que no conoce a
Dios, no puede ser un cristiano. El Señor obra en cada
verdadero convertido para cambiar su manera de vivir.
Pero el Nuevo Testamento muestra claramente que no son
nuestras buenas obras que hacen la diferencia decisiva:
"Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe."
(Efesios 2:8-9) - Pablo dice que toda su vida se había
esforzado para obedecer la ley de Dios, de tal manera que
era "irreprensible en cuanto a a justicia que es en
la ley" (Fil.3:6). Pero él sigue diciendo que
ahora, él considera todo esto como "pérdida"
y como "basura", "para ganar a Cristo y
ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que
es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe" (Fil.3:8-9).
Entonces uno puede vivir "haciendo lo
correcto", y aun así no ser cristiano.
En otro lugar dice Pablo, que nuestros esfuerzos de hacer
lo correcto ("las obras de la ley") nunca son
suficientes para alcanzar la justicia que Dios exige
(Rom.3:19-27). Solamente en la unión con Jesucristo se
puede alcanzar esta justicia perfecta. En su sermón del
monte, Jesús mencionó algunos requisitos de esta
justicia perfecta (Mateo cap.5). Cualquiera que piensa
que puede alcanzar este estándar independientemente de
Cristo, se está engañando a sí mismo.
Por el otro lado, Jesús mismo a menudo no se comportaba
de la manera que comúnmente se espera de un "buen
cristiano". Por ejemplo, él no se esforzó por ser
particularmente "amable". Al contrario, sus
palabras y actos a menudo escandalizaban a la gente.
Aunque a veces sanaba milagrosamente a enfermos y
alimentó a multitudes, nunca hizo de eso un programa
regular de "asistencia social". Aunque asistía
a la sinagoga según la costumbre judía, no lo hacía
como un oyente "bien educado": Al contrario, a
menudo interrumpió los servicios de una manera que
molestaba a los líderes. Aunque Jesús no era ningún
revolucionario político y no representaba ningún
programa político, él tampoco era un "buen
ciudadano". El entró en tal conflicto con las
autoridades que ellos lo sentenciaron a muerte. Supongo
que Jesús mismo no sería aceptado como
"cristiano" por aquellos que enfatizan un
"comportamiento cristiano".
No todo el que hizo su "entrega a
Cristo", es un cristiano.
Este es el malentendido particular de los evangélicos.
Se ha hecho costumbre en las iglesias evangélicas,
llamar a la gente a que "entreguen sus vidas a
Cristo." Entonces se les enseña que repitan una
oración estándar, y después se les dice: "Ahora
has entregado tu vida a Cristo, ahora eres
cristiano."
¡Pero eso no es entregar la vida a Cristo! Es como si yo
dijera a usted: "Mire, yo le doy cien dólares"
- pero no le doy nada. No es lo mismo decirlo
como hacerlo. "Entregar la vida a
Cristo" no sucede simplemente diciendo unas
palabras. (¡No existe ningún ejemplo en el Nuevo
Testamento donde alguien se hubiera convertido en
cristiano repitiendo una "simple oración"!)
"Entregar la vida a Cristo" significa vivirla
completamente para Cristo.
Entonces, en la práctica, la definición evangélica
significa: "Cristiano es el que hizo el ritual
evangélico de decir una oración de entrega." Esto
no es muy diferente de la definición ecuménica:
"Cristiano es el que fue bautizado en el nombre del
Dios Trino." Se cree que la conversión es un ritual
externo. Pero en muchos casos, este ritual evangélico de
la "oración de entrega" es igual de vacío
como el ritual del bautismo católico o reformado. Ser
cristiano no depende de un ritual exterior. El ser
cristiano depende de una obra sobrenatural de Dios. Este
es el elemento esencial que falta en todas las
definiciones mencionadas hasta ahora.
"De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. (...) El que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento/Espíritu* sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu." (Juan 3:3-8)
*(El idioma original griego usa la misma palabra para "viento" y "espíritu".)
El nuevo nacimiento no es un "ritual". No es algo que pudiéramos "hacer" humanamente. "El Espíritu sopla de donde quiere ... ni sabes de dónde viene, ni a dónde va." Es una obra soberana, sobrenatural, de Dios.
No quiero decir con esto que el nuevo nacimiento sea algo completamente impredecible. Se pueden observar ciertas características comunes en la mayoría de las personas que han llegado a nacer de nuevo. Pero no debemos tomar la siguiente lista como una "receta", de como pudiéramos "producir" un nueva nacimiento. Es importante entender que es Dios quien actúa y quien atrae a las personas hacia El (Juan 6:44). El hombre solamente puede responder a esta acción de Dios.
Lea Juan 15:26 y 16:7-11.
¿De qué cosas necesita el mundo ser convencido?
¿Quién obra esta convicción?
Lea Hechos 2:36-37.
¿Qué indicios hay en este texto, de que los oyentes de
Pedro experimentaron convicción del pecado?
Lea Hechos 2:38.
Mencione dos cosas que el hombre debe hacer.
Mencione dos cosas que Dios hace.
Lea Hechos 13:48.
¿Quiénes llegan a creer?
Lea Hechos 16:30-31.
Mencione una cosa que el hombre debe hacer:
Mencione una cosa que Dios hace:
Lea Tito 3:5.
En este versículo hay varias expresiones que equivalen
al "nuevo nacimiento". ¿Cuáles son?
Lea 1 Juan 1:9.
Además de perdonar nuestros pecados, ¿qué más hace el
Señor?
Según los pasajes leídos, podemos resumir de la siguiente manera la obra de Dios en el nuevo nacimiento, y anterior a él:
- Convicción del pecado, y de la necesidad de
salvación (Juan 16:8, Hechos 2:37)
- Arrepentimiento del pecador, y fe en la redención por
medio de Jesucristo (Hechos 2:37-38, 13:48, 16:30-31)
- Una "limpieza del corazón" (Tito 3:5, 1 Juan
1:9).
Es muy importante que al inicio de este proceso haya
convicción del pecado. En el día de Pentecostés
(Hechos 2:36-38), Pedro dijo: "Arrepiéntanse, y
bautícense...". Pero este no fue un llamado general
para que "todos se conviertan", como se hace en
las iglesias actuales. Pedro dijo esto en respuesta a la
pregunta: ¿Qué haremos (para ser salvos)? Solamente
a los que hicieron esta pregunta, Pedro los llamó a
arrepentirse y a ser bautizados. O sea, solamente a los
que estaban "compungidos ce corazón";
solamente a los que ya habían experimentado convicción
de su pecado.
No tiene sentido llamar al arrepentimiento a gente que no
tiene convicción del pecado. Esto produce solamente un
arrepentimiento superficial y una conversión de
apariencia, pero no de verdad.
Los primeros cristianos expresaron su arrepentimiento por medio del bautismo (Hechos 2:41, 16:33). Por eso, en Romanos 6:1-14, el bautismo es directamente relacionado con el nuevo nacimiento. Pero no debemos entender esto de la manera como si el bautismo fuera el "causante" del nuevo nacimiento (como tampoco lo es la "oración de entrega"). Ambos, bautismo y oración de entrega - si son genuinos -, son solamente una expresión del arrepentimiento y de la fe. Pero el nuevo nacimiento en sí es una obra de Dios, algo que el hombre no puede manipular o tener bajo su control.
Jonatán Edwards fue uno de los predicadores de avivamiento más grandes del siglo XVIII. El vio nacer de nuevo a miles de personas (sin invitarlos a "venir adelante", a "repetir una oración", o algo parecido como lo hacen las iglesias actuales). El resumió sus observaciones en un librito titulado: "Un relato fiel de la obra sorprendente de Dios". Allí describe los pasos que normalmente llevan al nuevo nacimiento (según sus observaciones), a menudo en el transcurso de un tiempo prolongado. Resumido brevemente, esto es lo que Edwards observó:
- Una persona experimenta convicción de su pecado;
toma conciencia de que es un pecador. O sea, se da cuenta
de que su vida se encuentra completamente afuera de la
voluntad de Dios.
- Intenta mejorar su vida y agradar a Dios. Pero con el
tiempo se da cuenta de que no logra mejorar. Con esto, se
profundiza su convicción del pecado.
- Viene un momento de "quebrantamiento": El
pecador llega al límite de sus posibilidades y se da
cuenta de que no puede hacer absolutamente nada para
mejorarse o para convertirse. Entiende que es
completamente preso del pecado. (Los modernos
métodos de evangelización impiden que un pecador llegue
alguna vez a este paso, porque le dicen que convertirse
es "fácil" y que la conversión consiste en
una "simple oración".)
- El pecador reconoce que la condenación de Dios sobre
él es completamente justa.
- Exactamente en este punto de quebrantamiento más
profundo, puede por primera vez realmente entender y
recibir la gracia de Dios. Así recibe nueva vida de
Dios.
- Dios empieza a renovarle por Su gracia. Pero a menudo,
en esta fase el nuevo cristiano todavía no se da cuenta
de que ya se ha convertido y ha nacido de nuevo.
- El nuevo nacimiento le hace ver todas las cosas de Dios
y de la vida en una nueva luz.
Pero Edwards enfatiza también que esta descripción no es un esquema rígido. Dios puede actuar de formas diferentes en diferentes personas.
(Vea también acerca de este tema: "El camino de la persona en quien Dios obra para salvación".)
Para reflexionar:
¿Usted experimentó la "convicción del
pecado" que viene del Espíritu Santo? - Describa.
¿Usted experimentó el arrepentimiento profundo que es dejar atrás el pecado y volverse a Dios? - Describa.
¿Usted experimentó el nuevo nacimiento en Jesucristo y la "limpieza espiritual"? - Describa.
¿Dónde se encuentra usted actualmente en el proceso descrito por Jonatán Edwards?
Cualquiera que sea la manera particular como alguien experimenta el nuevo nacimiento, su vida cambia radicalmente. Como lo describió Paul Washer en una ilustración (citado de la memoria):
"Si usted entra a esta habitación todo normal y relajado y me dice que en el camino para acá usted se chocó con un camión que avanzaba a cien kilómetros por hora, entonces yo no le voy a creer. Usted no puede haber experimentado un tal choque y estar todo relajado y sin ninguna herida. - De la misma manera, si usted me dice que usted tuvo un encuentro con Jesucristo, y usted sigue siendo el mismo como antes, yo no le voy a creer eso. Nadie sigue siendo el mismo después de chocarse con el poder más grande del universo."
O como dice Pablo:
"...nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado. (...) Y si morimos con Cristo, creemos que
también viviremos con él..." (Romanos 6:6.8)
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en
la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí." (Gálatas
2:20)
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas." (Efesios 2,10)
(Acerca del último versículo citado: Note que arriba dijimos que las buenas obras no son ningún medio para alcanzar la salvación. Sin embargo, las buenas obras son una consecuencia necesaria de la salvación.)
El hombre nuevo ...:
- ya no está bajo la condenación de Dios por su pecado.
Es absuelto, porque Jesús murió por él, y el
"viejo hombre" murió junto con Jesús.
- puede hacer, lo que el "viejo
hombre" no podía: Puede vivir según la voluntad de
Dios, porque Cristo vive en él.
"Cristiano" en el sentido de la Biblia es solamente aquel que se convirtió en hombre nuevo. Esto es una obra de Dios, no una ceremonia humana.
Lea 1 Pedro 2:2-3. - ¿Qué desea un "recién nacido" (espiritualmente)?
Como se explica en estos versículos, la "leche espiritual" incluye todo lo que sirve para el crecimiento espiritual: la palabra de Dios; la comunión con Dios en la oración; la comunión con otros cristianos; etc. Un verdadero cristiano nacido de nuevo tiene un deseo de buscar a Dios, de pasar tiempo con El, de leer la Biblia y aplicarla a su vida, etc., de la misma manera como un bebé tiene el deseo de tomar leche. Nadie tiene que persuadirlo ni obligarlo; el deseo nace en él mismo. Si alguien no tiene este deseo, es una señal de que no ha nacido de nuevo. (O si es que ha nacido de nuevo, tiene una enfermedad espiritual muy grave.)
Lea 1 Pedro 1:22-23. ¿Qué hacen las personas renacidas? ¿Para qué fueron purificados?
Lea 1 Juan 4:9-10. ¿De dónde viene el amor?
El amor fraternal y el corazón puro no son cosas que un cristiano tuviera que buscar con muchos esfuerzos forzados. Son cosas que Dios ya puso dentro de él con el nuevo nacimiento. Entonces, si uno encuentra estas cosas dentro de sí, puede concluir con bastante seguridad que ha nacido de nuevo - y si no, tiene que suponer que no ha nacido de nuevo.
El amor fraternal es sin fingir. No es lo mismo como "ser amable". Es un deseo profundo y sincero de hacer bien a sus hermanos en la fe. Es también ser transparente y no aparentar algo que no es.
Lea 1 Juan 3:6-9. ¿Qué dice este pasaje acerca de la relación entre un cristiano nacido de nuevo, y el pecado?
Lea 1 Corintios 6:9-11. ¿Puede alguien entrar al reino de Dios, si en el pasado había sido un ladrón, un fornicario o un borracho?
¿... y si sigue siéndolo en el presente, puede entrar al reino de Dios?
Como vemos en estos pasajes, lo normal para un cristiano es que no peca. Por más pecador que haya sido en el pasado, Cristo lo ha limpiado y lo ha transformado en el nuevo nacimiento. En la vida de un cristiano hay claramente un "antes" y un "después": Antes pecador, ahora santo. Antes perdido, ahora salvo. Antes siervo del pecado, ahora siervo de Cristo. Entonces, no es cierto lo que algunos dicen, que "(los cristianos) pecamos todo el tiempo", o que "somos todos pecadores, solamente que Cristo nos perdonó." No, ¡el Nuevo Testamento no llama "pecadores" a los cristianos! Quien no ha experimentado este "antes" y "después", no ha nacido de nuevo.
Es cierto que aun los cristianos cometen
de vez en cuando un pecado. Para estos casos, pueden
siempre recurrir al Señor: "Y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo
el justo" (1 Juan 2:1). Pero enseguida añade el
apóstol: "Hijitos míos, estas cosas les escribo para
que no pequen." Con esto aclara que no es
normal que los cristianos pequen.
Cuando caminamos, de vez en cuando nos tropezamos y hasta
podemos caernos. Entonces nos volvemos a levantar y
seguimos caminando. Pero a nadie se le ocurriría decir:
"Todos tropezamos todo el tiempo." Igualmente
absurdo es decir que "un cristiano peca todo el
tiempo". Para un cristiano verdadero, el pecado es
la excepción; y si sucede, entonces lo reconoce, lo
arregla con el Señor y con las personas involucradas, y
sigue caminando en santidad.
Lea Romanos 8:14-16. ¿En qué puede reconocer un cristiano que es hijo de Dios?
El que ha nacido de nuevo, tiene dentro
de sí esta confianza como de un niño: "Dios es mi
Padre. El me ha adoptado y recibido como Su hijo."
No es fácil describir en qué exactamente consiste este
"testimonio del Espíritu Santo". No es
(normalmente) una experiencia extraordinaria como una
visión o una voz del cielo. (Tales experiencias aun
pueden ser falsificaciones desde el mundo espiritual,
para dar una falsa seguridad a alguien que no ha nacido
de nuevo.) Pero tampoco es un producto de la mente propia
o de la imaginación propia. No, el testimonio del
Espíritu Santo es una seguridad interior que Dios mismo
coloca dentro de Sus hijos. El que tiene este testimonio
dentro de sí, sabe que esto viene de Dios, no de su
propia mente. El que lo ha experimentado, sabe de qué
estoy hablando.
Para reflexionar:
¿Tiene usted "hambre y sed" de las cosas de
Dios? _______
¿Tiene usted un amor no fingido hacia otros hijos de
Dios, en quienes Cristo vive igual como en usted? _______
¿No vive usted en pecado; es la presencia de Dios tan
real para usted que le retiene del pecar? _______
¿Tiene dentro de usted el testimonio del Espíritu
Santo, de que usted es un hijo/una hija de Dios? _______
Si llegó a la conclusión de que todavía no ha nacido de nuevo, ¡busque a Dios al respecto, hasta que lo encuentre!
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