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¿Someteos a vuestros pastores?

Un breve análisis de Hebreos 13:17

Una enseñanza muy difundida en las iglesias evangélicas (por no decir nada de la católica), es que "hay que someterse al pastor". He comentado en varios otros lugares acerca de esta enseñanza equivocada:

- Autoritarismo en iglesias evangélicas y Sacerdotalismo en "Las ovejas del Perú"
-
Sobre el liderazgo de la iglesia en "95 tesis sobre el estado de las iglesias evangélicas"
... y también estos artículos por otros autores:
- Andrew Strom: El sistema de "un solo pastor", en "Los secretos de la iglesia temprana"
- Kato Mivule:
El control humano, Implicaciones para los últimos tiempos

Sin embargo, sigo recibiendo comentarios de lectores que me dicen, de una forma u otra: "¿Pero no dice en Hebreos 13:17 que debemos someternos al pastor?" Desafortunadamente, existen muchos líderes que sacan este verso de su contexto para enseñar una sumisión ciega bajo el "pastorado" de una congregación determinada - pero esto no es lo que dice.

Por tanto, decidí dedicar un breve artículo exclusivamente al análisis de este versículo y su contexto.

Se trata aquí de uno de los asuntos fundamentales de la Reforma: ¿Cuál es la máxima autoridad de la iglesia? ¿Su propia tradición (o sea, sus líderes humanos), o la palabra de Dios? Para los reformadores y sus seguidores, ¡esta pregunta fue lo suficientemente importante para dar sus vidas por ella! Entonces voy a invertir por lo menos un poco de tiempo y palabras adicionales en una discusión sobre ella.

Las palabras claves en Hebreos 13:17 son "sumisión" y "pastores". Es necesario entonces aclarar el significado de estas dos palabras.

Voy a citar el comienzo del versículo según la versión Reina-Valera de 1960, y de allí regresaré al original griego.

"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos..."

Al comparar el original griego, llama la atención que ninguna de las tres palabras claves ("obedeced", "pastores", "sujetarse") es la palabra usual y "normal" que esperaríamos encontrar:

La palabra usual para "obedecer" es "hypakouo". Aquí, en cambio, tenemos la palabra "peithomai", que es la voz media (reflexiva) de "peitho", "convencer". Una traducción más literal sería entonces: "Déjense convencer...". O sea, aquí no se trata de una obediencia ciega; mas bien se trata de seguir a alguien que tiene buenas razones, razones convincentes.

La palabra usual para "pastor" es "poimen", que literalmente significa un pastor de ovejas, de vacas o de otros animales. Pero aquí, en cambio, tenemos la palabra "hegoumenos", que viene de "hegéomai" = "guiar" o "considerar". La misma palabra "hegoumenos" es traducida como "guiador" en Mateo 2:6, y como "el que dirige" en Lucas 22:26. Una traducción apropiada sería quizás "guía" o "líder".

Se levanta aquí la pregunta: ¿"Pastorado" o "pastoreo" es idéntico con "liderazgo" de la iglesia? - La tradición actual de las iglesias dice "sí", pero el Nuevo Testamento habla de una forma distinta:
- El liderazgo de las iglesias estaba en manos de los ancianos (al nivel local) y de los apóstoles (al nivel de la iglesia universal). Donde el liderazgo de la iglesia es llamado "pastores" (como p.ej. en 1 Pedro 5:1-4), se refiere claramente a los ancianos.
- La palabra "pastor", por tanto, no se usaba para designar un oficio eclesiástico. Solamente se usaba en forma figurada para resaltar un aspecto de la labor de los ancianos y apóstoles (el aspecto de "alimentar" y "cuidar").
- Ninguna iglesia del Nuevo Testamento fue dirigida por un solo "pastor" o "líder", al que los demás "pastores" o ancianos hayan tenido que someterse (como es el caso en la mayoría de las iglesias evangélicas actuales). Vea las tesis no.47, 49 y 51 para citas bíblicas. Aun en nuestro verso, Hebreos 13:17, encontramos la palabra "guías" en plural.

Quizás lo dicho parezca un detalle insignificante. Pero me parece importante seguir recordando que el "pastorado" de la mayoría de las iglesias actuales NO es lo que el Nuevo Testamento entiende con esta palabra; y que no podemos simplemente proyectar las estructuras de una iglesia actual dentro de las palabras del Nuevo Testamento.

El propio contexto de Hebreos 13 nos da una pauta adicional acerca de estos "guías" o "líderes". El verso 7 dice:

"Acordaos de vuestros pastores (guías, líderes), que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe."

En otras palabras, se trata de personas de una conducta ejemplar, dignos de ser imitados. No se trata de personas que fueron elevados a una posición de "liderazgo" por medio de un nombramiento, una elección, una ordenación, una graduación, o cualquier otro procedimiento humano, y que desde allí podrían exigir "sumisión". Al contrario, se trata de personas que anteriormente ya demostraron su integridad; personas que pudieron demostrar "resultados" visibles de su conducta y fe, y por tanto se ganaron el respeto de la congregación de los santos. Ellos tienen autoridad, y merecen sumisión, en cuanto son ejemplos para los santos.

Pasamos ahora a la palabra "someteos" o "sujetaos". La palabra griega usual es "hypotasso", que significa sumisión por causa de la posición que uno tiene. Esta palabra se usa p.ej. para la sumisión de los hijos hacia sus padres; de los jóvenes hacia los ancianos; de los ciudadanos hacia el gobierno; o de los soldados hacia sus superiores en el ejército. Pero nuevamente, Hebreos 13:17 no usa esta palabra usual. En lugar de ello usa "hypeiko", una palabra mucho menos dura. Significa "dar lugar" o "ceder" (a algo o alguien), o "adaptarse" - no obligado por tener una posición inferior, sino por decisión voluntaria.

Entonces, una traducción más apropiada del inicio de nuestro versículo sería:

"Déjense convencer por vuestras guías/líderes, y cedan (a ellos) ..."

Esto da una imagen más clara de lo que es la "sumisión" dentro de la iglesia cristiana: Un reconocimiento voluntario de la autoridad de aquellos hermanos que destacan por su vida y madurez espiritual ejemplar, y por tanto son dignos de ser escuchados e imitados. No es un asunto de "jerarquía eclesiástica" ni de "cadena de mando"; mas bien es un asunto de "autoridad relacional" basada en la madurez espiritual personal.

Este concepto entero está enmarcado en la sumisión MUTUA (Ef.5:21, 1 Pedro 5:5b), y en el principio superior de que se debe obediencia a Dios antes que a cualquier autoridad humana (Hechos 4:19, 5:29).

Esto significa que cuando hay un conflicto de lealtades, entre la obediencia hacia un líder y la obediencia hacia Dios y Su palabra, el cristiano escogerá la obediencia hacia Dios. El apóstol Pablo escribe a los gálatas, ¡que ni siquiera a él mismo debían hacerle caso, si él les anunciara un evangelio diferente del que escucharon! (Gál.1:8) Y también en 1 Cor.4:6 establece un límite para su propia autoridad: "a no pensar más de lo que está escrito". O sea, aun su propia autoridad apostólica no estaba por encima de la autoridad de la palabra de Dios establecida una vez para todas.

Nota de edición (2011):
Para el caso de que el lector haya llegado directamente a este artículo sin haber leído los otros artículos relacionados con este tema, deseo aclarar este punto un poco más. La autoridad de un líder en la iglesia cristiana no va "más allá de lo que está escrito". O sea, un líder tiene toda autoridad para reforzar, enseñar y aplicar todo lo que está establecido en la Palabra de Dios - pero no más allá de esto. No tiene ninguna autoridad para establecer leyes, reglamentos o requisitos adicionales, sea explícitamente o sea en forma de "leyes calladas" (de cuya existencia uno se entera solamente cuando uno las quebranta accidentalmente). En este contexto escribe Martín Lutero (en "La cautividad babilónica de la iglesia", 1520):

"Que quede bien claro: ni el papa, ni los obispos, ni hombre alguno tienen derecho a someter al cristiano a la ley ni de una sílaba si no media el consentimiento de éste. Es tiránica cualquiera otra forma de actuar. ... Ahora bien, el sujetarse a estas leyes y ordenanzas tiránicas es lo mismo que adscribirse a la servidumbre de los hombres.
... A los cristianos no les pueden imponer leyes en justicia hombres ni ángeles, a no ser en la medida en que los mismos cristianos lo deseen; estamos totalmente liberados. ... Por eso dirijo mi acusación contra el papa y contra todos los papistas, y les digo que si no retiran sus cánones y sus tradiciones, si no restituyen a las iglesias de Cristo su libertad, si no hacen que esta libertad se proclame, se están haciendo reos de la perdición de todas las almas que perecen en este cautiverio miserable y el papado no será más que el reino de Babilonia y del verdadero anticristo."

Esta es la postura reformada y bíblica, que establece claramente la autoridad de la palabra de Dios por encima de cualquier autoridad y liderazgo humanos. Cualquier otra postura llevará inevitablemente al tradicionalismo y papismo de la iglesia romana.

- Siguiendo en Hebreos 13:17, un lector citó el verso de esta manera: "... pues ellos velan sobre vosotros como quien tiene que dar cuenta delante de Dios". Esta cita es un poco inexacta, pero reveladora. Asi está en la Reina-Valera 1960 (que lo traduce correctamente):

"... porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta".

Las diferencias pueden parecer insignificantes. Pero he aprendido que las palabras que alteramos inconscientemente en una cita bíblica, revelan más acerca de nosotros mismos de lo que nos imaginamos. Veo dos diferencias notables:

- El verso dice "por vuestras almas", pero este lector dijo "SOBRE vosotros". Sucede a menudo que alguien proyecta un concepto jerárquico dentro de este versículo, que no está allí. Una vez me tomé la molestia de buscar en el Nuevo Testamento algún versículo que hable de líderes "sobre" otros cristianos, o de cristianos "bajo" el liderazgo de alguien. ¡Hasta ahora no encontré ninguno! Lo encontré en el contexto del liderazgo de este mundo (p.ej. Mateo 8:9), pero no en el contexto de la iglesia cristiana. Siempre se usan expresiones como "trabajar EN" o "ENTRE" el rebaño de Dios (Hechos 20:28, 1 Pedro 5:2, etc.). Esto es muy significativo. El lenguaje del Nuevo Testamento siempre coloca a los líderes al mismo nivel como los demás hermanos; nunca los levanta a una posición "SOBRE" ellos.

- Este lector añadió las palabras "delante de Dios", que no están en el texto. Es una interpretación posible (yo también creo que un líder tiene que dar cuentas a Dios); pero existe otra igualmente posible: que los líderes tienen que dar cuenta delante de la congregación. Por ejemplo en 2 Cor.8:21, en cuanto a la ofrenda para la iglesia en Jerusalén, Pablo dice que hay que "hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor, sino también delante de los hombres". Y en todo el capítulo 2 de 1 Tesalonicenses escuchamos a Pablo rindiendo cuentas a los tesalonicenses acerca de su conducta entre ellos. Este es un aspecto importante, en línea con la sumisión mutua y el liderazgo como servicio, que no debe olvidarse.

¿A qué viene entonces la "sumisión bajo el liderazgo", según el Nuevo Testamento? Que no es nada más ni menos que la sumisión a la misma Palabra de Dios. Un buen líder, que es con su propia vida un ejemplo de obediencia hacia Dios, reforzará en sus seguidores esta sumisión bajo Dios y Su voluntad. Tener tales líderes es una gran ayuda y un gran beneficio para los seguidores, porque para ellos la sumisión hacia los líderes y la sumisión bajo Dios van en uno; pero aun así no están exentos del deber de "examinar todo, y retener lo bueno" (1 Tes.5:21) - porque aun el mejor líder puede equivocarse alguna vez.

En cambio, donde un líder no es un ejemplo digno de seguir (como es la triste realidad de muchas iglesias), donde el líder vive en pecado y usa su posición de poder para encubrirlo; o es sediento de dinero o de poder; o es un hipócrita; allí la doctrina de la "sumisión" (si no es equilibrada con los puntos arriba mencionados) es una receta para el desastre. Los miembros de una tal congregación van a estancarse en una inmadurez permanente; van a repetir ciegamente enseñanzas equivocadas; van a imitar el estilo de vida pecaminoso de sus líderes; van a colaborar para encubrir los delitos de los líderes; todo eso en el nombre de una mal entendida "obediencia" y "sumisión".

Otro pregunta se levanta en este contexto: ¿A quién se somete el "pastor" o líder? - Muchas denominaciones que conocí, tienen una estructura jerárquica o "piramidal", donde los pastores locales se someten a un liderazgo regional y los líderes regionales se someten a un liderazgo nacional. Esto no es otra cosa que una imitación evangélica del papado romano, y ciertamente no es el camino bíblico. Este sistema concentra mucho poder en las manos de unos pocos líderes en la punta, quienes no rinden cuenta a nadie - un camino seguro hacia la corrupción.

Al mismo tiempo, existen paralelamente diferentes iglesias y denominaciones en una misma ciudad, cuyos líderes todos exigen sumisión de sus respectivos miembros, pero no reconocen el liderazgo unos de los otros (o sea, ellos mismos no practican la sumisión que exigen de los demás). Por ejemplo, conocí a varios pastores que prohibieron a "sus" miembros asistir a reuniones de otras iglesias, excepto con el permiso personal del pastor. ¿Cuán legítimo es un liderazgo que exige sumisión completa de su segmento particular de la cristiandad, mientras se niega a reconocer a los líderes de todos los otros segmentos? Si un pastor merece sumisión, ¿por qué se aplica esto solamente dentro de las cuatro paredes de su propia denominación, y no también a través de las diferentes denominaciones? ¿Cuándo, por ejemplo, exhortará el pastor presbiteriano a su congregación a someterse al pastor pentecostal? ¿Cuándo aceptará el pastor metodista una corrección de parte del pastor bautista? ¿Cuándo por fin renunciarán estos pastores a sus "derechos de propiedad" particulares sobre su pequeño segmento del rebaño del Señor? - El apóstol Pablo, en 1 Cor.3, tiene una sola palabra para esta situación actual: "Carnalidad".

- Hay una sorpresa más en nuestro texto. He elaborado bastante sobre Hebreos 13:17, y como complemento he citado Hebreos 13:7. Deseo ahora echar una mirada al contexto entero de Hebreos, y particularmente a algunos versículos que se encuentran ENTRE estos dos versos.

Esta carta fue escrita a los "hebreos", o sea a cristianos de origen judío; muy probablemente a aquellos que habían huído de Jerusalén cuando los romanos empezaron a sitiar la ciudad, según Jesús mismo les había indicado (Luc.21:20-21). Ellos estaban acostumbrados a participar todavía en el sistema religioso judío, especialmente en las reuniones y fiestas del gran templo con todo su esplendor. Ahora, en el exilio, debían extrañar estas expresiones grandiosas de su religión. Varios capítulos en Hebreos se dedican a explicar cuanto más glorioso y precioso es el ministerio de Jesucristo, aunque invisible, en comparación con el ministerio visible del templo; y cuanto mejor es el sacerdocio celestial de Jesucristo, en comparación con el sacerdocio visible, terrenal. Por tanto - esta es la aplicación principal de Hebreos -, no debían apenarse por la gloria del templo y de su sacerdocio y de su gran comunidad religiosa visible, que habían dejado atrás y cuya destrucción estaba cerca. Al contrario, debían dirigir sus miradas hacia Jesús y Su ministerio espiritual. En otras palabras: Ellos debían salir completamente de su sistema religioso acostumbrado y visible. Debían salir de este sistema no solo exteriormente (como ya lo habían hecho, obligados por las circunstancias), sino también interiormente, con toda su actitud y decisión. Su lealtad ya no debía pertenecer al sacerdocio antiguo, sino al nuevo sacerdocio de Jesús mismo.

En este contexto debemos ver también nuestro capítulo 13, y especialmente los versos 10 a 14:

"Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir."

¿Qué significaría para nosotros hoy, "salir fuera del campamento"? - El "campamento" significa el ámbito de la religión instituida y visible. Así como los judíos en aquel tiempo tenían un templo visible, y un sacerdocio instituido con bastante poder mundano, también las iglesias actuales han edificado grandes templos visibles y un sacerdocio con mucho poder en este mundo. Siempre donde esto sucede, la iglesia vuelve a caer en la misma trampa como el pueblo de Israel en los tiempos de Jesús: Ponen su mirada en lo visible en vez de lo invisible, juntan tesoros en la tierra en vez del cielo, intentan edificar una "ciudad permanente" aquí en esta tierra, y rechazan exactamente a los profetas que son enviados a ellos por Dios - incluso al mismo Hijo de Dios.
Cada vez que el pueblo de Dios se estanca en esta situación, Dios llama nuevamente a Su remanente a "salir fuera del campamento", a abandonar la religión instituida y visible con su sacerdocio, y a embarcarse nuevamente a un peregrinaje en pos de Jesús, el verdadero Sumo Sacerdote celestial. Así como Jesús fue expulsado por los líderes religiosos de su tiempo, el verdadero cristiano tiene que sufrir ser expulsado por los líderes de la iglesia contemporánea, fuera de las "ciudades permanentes" edificadas por la religión, y "llevar el vituperio de Cristo", buscando la "ciudad por venir" que es invisible. (Vea también Juan 16:2.) Esto es lo que sucedió en cada verdadero avivamiento de la historia: le sucedió a Lutero, les sucedió a los anabaptistas, le sucedió a Wesley, y a muchos otros reformadores y predicadores de avivamiento.

Entonces, ¿quiénes son los "guías" o "líderes" del pueblo de Dios en esta situación y en este contexto, cuyo ejemplo debemos seguir y por quienes debemos "dejarnos convencer"? - No son los líderes de la religión establecida (ni siquiera de aquella que se llama "cristiana"). "Guía" puede ser solamente el que camina hacia algún lugar; pero los líderes de la religión establecida se mantienen estáticamente sentados sobre sus tradiciones y privilegios. Los verdaderos "guías" son aquellos que se atrevieron a salir fuera del "campamento" de las iglesias instituidas (o que incluso fueron expulsados por ellas), dejando atrás las seguridades visibles, los templos vistosos y los sacerdocios poderosos, para llevar una vida "pionera" de fe, sin reconocimiento por parte de los líderes oficiales. Son los que se atrevieron a llevar el "vituperio de Cristo", habiendo perdido la "cobertura" de la religión oficial, acusados de "rebeldes", "blasfemos", "extremistas" o "divisivos" por los líderes (igual como Cristo mismo fue acusado); y que demostraron que exactamente en estas circunstancias su fe en Cristo no se quebrantó sino que al contrario, se fortaleció más.

A los defensores de la sumisión ciega, seguramente esta mi interpretación de Hebreos 13 le parezca chocante. No puedo obligarlos a aceptarla. Pero los dejo con este desafío: Dios debe haber tenido una razón particular para colocar estos versos acerca del "salir fuera del campamento" justo entre los versos sobre "imitar la fe de nuestros guías" y "dejarnos convencer por ellos". Si esto no significa lo que acabo de explicar, entonces ¿qué significa?


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