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Nota: Esta es la segunda parte del artículo: "¿Quieres experimentar avivamiento?" - Se recomienda leer la primera parte primero.
En este artículo quiero enfocar en algunos aspectos "negativos" de un avivamiento. He escrito y enseñado mucho sobre lo deseable que es un avivamiento. Pero hay algunos aspectos acerca de un avivamiento que pueden no ser tan "deseables" para algunos hermanos. Por tanto, si tú dices que deseas avivamiento, considera este lado también y piénsalo dos veces. No sea que después, cuando Dios envíe avivamiento, te quedes decepcionado y digas: "No esperé que iba a ser así ... ¿por qué no me lo dijeron antes?"
Un avivamiento trae desorden.
Cuando Dios envíe un avivamiento,
las reuniones de las iglesias no podrán continuar como siempre.
Sucederán cosas fuera de lo común, y esto puede causar un
cierto desorden.
En muchos avivamientos de la historia, las personas fueron tan
abrumados por la conciencia de sus pecados, que empezaron a
gritar y llorar a voz alta, o cayeron postrados al suelo.
Seguían en este estado hasta que llegaron al arrepentimiento
completo, y a la fe y la seguridad de que el Señor había
perdonado sus pecados. A veces, el predicador no podía seguir
predicando por el fuerte llanto y lamento de los oyentes.
En su famoso sermón "Pecadores en las manos de un Dios airado" (1741), Jonatán Edwards describió vivamente el odio y asco que Dios siente frente al pecado, y los abismos del infierno que esperan al pecador. Mientras él predicaba este sermón, cayó tal temor sobre sus oyentes, que se agarraron de las bancas y de las columnas del auditorio para no caer al lago de fuego que sintieron abrirse debajo de sus pies.
Charles Finney escribió acerca de
una reunión donde él predicaba:
"Yo les había hablado de esta manera directa por unos
quince minutos, cuando de repente una solemnidad terrible vino
sobre ellos. La congregación empezó a caer de sus asientos en
cada dirección, y a clamar por misericordia. Si yo hubiera
tenido una espada en cada mano, no podría haberles cortado de
sus asientos tan rápido como cayeron. Casi toda la congregación
estuvo sobre sus rodillas o sobre sus rostros dentro de menos de
dos minutos después de este primer choque que vino sobre ellos.
Todos los que todavía estaban capaces de hablar, oraron por
ellos mismos.
Por supuesto yo tuve que dejar de predicar, porque ellos ya no
prestaron ninguna atención. Yo vi al hombre anciano que me
había invitado, sentado en medio de la sala y mirando alrededor
con extremo asombro. Levanté mi voz casi a un grito para hacerme
escuchar, y señalándole a él, dije: '¿No sabe Ud. orar?' - El
cayó sobre sus rodillas, y a voz alta derramó su corazón ante
Dios. Pero la gente no prestó atención. Entonces dije tan alto
como pude: 'Ustedes todavía no están en el infierno. Ahora
déjenme dirigirles a Cristo.' ... Mi corazón estaba tan lleno
de gozo ante esta escena, que casi no pude contenerme. Solo con
gran dificultad me abstuve de gritar, dando gloria a Dios."
Andrew Strom escribe acerca de los inicios del Ejército de
Salvación:
"En el año 1884, 600 salvacionistas fueron
detenidos y encarcelados en Inglaterra por las autoridades, por
haber causado disturbios en las calles. El ejército declaraba
siempre que ellos tenían el derecho de llevar a cabo sus marchas
y sus reuniones al aire libre; y que era una restricción de la
libertad religiosa, negarles este derecho. ... De hecho, ellos se
negaron por principio a pagar aun la multa más pequeña, y
entonces la cárcel fue inevitable. Pero ellos hacían siempre
una marcha inmensa y muy ruidosa, acompañando a los soldados
detenidos a la cárcel; y otra marcha para acompañarlos cuando
salieron de la cárcel.
... Un juez exasperado exhortó a otro contingente de soldados
detenidos, 'que lean y mediten en sus Biblias un poco más, que
hablen menos, y que confíen menos en el ruido de tambores e
instrumentos de metal. Los tambores y trompetas son un
acompañamiento apropiado para un circo, pero están fuera de
lugar en un día domingo en una ciudad tranquila como Milton.' -
Exhortaciones como esta no tenían ningún efecto."
Un testigo del avivamiento en Timor (Indonesia) en 1970 reportó que un día el culto fue interrumpido por las sirenas de los bomberos que se acercaban. No había ningún incendio, entonces ¿qué había pasado? - Resultó que unos vecinos habían visto llamas de fuego sobre el techo de la iglesia; no fue ningún incendio, fue el fuego del Espíritu Santo; pero los vecinos pensaban que la iglesia estaba ardiendo y alarmaron a los bomberos.
Escenas como estas no son nada nuevo. Cuando Jesús predicaba
en cierto lugar, la gente se amontonaba hasta afuera de la puerta
para escucharle. En medio de su prédica, fue interrumpido por
trozos de arcilla que cayeron desde el techo. Unos hombres
habían abierto un hueco en el techo para bajar por allí a un
paralítico que querían que Jesús lo sanara. (¡Y Jesús en
ningún momento les amonestó que mantuvieran el orden!)
En el día de Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo, los
120 discípulos reunidos se comportaron públicamente de una
manera que les hizo parecer borrachos (Hechos 2:12-13). Causaron
un amontonamiento de por lo menos tres mil personas, a los que
bautizaron allí mismo en plena calle.
El apóstol Pablo, durante sus viajes misioneros, causó
alborotos en casi cada ciudad donde llegaba. Generalmente se
quedó predicando en una ciudad hasta que se vio obligado a huir
de una persecución o de un alboroto. ¡Lee alguna vez el libro
de Hechos bajo este aspecto!
- En Antioquía de Pisidia:
"El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad
para oir la palabra de Dios. Pero viendo los judíos la
muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo
decía, contradiciendo y blasfemando. ...instigaron a mujeres
piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y
levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron
de sus límites." (Hechos 13:44-45.50)
- En Iconio:
"Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus
gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo
sabido, huyeron a Listra..." (Hechos 14:5-6)
- En Listra:
"...Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir
que la multitud les ofreciese sacrificios. Entonces vinieron unos
judíos de Antioquía y de Icnoio, que persuadieron a la
multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de
la ciudad, pensando que estaba muerto." (Hechos 14:18-19)
- En Filipos:
"... y presentándolos ante los magistrados, dijeron: Estos
hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad... Y se agolpó
el pueblo contra ellos, y los magistrados, rasgándoles las
ropas, ordenaron azotarles con varas." (Hechos 16:20-22)
- En Tesalónica:
"Entonces los judíos que no creían, teniendo celos,
tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una
turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón,
procuraban sacarlos al pueblo..." (Hechos 17:5)
- En Berea:
"Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en
Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y
también alborotaron a las multitudes." (Hechos 17:13)
- En Corinto:
"Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se
levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al
tribunal ... Entonces todos los griegos, apoderándose de
Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del
tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello." (Hechos
18:12.17)
- En Efeso:
"Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al
teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros
de Pablo. ... Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque
la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se
habían reunido. ... Pero cuando le conocieron que era judío,
todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de
los efesios!" (Hechos 19:29.32.34)
- En Jerusalén:
"Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el
pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del
templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos
matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la
ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego
soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al
tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. ... Al
llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los
soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la
muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!"
(Hechos 21:30-36)
Notamos también que en muchos casos, el "desorden"
se dirigía directamente contra el orden establecido de las
iglesias. Empezando con Jesús mismo, quien al propósito rompía
el orden de las reuniones en la sinagoga, sanando enfermos en el
día de reposo y haciendo otras cosas que enfurecían a los
escribas y fariseos.
También los apóstoles, con su prédica y sus acciones, a menudo
provocaron la ira de los líderes religiosos. Varias veces fueron
amenazados para que ya no hablasen en el nombre de Jesús. En una
de estas oportunidades, los apóstoles respondieron a los
sacerdotes: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres." (Hechos 5:29) - Los apóstoles, y Jesús mismo, no
tenían ningún reconocimiento por parte de la sinagoga (con
excepción de Pablo, que era un rabino).
Durante el tiempo de la Reforma surgieron los
"anabaptistas". Ellos opinaron que la Reforma de Lutero
y Zuinglio no era lo suficientemente radical; que debían volver
a la vida de los primeros cristianos y poner en práctica todo lo
que dice la Biblia. Mientras los reformadores encargaron a las
autoridades del estado con proteger la iglesia, los anabaptistas
enseñaron que la autoridad secular no tiene nada que ver en los
asuntos de la iglesia. Y mientras los reformadores seguían
bautizando a los niños pequeños (como la iglesia católica),
los anabaptistas enseñaron que el bautismo es solo para
convertidos.
La controversia se agudizó, y en 1525, el Consejo de la ciudad
de Zurich prohibió a los anabaptistas reunirse y difundir sus
enseñanzas. Ellos desafiaron abiertamente esta orden, se
reunieron en las orillas del lago de Zurich y se bautizaron unos
a otros. (Esto fue completamente en contra de todo lo que las
iglesias, tanto católica como reformada, permitían.)
Es interesante que hoy en día, la gran mayoría de las iglesias
evangélicas siguen las enseñanzas anabaptistas, por lo menos
respecto al bautismo. Lo que una vez fue un escándalo, después
se hizo "respetable". Pero si alguien propone volver a
la enseñanza Bíblica en algunos otros puntos (por ejemplo,
celebrar la Cena del Señor en las casas; o abolir los títulos
de "pastor" etc.), sin duda causará un nuevo
escándalo.
John Wesley era un hombre muy disciplinado y ordenado; pero
él también rompió el orden de la Iglesia de Inglaterra en por
lo menos dos puntos importantes:
- El se llamó a sí mismo "evangelista". Hasta
entonces, la iglesia enseñaba que este título era reservado
para los primeros testigos del Señor, y que nadie podía
llamarse "evangelista" después de la era apostólica.
(Aquellos que hoy se oponen a "apóstoles" y
"profetas", ¿por qué no se oponen a
"evangelistas" por la misma razón?)
- El entrenaba y enviaba a predicadores laicos, o sea,
predicadores que no tenían ninguna autorización oficial para
predicar. La iglesia en aquel tiempo enseñaba que solo los
ministros ordenados eran autorizados para predicar el Evangelio.
(Aquellos que hoy se oponen a que los laicos bauticen o
administren la Cena del Señor, ¿por qué no se oponen a que los
laicos evangelicen, por la misma razón?)
En tiempos de avivamiento, Dios a menudo pasa por alto al
liderazgo establecido de la iglesia, y obra por medio de personas
desconocidas sin posición ni reconocimiento oficial. Los
líderes de los anabaptistas se encontraron completamente fuera
de las iglesias organizadas; pero la mayoría de los evangélicos
hoy reconocen que ellos tenían la razón. - El pionero de las
misiones modernas, William Carey, era un zapatero que aprendió
griego y hebreo por su propia cuenta. Aunque más tarde fue
reconocido como pastor bautista, la gran mayoría de sus colegas
pastores se opusieron fuertemente a su idea de evangelizar a los
paganos de Africa y Asia. - El líder del avivamiento en Gales
(1904), Evan Roberts, era un joven minero con estudios
teológicos inconclusos. Dios lo usó para convertir a cien mil
personas.
En el avivamiento en la Calle Azusa (1906), a menudo no había
nadie quien "dirigiera" las reuniones; cada uno podía
participar como el Espíritu Santo le guiaba, según 1 Corintios
14:26. (Pero los líderes interfirieron cuando hubo palabras o
manifestaciones contrarias a la Palabra de Dios.) Además se
mezclaban hermanos de raza blanca y negra en las reuniones, lo
que era un escándalo para mucha gente de aquel tiempo (incluso
para muchos líderes cristianos). Uno de los pioneros de aquel
avivamiento, Frank Bartleman, lamentó que el movimiento se
estaba desviando unos años más tarde y estaba perdiendo su
poder, cuando volvieron a hacer distinciones entre
"pastores" y "laicos".
Debe ser claro que estos ejemplos de "desorden" se encuentran dentro del marco de la Palabra de Dios. Ningún avivamiento verdadero va a anular algo que está establecido en la Palabra de Dios. Pero sí va a anular muchas de nuestras tradiciones y reglamentos humanos.
En resumen: Cuando Dios envíe un avivamiento, es muy probable que El va a voltear de cabeza nuestras tradiciones y nuestro orden en las iglesias, y nuestras estructuras de liderazgo. Jesús y los apóstoles hicieron lo mismo. ¿Estás dispuesto a pagar este precio?
Un avivamiento trae división.
Casi todos los líderes de avivamientos han sido acusados de ser "divisivos". Por lo general, ellos no tenían ninguna intención de causar división. Pero Dios obraba visiblemente por medio de ellos; y los líderes establecidos de las iglesias se opusieron a esta obra de Dios. Entonces, una división era inevitable: los seguidores del obrar de Dios por un lado, y los seguidores del liderazgo establecido por el otro lado.
Vemos esto de la manera más clara
en el caso de Martín Lutero. Hasta hoy, la iglesia católica
acusa a Lutero de "haber dividido la iglesia única".
Pero Lutero nunca tenía esta intención. El era un monje
católico, comprometido con la iglesia católica, y tenía un
solo propósito: hacer regresar la iglesia al camino de las
Escrituras. Llegó hasta el papa con sus peticiones, en la
esperanza de que por lo menos el papa debía tener un interés en
sacar la iglesia de la corrupción en la que se encontraba. Pero
la respuesta del papa fue, primero ignorar a Lutero, después
enviar a teólogos para refutarle y obligarle a retractarse (lo
que no lograron), y finalmente, excomulgarle. (Entonces, la
verdad histórica es, que no fue Lutero quien dividió la
iglesia, sino el papa quien expulsó a Lutero y a sus
seguidores.)
Puesto que los líderes de la iglesia se negaron a reformarse,
era necesario que se formase una iglesia reformada aparte. Lo
mismo sucedió en muchos otros avivamientos.
John Wesley era un ministro de la Iglesia de Inglaterra (una iglesia reformada). Pero cuando él empezó a predicar sobre el Nuevo Nacimiento, una iglesia tras otra le negó su púlpito, hasta que Wesley se vio obligado a predicar al aire libre. Entonces, sus seguidores empezaron a alejarse poco a poco de la Iglesia de Inglaterra, hasta que por fin formaron una nueva denominación (los metodistas).
William Booth era un ministro metodista que vivía unos cien años después de Wesley. El tenía un fuerte llamado de llevar el evangelio a la gente de la calle; a los desempleados, los pobres, los alcohólicos, los vagabundos. Su lema fue: "Vayan tras las almas, y vayan tras las peores!" Entonces, él empezó a evangelizar de una manera que atraía a esta clase de gente: con marchas en la calles, con música ruidosa y popular, y con prédicas muy sencillas y directas en la calle. Pero los líderes cristianos opinaron que estos métodos eran una "profanación del evangelio". (No les importaba que miles de personas fueron salvos por el ministerio de Booth.) Entonces, Booth tuvo que retirarse de la iglesia metodista y formar su propio movimiento, el "Ejército de la Salvación".
Estoy seguro de que todos estos hombres de Dios hubieran preferido un avivamiento sin división, si esto hubiera sido posible. Pero la oposición de los líderes establecidos lo hizo imposible. Por tanto, los líderes de avivamientos prefirieron la división, porque la única alternativa hubiera sido matar el avivamiento.
Jesús mismo advirtió a sus
seguidores: "No penséis que he venido para traer paz a la
tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he
venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la
hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los
enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o
madre más que a mí, no es digno de mí..." (Mateo
10:34-37)
Jesús mismo era muy "divisivo". (De hecho, El causó
una división radical entre los judíos de Su tiempo.) - El
pasaje citado lo podemos aplicar también a nuestros "padres
espirituales", o sea, la iglesia y la tradición que nos ha
iniciado en el cristianismo. Cuando llega un avivamiento, los
"hijos espirituales" se vuelven mucho más radicales en
su celo por el Señor. Las iglesias tibias se opondrán a este
radicalismo, y entonces habrá disensión entre "padres e
hijos espirituales".
En 1 Corintios, Pablo habla
fuertemente en contra de las divisiones entre hermanos, y
enfatiza que el cuerpo de Cristo es uno solo. Pero en la misma
carta, Pablo habla también de una clase de división que es
necesaria: "Pues en primer lugar, cuando os reunís como
iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo
creo. Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para
que se hagan manifiestos entre vosotros los que son
aprobados." (1 Cor.11:18-19) - También habla de casos donde
es necesario separarse: "...que no os juntéis con ninguno
que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra,
o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun
comáis." (1 Cor. 5:11) - "No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos ... Por lo cual, Salid de en medio
de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y
yo os recibiré..." (2 Cor.6:14-18)
En otras palabras: Es necesario que haya una división entre los
creyentes verdaderos (los "aprobados"), y los que no lo
son. Si en la iglesia hay "hermanos" que en realidad no
han nacido de nuevo, entonces necesariamente habrá una división
entre ellos y los verdaderos cristianos - no importa si uno busca
esta división o no. No puede haber comunión entre la luz y las
tinieblas; y todos los intentos de mantener una tal comunión
tienen que fracasar. (Este es el error del ecumenismo.)
De esto podemos aprender, que una división no es lo peor que le puede suceder a una iglesia. Mucho peor es cuando la iglesia se deja infiltrar y finalmente vencer por falsos cristianos. En este caso la iglesia muere espiritualmente, ahoga aun la vida espiritual de los pocos verdaderos cristianos que todavía quedan en ella, y deshonra el nombre del Señor ante el mundo entero.
Un avivamiento surge normalmente en una situación donde la iglesia se ha vuelto tibia. Entonces es de esperar que en esta situación muchos miembros (y líderes) de las iglesias serán cristianos solo de nombre, que nunca nacieron de nuevo. Es natural que ellos lo perciban como una amenaza, cuando algunos de sus miembros vuelven a un cristianismo verdadero, bíblico. Dirán que "la iglesia se está dividiendo". - En realidad, no es "la iglesia" que se está dividiendo. Solo se está deshaciendo la unión equivocada entre cristianos verdaderos y cristianos falsos (que nunca eran "iglesia" en el sentido de la Palabra de Dios).
A veces, líderes de iglesias me
dicen: "Uno debe quedarse con su denominación y aceptar su
iglesia tal como es. Por fin, no hay ninguna iglesia
perfecta." Yo les respondo, si queremos pensar así,
entonces la Reforma fue un error desde un principio, y los
reformadores deberían haber aceptado a la iglesia católica tal
como era. Que los líderes que piensan así, saquen también la
última consecuencia de esta manera de pensar, y vuelvan a Roma.
Por el otro lado, si queremos ser herederos de la Reforma y
estamos de acuerdo con que la iglesia romana es apóstata,
entonces debemos reconocer que también las iglesias evangélicas
se han apartado de las Escrituras en muchos puntos, y por tanto
es correcto exigir una nueva Reforma.
Charles Finney dijo:
"Siempre comparamos nuestro nivel espiritual en relación a
cierta medida. Si tomamos a Cristo en Su plenitud como nuestra
medida, siempre tendremos una estimación más apropiada de
nuestros logros. Pero si utilizamos a la iglesia o a los amigos
como nuestra vara de medir, probablemente nos veamos
(equivocadamente) como gigantes espirituales.
Es por esta razón que a veces tenemos tan diferentes puntos de
vista sobre la condición de la iglesia y de nuestros propios
corazones. Utilizamos diferentes medidas. Mientras uno puede ser
humilde y se queja de la iglesia, otro cree que tales quejas son
estar juzgando. Para dicha persona la iglesia parece saludable, pero
su medida de comparación no es Cristo. El que cierra los
ojos no verá el polvo que lo cubre. Puede creer que está limpio
mientras todos los demás saben que está sucio."
En resumen: Cuando Dios envíe un avivamiento, es
muy probable que habrá una división entre cristianos verdaderos
y cristianos falsos; entre seguidores del movimiento de Dios y el
liderazgo establecido de las iglesias. Es muy probable que los
seguidores del avivamiento serán acusados de "dividir la
iglesia". Con Jesús y los apóstoles sucedió lo mismo.
¿Estás dispuesto a pagar este precio?
Un avivamiento trae persecución.
Muchos líderes y seguidores de avivamientos pasados tuvieron que sufrir persecución. A veces vino la persecución de parte de los paganos que se opusieron al cristianismo. Pero con más frecuencia, fueron los líderes de las mismas iglesias "cristianas" quienes persiguieron el avivamiento.
Ya hemos hablado de la oposición de la iglesia católica contra Lutero. Después de ser excomulgado, Lutero fue también proscrito por el emperador. Esto significaba prácticamente la sentencia de muerte, porque cualquiera que le encontraba, podía matarle. Lutero sobrevivió solamente porque el príncipe de su provincia era su amigo y le mantuvo escondido en su castillo por varios meses. - A medida que la Reforma progresaba, cientos de miles de "protestantes" fueron asesinados por la inquisición y por gobernantes católicos.
Parece increíble, pero a su vez
los líderes de la Reforma persiguieron a los anabaptistas con
casi la misma crueldad. Miles de anabaptistas fueron ahogados en
ríos y lagos - esta fue una manera cruel de burlarse de sus
convicciones, diciendo: "Ya que a ustedes les gusta
bautizarse por segunda vez, les bautizamos ahora por tercera
vez."
Se ha dicho que "los representantes del avivamiento antiguo
persiguen al avivamiento nuevo"; y aquí tenemos una
ilustración de esta triste verdad.
John Wesley parecía acostumbrado
a las persecuciones. Este es un extracto de su diario:
"Domingo a.m., 5 de mayo - Prediqué en Sta.Ana; me pidieron
no volver nunca más.
Domingo p.m., 5 de mayo - Prediqué en S.Juan; los diáconos
dijeron: 'Sal de aquí y quédate fuera.'
Domingo a.m., 12 de mayo - Prediqué en S.Judas; no puedo volver
allá tampoco.
Domingo p.m., 12 de mayo - Prediqué en S.Jorge, fui echado fuera
de nuevo.
Domingo a.m., 19 de mayo - Prediqué en S.Alguien Más; los
diáconos convocaron una asamblea extraordinaria y dijeron que no
podía volver.
Domingo p.m., 19 de mayo - Prediqué en la calle; me botaron de
la calle.
Domingo a.m., 26 de mayo - Prediqué en el pasto; tuve que huir
del pasto cuando alguien soltó un toro durante el culto.
Domingo a.m., 2 de junio - Prediqué afuera a la entrada de la
ciudad; me botaron de la carretera.
Domingo p.m., 2 de junio - Culto de la tarde; prediqué afuera en
el campo libre; 10'000 personas vinieron."
Esta es otra anécdota sobre
Wesley:
Un día, Wesley estaba viajando a caballo, y de repente se dio
cuenta de que habían pasado tres días enteros sin persecución.
Ni siquiera le habían tirado una piedra o un huevo. Wesley paró
su caballo y se arrodilló. "¿Puede ser que yo haya pecado,
o recaído?" preguntó y pidió a Dios que le mostrase si se
había equivocado en algo. - Un muchacho rudo que caminaba por el
otro lado del cerco, oyó la oración, miró y reconoció a
Wesley. "Le daré una lección a este predicador",
pensó, agarró un ladrillo y se lo tiró. El ladrillo no
alcanzó exactamente su destino; pero Wesley se levantó y
exclamó: "¡Gracias, Señor, todo está bien! Todavía
estoy en Tu presencia."
Uno de los libros más conocidos de la literatura cristiana, y de la entera literatura mundial, es "El progreso del peregrino", por John Bunyan. Este libro fue escrito en la cárcel de Bedford, Inglaterra. ¿Cuál fue el delito que había cometido Bunyan? - Había predicado el evangelio sin licencia oficial. Por eso fue condenado a varios años de cárcel.
El Ejército de Salvación también fue objeto de persecución en sus años iniciales. Andrew Strom resume: "Durante el año 1882, tan solo en Inglaterra, 669 salvacionistas fueron atacados físicamente, 56 locales del ejército fueron destruidos enteramente o parcialmente, se formaron 'ejércitos de esqueletos' de delincuentes y peleanderos para atacar a los salvacionistas ... Y asombrosamente, en muchos lugares los pastores locales estaban involucrados en incitar a estas turbas."
En la actualidad, uno de los avivamientos más asombrosos está sucediendo en China. (Vea "Las radicales iglesias en casa en China"). Pero China es a la vez uno de los países donde la persecución de los cristianos es más fuerte. Muchos líderes cristianos están encarcelados y sufren torturas. Hay muy poca libertad religiosa.
No nos asombremos de ello. Jesús
mismo fue perseguido, y después de apenas tres años de
ministerio público fue muerto. El ministerio de su antecesor,
Juan el Bautista, fue aun mucho más corto. Y Jesús advirtió a
Sus seguidores que debían prepararse para la misma suerte:
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará." (Mateo 16:24-25)
"Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y
seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre...
Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo." (Mateo
24:9-13)
"Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando
cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios."
(Juan 16:2)
"No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis
probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta
la muerte, y yo te daré la corona de la vida." (Apocalipsis
2:10)
Se sabe de la historia de la
iglesia antigua, que once de los doce apóstoles murieron como
mártires. Juan fue el único que murió de una muerte natural
(aunque sufrió el destierro a la isla de Patmos). Pablo enumera
las siguientes razones para gloriarse:
"¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.)
Yo más: en trabajos más abundante; en azotes sin número; en
cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los
judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres
veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio; una noche y un día he estado como naúfrago
en alta mar; ..." (2 Corintios 11:23-25)
Solo con la gracia de Dios es
posible soportar la persecución por causa de Cristo. Pablo
escribió a los filipenses: "Porque a vosotros os es
concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él,
sino también que padezcáis por él ..."
(Fil.1:29)
Es un don de Dios, y un privilegio especial, sufrir por la fe.
Los apóstoles, después de haber sido azotados, "salieron
de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por
dignos de padecer afrenta por causa del Nombre." (Hechos
5:41).
¿Estás dispuesto a compartir este privilegio?
En un avivamiento, la gloria es para Dios, no para ti ni para tu iglesia.
Algunos cristianos, especialmente líderes, oran por avivamiento porque piensan que entonces su iglesia ganará más miembros, o ellos mismos tendrán mayor fama. ("¡Somos la iglesia de mayor crecimiento en nuestra ciudad!") Nada más equivocado que esto.
Hoy honramos a hombres de Dios del pasado, como Lutero, Wesley, William Carey, y muchos otros. Pero durante su vida, estas personas no tenían ninguna buena reputación. Lutero fue excomulgado y proscrito, y sus enemigos hicieron todo para conseguir que su reputación no fuera mejor que la del diablo mismo. - Sobre Wesley y los metodistas, los líderes cristianos contemporáneos dijeron: "... El y sus laicos torpes - su legión andrajosa de predicadores caldereros, cocheros, barrenderos, etc. - avanzan envenenando las mentes de los hombres." - En una asamblea de pastores, William Carey fue llamado "un entusiasta miserable", cuando propuso que la "Gran Comisión" (Mateo 28:18-20) sigue válida para la iglesia actual.
Jesús dijo: "Ningún profeta es acepto en su propia tierra" (Lucas 4:24). De la misma manera podemos decir: "Ningún profeta es acepto mientras viva." Si deseas un avivamiento, prepárate para ser rechazado, difamado, expulsado de la iglesia, perseguido y maltratado. No tendrás ninguna buena fama, ni en el mundo ni en la iglesia, excepto quizás después de tu muerte.
A Jesús no le importaba si tenía
alguna reputación ante los hombres o no:
"Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y
juzga." (Juan 8:50)
"Gloria de los hombres no recibo. ... ¿Cómo podéis
vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no
buscáis la gloria que viene del Dios único?" (Juan
5:41.44)
Y Pablo dijo:
"... Pues si todavía agradara a los hombres, no sería
siervo de Cristo." (Gálatas 1:10)
"Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los
apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues
hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los
hombres. ... Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos;
nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la
soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta
ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos." (1
Corintios 4:9-13)
En cuanto a la reputación de la iglesia, un avivamiento no puede venir sin que haya antes un quebrantamiento de la iglesia. Un pecador, para ser salvo, tiene que "perder su vida" primero, tiene que darse cuenta de lo horrible y abominable que su pecado es en los ojos de Dios, tiene que traer a la luz y confesar toda la fealdad de su vida; y es muy probable que pierda su reputación al hacerlo. La iglesia que permitió el pecado en medio de ella, tendrá que pasar por el mismo proceso si quiere experimentar avivamiento. Tendrá que permitir que salga a la luz su tibieza, la falta de temor a Dios en sus líderes y miembros, la falsedad de sus palabras y acciones, los abusos y perversiones cometidos por sus líderes, etc. La iglesia tiene que "perder su vida" y su respetabilidad, para que Dios pueda perdonarle, limpiarla, y usarla para avivamiento.
Puesto que muchas iglesias son incapaces de "perder su vida" en este sentido, Dios normalmente levanta a "odres nuevos" cuando quiere traer un avivamiento. El ve que las iglesias existentes nunca podrían contener un avivamiento dentro de sus órdenes y tradiciones, y por eso comienza algo completamente nuevo. Entonces, si deseas un avivamiento, toma en cuenta que éste muy probablemente NO comenzará dentro de "tu iglesia".
Y aun cuando una iglesia realmente se renueva y el avivamiento comienza, Dios vigilará celosamente sobre Su gloria. El no permitirá que la gente diga: "¡Cuán profundas son las prédicas del pastor fulano!" o "¡Cuán maravillosos son los cultos en la iglesia X!", cuando debería decir: "¡Cuán misericordioso es nuestro Dios!"
Escuchemos una vez más a Finney:
"El Espíritu puede ser contristado al presumir sobre el
avivamiento. A veces cuando se inicia un avivamiento, es
publicitado en los periódicos. Frecuentemente esto mata el
avivamiento.
En cierta oportunidad comenzó un avivamiento. De inmediato
llegó una carta del pastor alabando el avivamiento. Vi la carta
y me dije: 'Es lo último que oiremos sobre este avivamiento.' A
los pocos días la hazaña terminó. Esto no es raro. La gente
publica cosas que envanecen a la iglesia, y nada puede hacerse
para continuar el avivamiento.
Bajo el pretexto de publicar algo para la alabanza y la gloria de
Dios, algunos publicamos cosas que nos exaltan a nosotros mismos,
haciendo que nuestra parte sobresalga tan prominentemente. Esto
no ayuda sino que produce un mal efecto."
En resumen: Cuando Dios envíe un
avivamiento, ningún líder y ninguna iglesia podrá gloriarse de
ello. Es más probable que muchos líderes y muchas iglesias
pierdan su buena reputación y "respetabilidad". Dios
no dará Su gloria a nadie más (Isaías 42:8).
¿Estás dispuesto a pagar este precio?
Conclusión
Comencé este artículo diciendo que quiero enfocar en algunos aspectos "negativos" de un avivamiento. Los llamé "negativos" porque muchos cristianos hoy piensan que son negativos. Hemos escuchado tantos mensajes de que hay que someterse al orden de la iglesia (especialmente de nuestra denominación), que nunca debe haber división en la iglesia (mientras, extrañamente, muchos pastores que dicen esto, separan celosamente "sus ovejas" de la influencia de otras denominaciones cristianas), que Dios nunca permitirá que un cristiano sufra, y que debemos trabajar para el crecimiento de "nuestra iglesia". Con esta clase de enseñanza, pensamos que los cuatro aspectos descritos de un avivamiento necesariamente serían "negativos".
Hemos visto que en realidad, todos estos aspectos son parte de la voluntad de Dios. Todos estos aspectos estaban presentes en el ministerio de Jesús y de los apóstoles. Jesús y los apóstoles causaron desorden y división, sufrieron persecución y hasta la muerte, y no recibieron ninguna gloria de parte de los hombres por lo que hicieron. ¿Qué derecho tenemos nosotros de llamar "negativo" algo que está claramente en la voluntad de Dios?
Entonces que nadie me malentienda. De ninguna manera quise decir que un avivamiento es algo "negativo". Más bien quiero decir esto: Si las órdenes y tradiciones de tu iglesia todavía son "sagradas" para ti, y si la reputación y el crecimiento de "tu" iglesia y de "tu" ministerio todavía son más importantes para ti que la gloria de Dios, entonces piénsalo dos veces. Probablemente todavía no estás listo para un avivamiento.
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