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"Y toda aquella generación también fue
reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos
otra generación que no conocía al Señor, ni la obra
que él había hecho por Israel. Después los hijos de
Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y
sirvieron a los baales. Dejaron al Señor el Dios de sus
padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y
se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos
que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y
provocaron a ira al Señor. Y dejaron al Señor, y
adoraron a Baal y a Astarot.
Y se encendió contra Israel el furor del Señor, el cual
los entregó en manos de robadores que los despojaron, y
los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no
pudieron ya hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera
que salían, la mano del Señor estaba contra ellos para
mal, como el Señor había dicho, y como el Señor se los
había jurado; y tuvieron gran aflicción.
Y el Señor levantó jueces que los librasen de mano de
los que les despojaban; pero tampoco oyeron a sus jueces,
sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales
adoraron; se apartaron pronto del camino en que
anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos del
Señor; ellos no hicieron así."
(Jueces 2:10-17)
Estos versos son un breve resumen de la entera época
de los jueces. La apostasía comenzó inmediatamente
después de que la generación pioniera, la generación
de Josué, había muerto. Desde entonces, la historia de
Israel parece una montaña rusa: con constantes subidas y
bajadas, tiempos de apostasía, breves períodos de
arrepentimiento bajo un juez poderoso, y nuevamente
apostasía.
De la misma manera podemos ver en estos versos un resumen
de la historia de la iglesia. Tan pronto como la
generación de los apóstoles había muerto, la iglesia
cristiana comenzó a alejarse de los principios de Jesús
y de los apóstoles. "Se levantó una nueva
generación que no conocía al Señor." Con esto
comenzó una apostasía lenta, la cual continuó durante
toda la Edad Media, solamente con unos pocos tiempos
breves de un regreso parcial a Dios.
A diferencia de Israel, la iglesia no sufrió
tribulaciones externas en consecuencia de esta
apostasía. Al contrario, la iglesia alcanzó gran poder
político. Pero la tribulación espiritual fue
grande: El cristiano promedio de aquellos tiempos nunca
tuvo la oportunidad de tener una Biblia en sus manos; y
sabía muy poco de lo que estaba escrito en ella. Así
hubo también en aquellos tiempos unos cristianos que
"clamaban al Señor" (Jueces 3:9.15, 4:3) por
una renovación de la iglesia, y por alimento espiritual.
Entonces el Señor levantó a unos "jueces" -
primero en ocasiones muy raras; y aproximadamente a
partir del siglo XIV con más frecuencia: Predicadores de
avivamiento que exhortaron al pueblo a volver a Dios, y
que hicieron resplandecer nuevamente la verdad Bíblica.
Estos "jueces cristianos" no eran simplemente predicadores o evangelistas. Ellos eran personajes verdaderamente proféticos, quienes descubrieron con autoridad los pecados del pueblo, y aun se atrevieron a confrontar a los líderes del estado y de la iglesia con la Palabra de Dios. En respuesta fueron perseguidos, y no pocos de ellos pagaron con su vida por el avivamiento que causaron.
Los artículos sobre avivamientos históricos que se encuentran en este sitio web, son escritos principalmente desde esta perspectiva. Deseo trazar la historia de este ciclo de avivamiento y apostasía, el cual transcurre la historia entera de la iglesia; resaltando los avivamientos, y ver qué podemos aprender de ellos.
Vista en su totalidad, la historia de la iglesia es
bastante triste. Lea paralelamente un capítulo promedio
de un libro de historia eclesiástica, y cualquier
capítulo del libro de los Hechos de los apóstoles. La
diferencia se notará a primera vista. Aquí peleas e
intrigas políticas de los líderes de la iglesia, allá
la proclamación del Evangelio con autoridad. Aquí
fórmulas teológicas vacías, allá una vida cristiana
auténtica. Allá, Dios fue glorificado en medio de
persecuciones; aquí encontramos a gobernantes que se
llaman "cristianos", mientras ellos mismos
persiguen a los cristianos verdaderos.
Podemos preguntarnos por qué esto es así. ¿No debería
continuar la historia de los seguidores de Jesús, de la
misma manera como comenzó? - Creo que este fue
efectivamente el plan "primario" de Dios; pero
que El incluyó en este plan la libertad y
responsabilidad humana. Y así sucedió lo mismo como en
la historia de la humanidad entera: El hombre utilizó su
libertad para apartarse de Dios; y así se alejó
también la iglesia cristiana más y más de Dios. Esta
dinámica de la caída en pecado, la cual domina la
histora de toda la humanidad, obra también en la
historia de la iglesia. En otras palabras: La corriente
de la historia fluye continuamente hacia abajo.
Desde este punto de vista, no sorprende que la iglesia se
haya alejado de Dios y de sus comienzos. Mucho más
maravilloso es, desde esta perspectiva, que siquiera hubo
y todavía hay avivamientos. Los avivamientos son
excepciones del curso "normal" de la historia.
Son intervenciones sobrenaturales de Dios, porque Dios no
permite que aun el último remanente de Su pueblo sea
tragado por una iglesia apóstata.
Con "avivamiento" entiendo lo siguiente: Un
regreso (por lo menos parcialmente) a la forma original
de la iglesia, como se describe especialmente en el libro
de Hechos (y en las cartas de los apóstoles). (Vea
"¿Quieres experimentar
avivamiento?"). Esta fue la motivación
principal de casi todos los predicadores de avivamiento:
Vieron la situación de la iglesia contemporánea, la
compararon con las pautas bíblicas, y llegaron a la
conclusión: Esta no es la iglesia que veo descrita en la
Biblia. ¡Algo tiene que cambiar!
Para usar otra imagen: Si hago una fotocopia de un
documento o de un dibujo, la copia no será exactamente
como el original. Y si hago una copia de esta copia, y
otra copia de la nueva copia, y así sucesivamente,
entonces la calidad disminuirá cada vez más. Con el
tiempo se acumularán tantas inexactitudes y manchas, que
la imagen será completamente desfigurada. Esto fue lo
que sucedió durante largos períodos de la historia de
la iglesia: Cada generación copió lo que la generación
anterior le transmitió, y añadió sus propias
"manchas" e inexactitudes. Así se desfiguró
progresivamente el rostro de la iglesia de Jesús.
Un avivamiento consiste en que alguien se decide volver
nuevamente al original, y confronta a la gente con este
original, diciendo: "¡Esto es lo que Dios quiso en
el inicio! ¡Esto es lo que debería ser la iglesia!
¡Esto es lo que la Biblia entiende con un cristiano!
¡Arrepiéntanse y vuelvan a Dios!"
Ahora hacemos otra observación triste en la historia:
Prácticamente cada avivamiento produjo conflictos y
divisiones. Pero esto también es algo casi inevitable,
si consideramos las circunstancias: Un avivamiento es
necesario, cuando la iglesia se ha alejado tanto del
Señor, que algunos cristianos auténticos realmente se
duelen de ello, y comienzan a clamar al Señor de todo
corazón. Normalmente, esto sucede cuando la apostasía
ya ha avanzado tanto que el entero liderazgo de la
iglesia se encuentra en manos de impíos - Líderes que
tienen una apariencia exterior cristiana, pero en
realidad se interesan solamente por el poder mundano y
las ganancias materiales.
No nos asombremos de ello. Ya el apóstol Pablo advirtió
a los ancianos de Efeso: "Yo sé que después de mi
partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que
no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para
arrastrar tras sí a los discípulos." (Hechos
20:29-30) O sea, esto iba a suceder inmediatamente
después de la partida de Pablo; probablemente dentro de
pocos años. ¿Nos sorprende que en el transcurso de
varias generaciones esto llegue hasta el punto donde los
hombres perversos dominan los liderazgos de las iglesias?
Ahora, toda proclamación del verdadero Evangelio es una
amenaza para tales líderes falsos y sedientos de poder.
Uno, porque tal proclamación los desenmascara y los
expone como falsos maestros. Y segundo, porque el
verdadero Evangelio libera a los hombres de todo dominio
sacerdotal. Aun más cuando se enfatiza que la Palabra de
Dios es la única y máxima autoridad en todos los
asuntos de la iglesia y de la vida; y que aun los
máximos líderes de la iglesia pueden y deben ser
juzgados a base de la Palabra de Dios. Esta discusión se
intensificó sobre todo en el tiempo de la Reforma. Pero
también en el tiempo presente es muy necesario enfatizar
este punto - y hoy en día son las iglesias reformadas y
evangélicas quienes se han alejado de Dios y de Su
Palabra, y necesitan volver a Dios.
Estos líderes ven entonces que su posición de poder
es amenazada por la proclamación del Evangelio bíblico.
Entonces es natural para ellos - desde el pensamiento del
corazón humano perverso - persequir a los predicadores
de avivamiento y sus seguidores. A menudo aun sucede que
los líderes llaman "rebeldes" y
"lobos" a los predicadores de avivamiento, y
les reprochan haber causado el conflicto con su
predicación bíblica. En realidad, los predicadores de
avivamiento no tenían tales intenciones. Ellos querían
simplemente llevar a sus hermanos de regreso al Señor, y
sabían que Dios los había llamado a ello; entonces no
podían esconder la luz que llevaban.
Además vemos que la mayoría de los predicadores de
avivamiento amaban mucho a su propia iglesia, se
preocupaban por ella, y exactamente por eso desearon
reformarla o avivarla. Pero cada uno de ellos
experimentó que su iglesia rechazaba tal reforma o
avivamiento. En particular, tuvieron que darse cuenta de
que la mayoría de los miembros de su iglesia ni siquiera
eran cristianos.
Es uno de los aspectos más importantes de un
avivamiento, que los miembros de las iglesias (o
sea, los cristianos de nombre, lo que incluye a
los pastores) se convierten y se vuelven cristianos
verdaderos. Pero este es exactamente el mensaje más
rechazado por las iglesias - hoy como entonces. Ellos
están tan orgullosos de ser "cristianos" -
¡quizás son incluso los herederos de un gran
avivamiento pasado! Es una gran excepción que una
iglesia tolere a un predicador que le dice que sus
propios miembros necesitan nacer de nuevo. Entonces,
muchos predicadores de avivamiento se vieron finalmente
obligados a hacer lo que menos querían: separarse de su
iglesia (por propia decisión o porque fueron expulsados)
y llamar a la gente afuera de esta iglesia, porque
finalmente llegaron a la conclusión de que era imposible
seguir al Señor Jesús, siendo miembro de esta iglesia.
(Algunos de ellos, como p.ej. Juan
Wesley, por lo menos lograron aplazar este paso
inevitable hasta después de su muerte, de manera que sus
sucesores tuvieron que ocuparse del problema.)
Así surge por algún tiempo una comunidad nueva, y mayormente pura, de cristianos. Por lo general, la iglesia primitiva les sirve de modelo. Muchas de estas comunidades nuevas se reunieron al inicio simplemente como cristianos o hermanos, sin preocuparse por su trasfondo denominacional, posición o reputación en el mundo o en la iglesia. Se esforzaron por dar el primer lugar al Señor mismo, no a algún líder o a alguna doctrina. Solo más tarde fueron etiquetados por su entorno novelero con algún apodo ("menonitas", "cuáqueros", "metodistas", "pentecostales", "iglesia subterránea", ...); porque este su entorno lo consideraba inaceptable que alguien se llamase solamente "cristiano" o "hermano" y nada más. (Vea también acerca de este tema: "Acerca de la unidad de los cristianos".)
Desafortunadamente, apenas unas pocas de estas
comunidades nuevas mantuvieron su vida espiritual más
allá de su generación pionera. Como dice también
acerca de los jueces: "Y cuando el Señor les
levantaba jueces, el Señor estaba con el juez, y los
libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel
juez; porque el Señor era movido a misericordia por sus
gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas
acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y
se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses
ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos;
y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado
camino." (Jueces 2:18-19).
Así les sucedió también a estas comunidades avivadas:
La mayoría de ellas se encaminaron nuevamente hacia la
apostasía, tan pronto como su fundador ya no estaba (o a
veces aun antes). El movimiento pionero de avivamiento se
convirtió en una iglesia institucionalizada, y esta a su
vez se convirtió en una estructura de poder, dominada
por la tradición, la cual a su vez comenzó a atacar los
nuevos brotes de avivamiento. Y así el ciclo comienza de
nuevo...
Al examinar esta dinámica histórica, podemos sacar
diversas conclusiones y aplicaciones para el tiempo
presente. Algunos autores evangélicos consideran que
vivimos actualmente en un tiempo de avivamiento - basado
en estadísticas acerca del crecimiento numérico de
iglesias en Africa, América Latina, y en algunos países
asiáticos. Habiendo trabajado por muchos años con
iglesias latinoamericanas, tengo que decir desde mi
experiencia, que es solamente el número de los
"cristianos de nombre" que está en aumento (y
aun este número solamente si dejamos a la iglesia
católica fuera de la estadística). Examinando la
sustancia espiritual, tenemos que concluir que nos
encontramos indudablemente en un tiempo de apostasía -
aun en países donde las iglesias crecen numéricamente.
(Quizás con la excepción de China; pero no estoy lo
suficientemente informado acerca de China para poder
decirlo con seguridad.) Como dijo supuestamente John
Stott(?): "En los tiempos recientes la iglesia
cristiana se ha expandido enormemente. Ahora tiene muchas
millas de extensión, pero solamente media pulgada de
profundidad."
Vivimos nuevamente en un tiempo donde los líderes de las
iglesias se guían mayormente por consideraciones
financieras, políticas, y estratégicas para ganar mayor
poder. Este es nuevamente un tiempo donde la
"evangelización" consiste en llevar (¿o
seducir?) a la gente a una confesión de labios no más
(la famosa "oración de entrega") para hacerse
miembro de esta o aquella congregación. Hoy en día
tenemos la misma necesidad como en los días de un Menno
Simons, de un Juan Wesley o de un William Booth, de
llamar a los miembros de las iglesias al arrepentimiento
y a la conversión. Y este llamado causa hoy en día el
mismo escándalo como en los días de ellos. Que los
artículos sobre los avivamientos pasados nos ayuden a
ver más claramente las necesidades del tiempo actual.
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