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Cuando deseo hablar acerca de la iglesia del Nuevo Testamento, me encuentro siempre con la dificultad de que nuestras mismas ediciones de la Biblia dificultan el entendimiento de este asunto. Casi todos nos hemos acostumbrado a leer el Nuevo Testamento en una "versión ministerial". O sea, una traducción que presupone el modelo actual, tradicional de una iglesia, con un pastor que "predica" y mucha gente pasiva que obedece al pastor.
Por lo general estoy muy a favor de la versión Reina-Valera, porque de todas las traducciones que conozco, es la que es más fiel al texto original. Pero en cuanto al asunto que deseo tratar aquí, la Reina-Valera es también una "versión ministerial".
Esto se nota sobre todo en el uso de la palabra "ministro", resp. "ministerio". Al escuchar "ministro", ¿qué nos imaginamos? ¿Un "pastor" como en las iglesias actuales, parado detrás de un púlpito, vestido con saco y corbata, y teniendo una posición de poder en la iglesia? Desde un inicio, esto nos da una idea muy equivocada de la iglesia del Nuevo Testamento. En realidad, la palabra "ministro" es una palabra artificial, creada desde el trasfondo de una estructura jerárquica y clerical de la iglesia, la cual se estableció en un tiempo cuando los apóstoles ya no vivían. En el Nuevo Testamento no existe la palabra "ministro". Donde ocurre en las traducciones, el original dice simplemente "siervo".
Entonces no existe ningún sustento bíblico para colocar a un "ministro" por encima de una congregación y darle privilegios que los "laicos" no tienen. Al contrario: el que quiere ser "ministro", tiene que estar dispuesto a asumir la posición de un SIERVO.
En este estudio bíblico examinaremos algunos pasajes en detalle, para ver más claramente el uso arbitrario de la palabra "ministro" en las traducciones bíblicas. Usaré ejemplos de las revisiones de 1909 y de 1960 de la traducción Reina-Valera. El lector podrá por su cuenta compararlos con su traducción favorita.
(Nota: El anexo contiene una tabla comparativa de las palabras griegas relacionadas con el "ministerio" y el liderazgo de la iglesia, y sus traducciones respectivas en la versión Reina-Valera.)
¿"Ministros", "diáconos", o "siervos"?
Con mayor frecuencia, la palabra "ministro" corresponde a la palabra griega "diákonos". Este es el caso en Gál.2:17, 2 Cor.3:6, 6:4, 11:15.23, Ef.3:7, 6:21, Col.1:7.23.25, 4:7, 1 Tim.4:6. En la versión de 1909, además en Rom.13:4, 15:8, 1 Cor.3:5, y 1 Tes.3:2. En estos últimos cuatro pasajes, los revisores de 1960 sustituyeron "ministro" por "siervo" o "servidor".
La palabra corriente y correcta, "siervo" o "servidor", aparece además como traducción de "diákonos" en Mateo 20:26, 23:11, Marcos 9:35, 10:43, Juan 12:26; además "sirviente" en Juan 2:9 y "los que servían" en Mateo 22:13, Juan 2:5.
Aquí ya podemos ver la inconsecuencia de los traductores "ministeriales". Una misma palabra griega, con un significado claro y definido ("siervo"), es traducida en algunos pasajes como "siervo" y en otros como "ministro". Y entre una revisión y otra, los traductores pueden cambiar arbitrariamente su criterio de si deben traducir una ocurrencia particular como "siervo" o como "ministro". Esta inconsecuencia puede servir (¿"ministrar"?) para un solo propósito: mantener la imagen del "ministro" sobre su pedestal, apartado de los "laicos" - mientras a la vez se intenta evitar la impresión ridícula que surgiría si la traducción fuera consecuente y diría "ministro" en todos los casos. Como por ejemplo en estos pasajes:
"El que es el mayor de vosotros, sea vuestro ministro. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." (Mateo 23:11-12)
O en Juan 2:9:
"Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber
él de dónde era, aunque lo sabían los ministros que
habían sacado el agua, llamó al esposo..."
- Pero como si esto fuera poco, encontramos todavía una tercera traducción de la palabra "diákonos". Para un "ministro" que no quiere ser siervo, es muy conveniente usar los servicios de algunos otros hermanos contratados especialmente para este fin. Y para encontrar voluntarios para este trabajo, hay que darles cierta "posición". No se les puede llamar simplemente "siervos". Pero tampoco se les puede llamar "ministros", porque esto los pondría al mismo nivel como el "pastor" y amenazaría su posición. Entonces, en ausencia de otra palabra conveniente, la misma palabra griega fue importada al castellano: "diácono". Así en Filipenses 1:1, 1 Timoteo 3:8 y 12. Además se inventó la "diaconisa" para Romanos 16:1. Esto da la impresión de una "posición jerárquica" adicional: el "diácono" está un poco por encima de los "laicos" comunes y corrientes, pero por debajo de los "ministros verdaderos".
Pero como hemos visto, esta no es la intención del texto original. "Ministro", "diácono" y "siervo" corresponden todos a la misma palabra griega, "diákonos".
Quizás alguien dirá que pasajes como Fil.1:1 y 1 Tim.3 comprueban que la iglesia del Nuevo Testamento sí conocía el "ministerio de los diáconos". - Es correcto que ciertas personas se distinguían como "siervos" especiales. No estoy diciendo que no hayan existido distinciones o variaciones entre las funciones de los diversos miembros de la comunidad cristiana. Pero ¿por qué usaban la palabra común y corriente de "siervos" para distinguirse? Recordemos que en el griego del Nuevo Testamento, la palabra "diákonos" no tenía este "sabor jerárquico" que tiene "diácono" o "ministro" en castellano. Ellos se llamaban simplemente "siervos" - igual como también Pablo se llamaba simplemente un "siervo" del Señor. Estoy seguro de que ellos - igual como los ancianos y los apóstoles - estaban conscientes de su función particular en el cuerpo de Cristo, y fueron reconocidos como tales. Pero - y este es el punto esencial que quiero resaltar aquí - esta función no era una "posición jerárquica"; era simplemente su función particular como miembros del cuerpo, complementando a los otros miembros que tenían otras funciones. Solo más tarde, cuando algunos líderes de la iglesia comenzaron a levantar estructuras de poder en forma de pirámide, las palabras "ministro" y "diácono" adquirieron su connotación jerárquica.
Algo muy parecido sucedió con el verbo correspondiente, "diakoneo".
Encontré veinte pasajes donde este verbo es traducido
correctamente como "servir"
(además dos veces como "ayudar"). Pero tan
pronto como se trata de una actividad en el marco de la iglesia
cristiana, los traductores creen que hay que darle un sabor
institucional, y usan la palabra "(ad-)ministrar":
Romanos 15:25, 2 Cor.8:19-20, 1 Pedro 1:12, 4:10-11.
Un caso interesante es 1 Tim.3:10, donde la versión de 1909
también dice "ministrar". Pero puesto que en el verso
8 decían "diácono", a los revisores de 1960 les
pareció necesario cambiar este pasaje para que diga: "ejercer
el diaconado".
Interesante es también que en los Evangelios, donde ciertas
personas (o aun ángeles) sirven al Señor Jesucristo, se usó la
traducción normal y correcta, "servir" (Mateo 4:11,
27:55, Marcos 1:13, 15:41, Juan 12:26). La traducción
"ministrar" aparece solamente en las cartas de los
apóstoles Pablo y Pedro. Esto nos da la impresión (falsa) de
que los quehaceres de la iglesia institucionalizada merecen esta
palabra de mucho peso, "ministrar"; mientras el servir
a Jesucristo personalmente, desde una relación personal con él,
se describe con la palabra corriente "servir". En
realidad, lo correcto sería decir "servir" en ambos
casos.
A la misma familia de palabras pertenece "diakonía". No nos sorprende que también esta palabra es traducida arbitrariamente unas veces (correctamente) como "servicio", y otras veces como "ministerio". En Rom.12:7, 1 Cor.16:15 y 2 Cor.11:8 cambia la traducción de "ministerio" a "servicio", entre las revisiones de 1909 y de 1960.
Al margen sea mencionado que las palabras "diakoneo", "diakonía", tienen también el significado de "(prestar) ayuda financiera o alimenticia" (Lucas 8:3, Hechos 6:1, 11:29, 12:25, Rom.15:25.31, 2 Cor.8:4.19-20, 9:1.12-13, 11:8). En todos estos pasajes dice en el original "diakoneo" o "diakonía", a pesar de las traducciones variadas.
Otras expresiones para denominar siervos
- Existen algunos pasajes donde "ministro" es la traducción de otra palabra griega. Por ejemplo en Lucas 1:2, 4:20, y Hechos 26:16, el original dice "hyperetes". Esta palabra es casi sinónimo con "diákonos": también significa "siervo", y en particular "alguacil" (Mateo 5:25, Mateo 26:58, Marcos 14:54.65, Juan 7:32.45, 18:3.12.18.22, Hechos 5:22.26). Como con "diákonos", vemos también con "hyperetes" las diferencias entre la versión de 1909 y la de 1960: En 1 Cor.4:1 dice Pablo: "Téngannos los hombres por ministros (hyperetas) de Cristo..." (RV 1909), resp: "por servidores de Cristo" (RVR 1960). Hechos 13:5 dice en la versión de 1909: "y tenían también a Juan en el ministerio"; pero la revisión de 1960 dice: "Tenían también a Juan de ayudante."
Un malentendido particular es causado por las "versiones ministeriales" en Lucas 4:20, donde Jesús leyó un pasaje de Isaías en la sinagoga en Nazaret: "Y enrollando el libro, lo dio al ministro (hyperetes), y se sentó..." - Con el trasfondo de las iglesias actuales, el lector piensa que el "ministro" es un "pastor" que habitualmente "predicaba" en la sinagoga. ¡Nada más lejos de la verdad! En la sinagoga, cada varón adulto podía leer e interpretar las Escrituras. La "prédica" o enseñanza central fue dada por el rabino o "maestro". El "ministro" (hyperetes) en cambio, era simplemente un siervo, que tenía que alcanzar los rollos de las Escrituras al que leía, y volver a guardarlos en su sitio después de la lectura.
- Otra palabra traducida como "ministro", es "leitourgós" (Rom.15:16, Hebr.1:7, 8:2; en la versión de 1909 también Rom.13:6). En el sentido secular significa "siervo (del Estado)". En el Nuevo Testamento, la palabra relacionada "leitourgía" se usa para servicios diversos, especialmente la ayuda financiera (2 Cor.9:12, Fil.2:30); pero también para el servicio de un sacerdote judío según el orden del Antiguo Testamento (Lucas 1:23, Hebr.8:6, 9:21). De allí viene nuestra palabra "liturgia". Llama la atención que esta palabra tiene su origen en un contexto del sacerdocio del Antiguo Testamento, que se hizo obsoleto con la venida de Jesucristo. En el Nuevo Testamento, el creyente ya no necesita ningún sacerdote o mediador para acercarse a Dios, porque Jesucristo es suficiente (1 Tim.2:5, Hebr.10:19-22). En cambio, cada cristiano es sacerdote (1 Pedro 2:5.9). O sea, ¡el significado original de "liturgia" se refiere a algo que ya no necesitamos como cristianos!
Por lo demás se presenta la misma situación como con "diákonos" y "hyperetes": Las palabras "leitourgós", "leitourgía", "leitourgeo" se han traducido en algunos pasajes correctamente como "servidor", "servicio", "servir"; pero en otros pasajes las mismas palabras se tradujeron como "ministro", "ministerio", "ministrar".
¿Posiciones jerárquicas, o simplemente descripción de funciones?
Examinaremos ahora algunas palabras que se usan para "ministerios" (servicios) particulares.
Comenzaremos con el "obispo",
palabra que ya en el siglo II comenzó a usarse como si fuera el
"nivel jerárquico más alto". "Obispo" es la
forma castellanizada de la palabra griega "epískopos",
que literalmente significa "supervisor".
Como "diákonos", esta es una palabra que en
el inicio no significaba ningún "oficio" en
particular. Simplemente designa la actividad de cuidar o velar
por alguien. No haría daño traducirla como "supervisor",
"cuidante" o parecido, en vez de usar la
palabra artificial "obispo".
La palabra "epískopos"/"obispo"
aparece cinco veces en el Nuevo Testamento (Hechos 20:28,
Fil.1:1, 1 Tim.3:2, Tito 1:7, 1 Pedro 2:25). Entre estos pasajes,
Hechos 20:28 nos da una información particular: Pablo está
allí hablando a los ancianos reunidos
de Efeso (Hechos 20:17), y a ellos les dice que "el
Espíritu Santo les ha puesto por obispos (supervisores)".
Entonces, "obispo"(supervisor) no es ningún
"oficio" aparte; es simplemente una de las
funciones de los ancianos.
Relacionado con "epískopos" es el verbo "episkopeo" (supervisar). Esta palabra aparece dos veces en el Nuevo Testamento: En 1 Pedro 5:2 se menciona como una de las funciones de los ancianos, y es traducido como "cuidar" (el rebaño de Dios). Y en Hebreos 12:15 se menciona como una de las funciones de todos los miembros de la comunidad cristiana, y es traducido como "Mirad bien".
Además existe la palabra "episkopé"
(supervisión) y aparece en este sentido en Hechos
1:20 y 1 Timoteo 3:1. En 1 Timoteo 3, la Reina-Valera la traduce
como "obispado" (aunque ya hemos visto que en
realidad se trata de una de las funciones de los ancianos). En
Hechos 1:20 (donde dice que alguien debía asumir la "episkopé"
de Judas), la revisión de 1909 dice también
"obispado", mientras la revisión de 1960 lo cambió a "oficio".
- Para ser completo, debo mencionar que "episkopé"
tiene también otro significado cuando se refiere a Dios. En este
sentido aparece en Lucas 19:44 y 1 Pedro 2:12, y la versión
Reina-Valera la traduce como "visitación" (de
Dios). La idea es que Dios viene a "supervisar" o a
"cuidar de" Su pueblo.
Hablando de la palabra "anciano"
(presbýteros), no veo problemas con su
traducción. Literalmente se trata de un comparativo, "los
más ancianos" (lo que significa que si una congregación
consiste enteramente en jóvenes, los "más ancianos"
podrían tener apenas treinta años); pero no tengo problema con
simplemente decir "anciano". Es una palabra que ha
mantenido su significado normal; "anciano" no es una
posición jerárquica, es un reconocimiento por causa de la
madurez (sobre todo espiritual) que los demás hermanos observan
en ellos.
Aunque algunas iglesias y denominaciones han inventado la
posición de "presbítero", felizmente esta palabra
todavía no ha encontrado entrada en las traducciones bíblicas
que conozco. El único desliz en este respecto es 1 Timoteo 4:14,
que habla de la "imposición de las manos del presbiterio".
No se trata de ninguna "institución" especial y
jerárquica, como sugiere esta traducción; se trata simplemente
de la "imposición de las manos de los ancianos".
Veremos ahora la palabra que las iglesias evangélicas usan
comúnmente para sus líderes: "pastor".
Esta palabra (en griego "poimén")
aparece en el Nuevo Testamento una sola vez (!) en el
sentido de una función o "ministerio" dentro de la
iglesia: en Efesios 4:11, casi al final de una lista de cinco
diferentes "dones para la edificación de los santos".
Además aparece en siete pasajes en su significado propio (pastor
de ganado), y en nueve pasajes refiriéndose a Jesús mismo, el
Buen Pastor. Aquí tenemos que tomar en cuenta que los cristianos
de aquel tiempo ¡no tenían ninguna idea "ministerial"
o "jerárquica" cuando escuchaban la palabra
"pastor"! Nunca habían visto a alguien parado detrás
de un púlpito, vestido con saco y corbata, llamándose
"pastor". Los únicos pastores que ellos conocían,
eran efectivamente los pastores de ovejas, vacas, etc. Entonces,
cuando Jesús se comparaba con un pastor, esta era una expresión
de suma humildad. ¡El se comparaba con una de las ocupaciones
más sencillas y humildes!
Una vez, las hijas de un pastor de iglesia estaban jugando con sus amigas, y una de ellas les preguntó: "¿Qué trabaja vuestro papá?" - "El es pastor." - "Oh - pero ustedes no se ven como si vinieran del campo." - Estas niñas tenían todavía la idea correcta de lo que es un "pastor". No como los evangélicos de hoy en día, que tienen una idea tergiversada por la posición jerárquica de poder que sus "pastores" se atribuyen a sí mismos.
Tenemos además el verbo relacionado "poimaino"
(pastear, apacentar). Esta palabra aparece dos
veces en su significado propio de "pastear ganado", y
cinco veces en referencia a Jesús. Como función en la comunidad
cristiana aparece en tres pasajes (Juan 21:16, Hechos 20:28, 1
Pedro 5:2). En Juan 21 se trata del encargo de Jesús a Pedro; en
Hechos 20:28 y 1 Pedro 5:2 se refiere a una función de los
ancianos. (En este contexto, el mismo Pedro se llama
también "anciano" en el verso anterior.)
Entonces, el "pastoreo" es, igual como el
"obispado", ningún "oficio" aparte.
Es simplemente una de las funciones de los ancianos de la
iglesia.
La versión Reina-Valera tiene además equivocadamente la
palabra "pastor" en tres pasajes relacionados
entre sí: Hebreos 13:7,17 y 24. Aquí, el original griego no
tiene la palabra "poimén" (pastor), sino la
palabra "hegoúmenos" (guía, líder).
De todas las palabras del Nuevo Testamento, esta es la que más
se acerca a la idea contemporánea de "liderazgo". En
otros pasajes donde aparece, se traduce como "guiador",
"el que dirige", "varón principal", y
parecidos.
Entonces, uno puede pensar que aquí tendríamos una
justificación del liderazgo autoritario que ejercen muchos
"pastores" hoy en día. Pero esto no es así, por tres
razones:
- Este pasaje en Hebreos no identifica de ninguna manera a los "hegoúmenoi"
con los "pastores". Los traductores de la versión
Reina-Valera han metido esta idea dentro de un texto donde no
está.
- Los "hegoúmenoi" aparecen en Plural, o sea,
no se trata de uno solo. La iglesia del Nuevo Testamento era
siempre dirigida por un equipo de varios líderes, nunca por uno
solo.
- El pasaje más instructivo acerca del papel de un "hegoúmenos"
en la iglesia es Lucas 22:25-26. Aquí dice el Señor Jesús:
"Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que los dominan, se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no sean así; sino que el mayor entre ustedes se vuelva como el más joven, y el que guía (el "hegoúmenos") como el que sirve ("diakoneo")."
Entonces, en la iglesia cristiana, también un "hegoúmenos" (líder) no puede pretender ser más que un "diákonos" (siervo). Incluso, cuanto más importante quiere ser, más siervo tiene que volverse.
(Vea el otro artículo, "¿Someteos a vuestros pastores?", para un análisis más detallado de Hebreos 13:7 y 17.)
Otros fenómenos ministeriales
Ahora que hemos pasado revista a las palabras relacionadas con "ministerio" o "liderazgo" (que en realidad significa servicio), veremos algunos otros términos que hoy en día se malentienden por causa de las tradiciones de las iglesias:
¿La "prédica" de cada semana?
Otra palabra maltradada por las versiones ministeriales, es la palabra "predicar". ¿Qué nos imaginamos con una "prédica"? Nuevamente surgirá la imagen inevitable de un "pastor" (ya hemos visto lo equivocado de este concepto) detrás de un púlpito. Pero nuevamente, estamos cayendo en la trampa de una palabra que fue inventada específicamente para propósitos "ministeriales". En el Nuevo Testamento no existe la palabra "predicar". Donde ocurre en las traducciones, el original dice simplemente "anunciar".
Aquí, felizmente, tenemos que ocuparnos de una sola palabra griega: la palabra "kerysso". Esta palabra viene del sustantivo "kéryx" que significa "heraldo". Por tanto, "kerysso" significa "heraldear", "anunciar públicamente a manera de un heraldo". En unos cuantos pasajes del Nuevo Testamento, los traductores han preservado este significado original de la palabra:
"Y vi a un ángel que pregonaba
a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus
sellos?" (Apoc.5:2)
(La versión de 1909 dice todavía que el ángel "predicaba".
¿Qué "prédica" sería esta, que consiste en una sola
pregunta?)
"Pero ido él (el leproso sanado), comenzó a publicarlo
mucho y a divulgar el hecho..." (Marcos 1:45)
(Aquí la versión de 1909 dice también "publicar".)
Así también Marcos 5:20, 7:36 ("divulgar"),
Lucas 8:39.
Entonces, ¿por qué no dicen también "pregonar", "publicar" o "divulgar" en los muchos otros pasajes donde aparece la palabra "kerysso"? ¿Para qué inventar esta palabra nueva, "predicar", que no existe en ningún lugar del mundo excepto en el ámbito de las iglesias tradicionales?
Existen algunas diferencias entre "anunciar" y la
tradición eclesiástica del "predicar". Primeramente,
un anuncio se hace solamente cuando de hecho hay algo importante
que anunciar. El heraldo de una ciudad sale a hacer sus anuncios,
cuando el rey lo envía con una novedad importante. Ningún
heraldo se esfuerza por inventar un nuevo anuncio cada semana,
solamente porque la tradición le exige que semanalmente haga un
anuncio de una hora. - Así también los apóstoles, profetas y
evangelistas del Nuevo Testamento no salían a
"heraldear" según un horario fijo y regular, ni
inventaron sus propios anuncios. En primer lugar, ellos
anunciaron la noticia de la muerte y resurrección de Jesucristo
(de lo cual ellos mismos habían sido testigos), y de Su
señorío. Esto era realmente "noticia", un hecho
todavía no conocido en los lugares adonde ellos llegaron, y por
tanto merecía ser publicado a manera de heraldo. No se puede
decir lo mismo de las prédicas contemporáneas, que son
elaboraciones sobre hechos ya conocidos para los oyentes, puesto
que hoy en día, casi todos los miembros de las iglesias tienen
sus propias Biblias y pueden leerlas ellos mismos.
Por esta razón, aun los apóstoles no "heraldeaban"
todo el tiempo, sino solamente en el inicio de entrar en un
terreno nuevo. Así por ejemplo en Hechos 18:5, cuando Pablo ya
se encontraba por algún tiempo en Corinto, el texto no dice que
él estaba "entregado por entero a la predicación de la
palabra" (como dice erróneamente la RVR 1960), sino que
estaba "constreñido por el Espíritu" (según el texto
mayoritario), resp. "constreñido por la palabra"
(según otros manuscritos; así la RV 1909 que lo traduce
correctamente).
- Otra diferencia con la idea contemporánea de
"predicar": El heraldo anuncia su mensaje en lugares
públicos, donde todo el mundo lo escucha. Ningún heraldo se
encierra en las cuatro paredes de un auditorio institucional para
dar su anuncio.
Enseñanza en el Nuevo Testamento
Entonces, toda esta idea de la "prédica dominical"
no se encuentra en el Nuevo Testamento. Lo que las iglesias
actuales llaman "predicar", es más cerca de lo que la
Biblia llama "enseñar"; y
quien debería hacer esto es el maestro, no el
"pastor". La "enseñanza" sucede normalmente
en un grupo más o menos constante de personas que están
realmente interesados en ser enseñados. Los apóstoles hacían
esto también (p.ej. Hechos 4:2, 5:25, 5:42, 19:9), pero no hay
que confundirlo con el "predicar" (heraldear).
Y no debemos pensar que las reuniones de los primeros cristianos
eran mayormente para "ser enseñados". Esto es lo que
un verdadero cristiano menos necesita, según 1 Juan 2:27:
"Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe;
así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él."
Las reuniones de los primeros cristianos servían en primer lugar para animarse y edificarse mutuamente con los dones que cada uno había recibido de Dios (1 Cor.14:26, Efesios 5:18-20, Hebreos 10:24), para orar juntos según se presentaban asuntos importantes (Hechos 1:14, 4:23-31, 12:12, Mateo 18,19-20), y para comer juntos y tener comunión (Hechos 2:44-46, 1 Cor.11:21.33).
Además había reuniones extraordinarias cuando llegaba algún
apóstol o maestro eminente que realmente tenía algo importante
que decir. De esta naturaleza eran las reuniones descritas en
Hechos 20:7-12 y 20:17-38. Tales visitas de apóstoles o maestros
importantes no sucedían cada día. ¡Estas no eran los
"servicios dominicales normales de la iglesia"!
Aun la enseñanza de estos maestros de los primeros cristianos,
no eran de la forma como la conocemos de una escuela o iglesia
actual. Lo vemos en el ejemplo de Jesús mismo. La mayor parte de
Su enseñanza sucedía por medio de Su propio ejemplo.
Otra parte importante consistía en respuestas a las preguntas de
Sus discípulos (o de Sus enemigos). Otra parte importante
consistía en instrucciones para acciones prácticas (por ejemplo
Mateo 10). Y solamente una parte muy pequeña sucedía por medio
de exposiciones o "enseñanzas" como lo entendemos hoy.
Así también el libro de Hechos, cuando habla de las enseñanzas
de Pablo, muy poco usa la palabra "enseñar". Con mucho
más frecuencia usa la palabra "dialégomai"
("dialogar") (Hechos 17:2.17, 18:4.19, 19:8-9,
20:7.9, 24:12.25). En la versión Reina-Valera de 1909, esta
palabra es normalmente traducida como "disputar",
mientras la revisión de 1960 lo cambió por
"discutir". Extrañamente, en Hechos 20:7 los
traductores usaron en su lugar la palabra "enseñar", y
en Hechos 20:9 y 24:25 dicen "disertar", mientras el
original dice en todos estos pasajes "dialogar".
Vemos también como Pablo describe el "discipulado" que
recibió Timoteo de parte de él:
"Pero tú has seguido mi enseñanza, mi conducta, mi
propósito, mi fe, mi longanimidad, mi amor, mi perseverancia,
mis persecuciones, mis sufrimientos ..." (2 Timoteo 3:10-11)
De los nueve términos usados, solo uno se refiere a la
"enseñanza" en el sentido intelectual, mientras los
otros ocho se refieren al ejemplo personal de Pablo y a
cualidades del carácter.
Espero que ahora tengamos una idea un poco más clara de lo
que es "enseñanza" en el Nuevo Testamento. No es
"dar exposiciones"; no es impartir conocimientos
puramente intelectuales; ni mucho menos es "dar exámenes y
conseguir un diploma". Todas estas ideas que hoy en día
tenemos sobre "enseñanza", vienen del sistema escolar
de este mundo; y este sistema a su vez se origina en la
filosofía griega pagana. Los antiguos griegos tenían esa idea
de que el hombre puede perfeccionar su vida y su carácter por
medio de las enseñanzas de los filósofos.
Jesucristo, en cambio, nos muestra que no podemos mejorar nuestro
ser con ningún esfuerzo humano. Lo único que puede mejorar al
hombre, es el nuevo nacimiento en Cristo. El hombre viejo no
tiene que perfeccionarse; tiene que morir. (Vea Romanos 6.) Pablo
dice que con nuestra sabiduría (enseñanza, conocimientos) no
llegamos a conocer a Dios (1 Cor.1:20-21, 2:1-5). En este pasaje
- como también en Romanos 1:18-32 -, Pablo alude claramente a la
filosofía griega.
Por eso, en el Nuevo Testamento, "enseñanza" no
equivale a "impartir conocimientos". En la vida
cristiana, la "enseñanza" se basa en el compartir esta
vida cristiana y dar el ejemplo uno mismo. Una persona respaldada
por este ejemplo, compartido de cerca con otros hermanos, puede
entonces dar "enseñanza": o sea, explicaciones acerca
de esta vida cristiana y acerca de su fuente, Jesucristo mismo.
Pero no suficiente con esto, los traductores de la Biblia no se contentaron con la sencilla palabra "enseñanza". En su lugar, en la mayoría de los pasajes donde aparece, pusieron la altanera palabra "doctrina". (La pusieron incluso en pasajes donde el original ni siquiera dice "enseñanza", sino simplemente "palabra", como en Hebreos 6:1.) Esta palabra arrastra detrás de sí un montón de recuerdos oscuros del catolicismo de la Edad Media. En el catolicismo, "doctrina" es lo que dicta la jerarquía de la iglesia, para que todos los miembros de la iglesia compartan estas mismas creencias sin cuestionarlas. En la Edad Media y aun después, la iglesia mandó matar a mucha gente (¡y a muchos cristianos verdaderos!) tan solamente por diferir de esta "doctrina" oficial en algún punto. "Doctrina", en este sentido, no es explicación del cristianismo; es simplemente un medio para imponer el poder de los líderes que gobiernan sobre la iglesia.
Por supuesto, este no es el punto de vista reformado o evangélico. Según los reformadores, solamente la Biblia contiene la "doctrina" verdadera, infalible; y toda enseñanza de hombres (aun de los máximos líderes de la iglesia) tiene que ser evaluada según la Biblia. - Pero al usar esta palabra "doctrina", se ha dado lugar a unos malentendidos graves en el mundo evangélico:
- Se ha llegado a pensar que "creer en Cristo" significa simplemente estar de acuerdo con las verdades "doctrinales" acerca de El, y unirse a una iglesia que enseña estas mismas "doctrinas". De manera que hoy en día tenemos a millones de personas que se llaman a sí mismos "cristianos evangélicos" y se jactan de su "sana doctrina", pero llevan una vida inmunda y corrompida que demuestra que nunca se arrepintieron de sus pecados y nunca nacieron de nuevo.
- Se han establecido liderazgos de iglesias y denominaciones que ejercen el mismo poder "doctrinal" como los líderes católicos: Usan el pretexto de la "sana doctrina" para castigar y expulsar a cristianos que se atrevieron a evaluar a los líderes según la Biblia. Y por el mismo motivo, han surgido innumerables divisiones entre iglesias sobre puntos "doctrinales" de menor importancia tales como el hablar en lenguas, el rapto, el milenio, la forma exacta de entender la predestinación de Dios, y otras disputas que Pablo llamaría "vanas palabrerías" (1 Tim.1:6) y "contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, calumnias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento..." (1 Tim.6:4-5).
En Marcos 1:27 dice: "Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina (enseñanza) es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?" - Los espíritus inmundos obedecían a Jesús, no por unos puntos "doctrinales" que escucharon. Ellos le obedecieron por causa de quien era El. Enseñanza cristiana no es simplemente hablar acerca de Jesús; es compartir la vivencia con El y la obediencia hacia El.
¿Qué es la iglesia?
La última palabra que quiero examinar es "iglesia".
Esta es también una palabra artificial, creada a partir de la
palabra griega "ekklesía". Ya no es posible
hoy en día explicar por qué exactamente los escritores del
Nuevo Testamento decidieron usar esta palabra para las
comunidades cristianas. Se proponen por lo menos tres
explicaciones:
- Originalmente, "ekklesía" significa "asamblea";
especialmente la asamblea de los ciudadanos con derecho a voto,
en las ciudades griegas que comenzaron a adoptar formas
democráticas de gobierno.
- Desde el trasfondo del Antiguo Testamento, "ekklesía"
significa la reunión o el conjunto del pueblo de Israel, un
pueblo apartado para Dios. (Los pasajes correspondientes del
Antiguo Testamento son traducidos con diversas palabras como
"congregación", "multitud" o
"pueblo".)
- Algunos ven el origen de la palabra "ekklesía"
en el verbo "eklégomai" ("elegir"
o "llamar afuera"). Entonces significaría
"los elegidos" o "los que han sido llamados
afuera".
Es bien posible que al usar la palabra "ekklesía", los primeros cristianos querían decir: "Somos un pueblo especial; un pueblo apartado por y para Dios." La iglesia de Cristo era efectivamente algo nuevo que no existía antes, y así podría justificarse el invento de una palabra nueva para ella en el idioma español.
El problema es, que a lo largo de la historia, esta palabra "iglesia"
ha cambiado de significado. ¿En qué pensamos hoy en día,
cuando escuchamos la palabra "iglesia"?
- Muchos pensarán primero en algún edificio, bastante grande y
lujoso quizás, un edificio donde asisten de costumbre a ciertos
eventos y reuniones, un edificio que han aprendido a llamarlo
"templo" o "casa de Dios". ¡Ningún
cristiano del Nuevo Testamento hubiera pensado algo así! Al
contrario, durante todo el tiempo del Nuevo Testamento (o sea,
por lo menos los primeros sesenta o setenta años en la historia
de la iglesia), no se construyó ni un solo edificio para los
propósitos de la iglesia; y tampoco encontramos la idea de que
en algún tiempo del futuro eso sería necesario. Todavía al
inicio del siglo III, el apologista romano Minucio Félix
escribe:
"¿Pero piensas que ocultamos lo que adoramos, porque no
tenemos templos ni altares? - Pero ¿qué imagen haría yo de
Dios, si, pensándolo detenidamente, el hombre mismo es la imagen
de Dios? ¿Qué templo le construiría yo, si todo este mundo
creado por Su obra no puede contenerle? Y si yo, un hombre, puedo
moverme a lo largo y a lo ancho, ¿encerraría el poder de una
majestad tan grande en un solo edificio pequeño? ¿No es mejor
pensar en El en nuestra mente, y santificarlo en lo más interior
de nuestro corazón?"
(Minucio Félix, "Octavio", capítulo 32.)
El único "templo" que conocían los primeros cristianos, era el templo de Jerusalén; y este era un edificio judío, no cristiano. Siendo judíos ellos mismos, los primeros cristianos se sentían en la libertad de usar este templo para sus propósitos (mejor dicho, el atrio del templo, que era una plaza pública espaciosa y servía también de mercado). Pero también sabían muy bien que Dios había prohibido construir algún otro "templo" en algún otro lugar que no sea Jerusalén. (Vea Deuteronomio 12.) Para sus reuniones diarias usaban sus propias casas; y para reuniones excepcionales más grandes usaban lugares públicos. A ningún cristiano del Nuevo Testamento se le hubiera ocurrido pensar que "iglesia" sea algún edificio.
- Otros, cuando escuchan la palabra "iglesia",
piensan en alguna institución u organización denominacional que
se identifica con un nombre particular: "la iglesia
bautista", "la iglesia presbiteriana", "la
iglesia evangélica", "la iglesia pentecostal".
Así se ha hecho común la pregunta, cuando se encuentran
evangélicos de distintos trasfondos: "¿A qué iglesia
asistes?"
Nuevamente, a ningún cristiano del Nuevo Testamento se le
hubiera ocurrido pensar algo así. Para ellos,
"iglesia" no era algo "donde asistir". Ellos
mismos eran la iglesia, todos los cristianos de un
lugar; y quien los "organizaba" era Cristo mismo, no
alguna junta denominacional.
El único lugar donde leemos que se formaba algo como
"denominaciones", era en Corinto; y en este caso, Pablo
lo condenó decididamente (1 Cor.1:11-15, 3:1-11). En ningún
momento se le ocurrió llamar "iglesias" a estos grupos
que se hacían la competencia entre sí. Desde el punto de vista
del apóstol, existía una sola iglesia de Dios en
Corinto (1 Cor.1:2); y sus miembros no tenían el derecho de
formar distintos partidos en competencia, ni de formar
"organizaciones" bajo el liderazgo de algún líder
eminente. (Vea también 3 Juan 9-10).
Pero hoy en día hay muchos líderes denominacionales que se atribuyen a sí mismos un "derecho de propiedad" sobre los miembros de "sus" iglesias. Algunos incluso les prohíben asistir a eventos de otras denominaciones. Así que, el evangélico promedio piensa que "iglesia" es una institución humana, liderada y dominada por hombres, y segregada en "denominaciones". ¡Nada más lejos del Nuevo Testamento!
Uno de los pocos pasajes donde Jesús mismo usó la palabra "iglesia", se encuentra en Mateo 18:15-22. Su concepto de "iglesia" es muy sencilla:
"Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." (Mateo 18:20)
Esto es todo lo que se necesita para ser "iglesia". Congregarse, aunque sean solo dos o tres - pero que sea en el nombre y bajo el señorío del Señor Jesucristo. Esta parece actualmente ser la condición más difícil de cumplir, en vista de los muchos que se congregan en el nombre de su propia denominación. Para evitar estos malentendidos denominacionalistas e institucionalistas, quizás sería una buena idea traducir esta palabra "ekklesía" por una palabra neutral y cotidiana como "asamblea", "congregación", "reunión" o "pueblo".
Necesitamos una traducción "no ministerial" del Nuevo Testamento, para evitar los malentendidos expuestos aquí, y para poder hablar con más claridad de lo que es realmente la iglesia.
ANEXO: Tabla comparativa de las palabras griegas relacionadas con el "ministerio" y el liderazgo de la iglesia, y sus traducciones respectivas en la versión Reina-Valera.
Familia de palabras "diákonos", "diakonía", "diakoneo":
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
diákonos | "siervo" | Siervo que atiende a las mesas, y en el sentido más general de la palabra | Mateo 23:11 | |
"sirviente" | Juan 2:9 | |||
"los que servían" | Mateo 22:13, Juan 2:5 | |||
"servidor" | Mateo 20:26, Marcos 9:35, 10:43 | |||
diákonos | "servidor" | Siervo(a) de Dios, del evangelio, de la asamblea de los santos | Juan 12:26 | Juan 12:26 1 Cor.3:5, 1 Tes.3:2 |
"ministro" | 1 Cor.3:5, 1 Tes.3:2 2 Cor.3:6, 6:4, 11:23, Ef.3:7, Col.1:7.23.25, 1 Tim.4:6 |
2 Cor.3:6, 6:4, 11:23, Ef.3:7, Col.1:7.23.25, 1 Tim.4:6 | ||
"diácono" | Fil.1:1, 1 Tim.3:8.12 | |||
"diaconisa" | Rom.16:1 | |||
diákonos | "siervo" | Respecto al ministerio de Jesucristo | Rom.15:8 | |
"ministro" | Rom.15:8 | |||
diákonos | "ministro" | Siervo del diablo | 2 Cor.11:15 | |
Ayudante de los apóstoles | Ef.6:21, Col.4:7 | |||
Alguien que ayuda, en el sentido más amplio | Gál.2:17 | |||
diákonos | "servidor" | el gobierno es siervo de Dios | Rom.13:4 | |
"ministro" | Rom.13:4 | |||
diakonía | "servicio" | Trabajo casero | Lucas 10:40 | |
"quehaceres" | Lucas 10:40 | |||
diakonía | "servicio" | Servicio (en el sentido más amplio) | Hebr.1:14, Apoc.2:19 | Rom.12:7, 1 Cor.16:15, Hebr.1:14, Apoc.2:19 |
"ministerio" | Rom.12:7, 1 Cor.16:15, 2 Tim.4:11 |
2 Tim.4:11 | ||
diakonía | "administración" | Servicio espiritual; Anuncio del mensaje de Dios | 2 Cor.4:1 | |
"servir" | 2 Cor.11:8 | |||
"ministerio", "ministrar" | Hechos 1:17.25, 6:4, 20:24, 21:19, Rom.11:13, 2 Cor.5:18, 6:3, 11:8, 1 Tim.1:12 | Hechos 1:17.25, 6:4, 20:24, 21:19, Rom.11:13, 2 Cor.4:1, 2 Cor.5:18, 6:3, 1 Tim.1:12 |
||
diakonía | "ministerio", "ministración" | Ayuda alimenticia y financiera | Hechos 6:1 | 2 Cor.9:1.13 |
"suministración" | 2 Cor.9:1.13 | |||
"distribución" | Hechos 6:1 | |||
"servir", "servicio" | Rom.15:31, Hechos 12:25, 2 Cor.8:4, 9:12 | Rom.15:31, Hechos 12:25, 2 Cor.8:4, 9:12 | ||
"subsidio" | Hechos 11:29 | |||
"socorro" | Hechos 11:29 | |||
diakonía | "ministerio" | Obra realizada como resultado de un don del Espíritu Santo | 1 Cor.12:5, Ef.4:12, Col.4:17, 2 Tim.4:5 | |
Servicio a Dios | 2 Cor.3:7-9 | |||
diakoneo | "servir" | Servir en las mesas | Mateo 8:15, Marcos 1:31, Lucas 10:40, 12:37, 17:8, 22:26-27, Juan 12:2, Hechos 6:2 | |
diakoneo | "ayudar" | Servir, ayudar en general | Hechos 19:22, 2 Tim.1:18 | |
"servir" | Mateo 20:28, 25:44, Marcos 10:45, Phlm.13 | Mateo 20:28, 25:44, Marcos 10:45, Phlm.13, Hebr.6:10 |
||
"asistir" | Hebr.6:10 | |||
diakoneo | "servir" | Prestar ayuda financiera | Lucas 8:3 | |
"administrar" | 2 Cor.8:19 | 2 Cor.8:19-20 | ||
"ministrar" | Rom.15:25, 2 Cor.8:20 |
Rom.15:25 | ||
diakoneo | "administrar" | Escribir o enviar una carta | 2 Cor.3:3 | |
"expedir" | 2 Cor.3:3 | |||
diakoneo | "servir" | Servir al Señor | Mateo 4:11, 27:55, Marcos 1:13, 15:41, Juan 12:26 | |
"ministrar" | Servir a la asamblea de los santos | 1 Tim.3:10 | ||
"ejercer el diaconado" | 1 Tim.3:10 | |||
"administrar" | Ejercer un don del Espíritu Santo | 1 Pedro 1:12, 1 Pedro 4:10 |
1 Pedro 1:12 | |
"ministrar" | 1 Pedro 4:11 | 1 Pedro 4:10 1 Pedro 4:11 |
Familia de palabras "hyperetes", "hypereteo"
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
hyperetes | "ministro" | Siervo de los sacerdotes y guardián de la cárcel |
Juan 18:3.12.18, Hechos 5:22.26 | |
"criado" | Mateo 26:58, Juan 18:22 | |||
"servidor" | Marcos 14:54.65, Juan 7:32 | |||
"ministril" | Juan 7:45 | |||
"alguacil" | Mateo 5:25 | Mateo 5:25, Mateo 26:58, Marcos 14:54.65, Juan 7:32.45, 18:3.12.18.22, Hechos 5:22.26 |
||
hyperetes | "servidor" | Siervo de Jesús (como rey) | Juan 18:36 | |
Testigo y siervo del Señor (Pablo) | 1 Cor.4:1 | |||
hyperetes | "ayudante" | Siervo / ayudante de los apóstoles | Hechos 13:5 | |
"en el ministerio" | Hechos 13:5 | |||
hyperetes | "ministro" | Siervo de la sinagoga que alcanzaba el libro al lector | Lucas 4:20 | |
Testigos de la vida y muerte de Jesús | Lucas 1:2 | |||
Testigo y siervo del Señor (Pablo) | Hechos 26:16, 1 Cor. 4:1 |
Hechos 26:16 | ||
hypereteo | "servir" | David (como rey) | Hechos 13:36 | |
Trabajar con sus propias manos | Hechos 20:34 | |||
Prestar ayuda (a Pablo encarcelado) | Hechos 24:23 |
Familia de palabras "leitourgós", "leitourgía", "leitourgeo":
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
leitourgós | "ministro" | el gobierno es siervo de Dios | Rom.13:6 | |
"servidor" | Rom.13:6 | |||
"ministro" | Ángeles | Hebr.1:7 | ||
Jesús como sumo sacerdote | Hebr.8:2 | |||
Siervo que anuncia el evangelio | Rom.15:16 | |||
"ministrador" | Siervo que trae ayuda financiera | Fil.2:25 | ||
leitourgía | "ministerio" | Servicio de sacerdote (según el Antiguo Testamento) | Hebr.8:6, 9:21 | Lucas 1:23, Hebr.8:6, 9:21 |
"oficio" | Lucas 1:23 | |||
"servicio" | Sacrificio (en sentido figurativo) | Fil.2:17 | ||
Ayuda financiera | 2 Cor.9:12, Fil.2:30 | |||
leitourgeo | "servir" | Prestar ayuda financiera | Rom.15:27 | |
"ministrar" | Rom.15:27 | |||
Servir de sacerdote (según el Antiguo Testamento) | Hebr.10:11 | |||
Servir al Señor (ayunando) | Hechos 13:2 |
Familia de palabras "poimén", "poimaino":
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
poimén | "pastor" | Pastor de ganado | Mateo 9:36, 25:32, Marcos 6:34, Luc.2:8.15.18.20 | |
Jesús (comparándose con un pastor de ganado) | Mateo 26:31, Marcos 14:27, Juan
10:2.11.12.16, Hebr.13:20 (1 Pedro 5:4) |
Mateo 26:31, Marcos 14:27, Juan 10:2.11.12.16,
Hebr.13:20, 1 Pedro 2:25, (5:4) |
||
"padre" | 1 Pedro 2:25 | |||
"pastores" (PLURAL) | un don para la edificación de los santos | Efesios 4:11 | ||
poimaino | "apacentar" | pastear ganado | Lucas 17:7, 1 Cor.9:7 | |
Jesucristo "pasteando" el pueblo | Mateo 2:6 | |||
"pastorear" | Apoc.7:17 | |||
"regir" | Apoc.2:27, 12:5, 19:15 | |||
"apacentar" | pastear las "ovejas de Jesús" | Juan 21:16, Hechos 20:28, 1 Pedro 5:2 | ||
alimentar(se) | Judas 12 |
Familia de palabras "epískopos", "episkopeo", "episkopé":
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
epískopos (literalmente: "supervisor") |
"obispo" | Jesús es "pastor y supervisor de nuestras almas" | 1 Pedro 2:25 | |
Supervisor en la asamblea de los cristianos (EN PLURAL según Hechos 20:28 y Fil.1:1) | Hechos 20:28, Fil.1:1, 1 Tim.3:2, Tito 1:7 | |||
episkopeo (literalmente "supervisar") |
"mirar bien" | Cuidarse unos a otros | Hebr.12:15 | |
"tener cuidado de", "cuidar de" | Cuidar el rebaño de Dios | 1 Pedro 5:2 | ||
episkopé (literalmente "supervisión") |
"visitación" | Visitación de Dios | Lucas 19:44, 1 Pedro 2:12 | |
"oficio" | Función de supervisar | Hechos 1:20 | ||
"obispado" | Hechos 1:20, 1 Tim.3:1 |
1 Tim.3:1 |
Hegoúmenos:
OJO: Lucas 22:25-26 nos
presenta el punto de vista del Señor Jesucristo acerca
de todo "liderazgo" en Su pueblo: "Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que los dominan, se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no sean así; sino que el mayor entre ustedes se vuelva como el más joven, y el que guía (el "líder") como el que sirve." |
||||
Palabra griega: | Traducida como: | Se refiere a: | Pasaje(s) en la RV 1909: | Pasaje(s) en la RVR 1960: |
hegoúmenos (literalmente "guía", "líder") |
"gobernador" | Un oficial alto (José en Egipto) | Hechos 7:10 | |
"guiador" | Jesús como Mesías | Mateo 2:6 | ||
"príncipe" | Líder en la asamblea de los santos | Lucas 22:26 | ||
"el que dirige" | Lucas 22:26 | |||
"varones principales" | Hechos 15:22 | |||
"pastores" (PLURAL) | Hebreos 13:7.17.24 |
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