Base
bíblica: "...y no perecerán
jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi
Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie
las puede arrebatar de la mano de mi Padre."
(Juan 10:28-29)
Necesitamos:
- Unos fósforos.
¡Empecemos!
Esta pequeña actividad puede servir de introducción a
una lección en la cual enseñamos a los niños sobre el
cuidado y la protección de Dios.
El maestro llama a un niño adelante y le entrega un
fósforo: "¿Puedes romper este fósforo?" -
Claro que esto es muy fácil. Entonces el maestro llama a
otro niño adelante y le muestra un fósforo en su mano:
"¿Puedes romper este fósforo?" - Pero esta
vez, el maestro no entrega el fósforo al niño, sino
cierra su mano y mantiene el fósforo dentro de su mano
bien cerrada. ¡Ahora la cosa es mucho más difícil!
Sigue la explicación: "Un
fósforo es pequeño y frágil. Es fácil romperlo cuando
se encuentra botado en algún lugar. Pero este mismo
fosforito débil, cuando yo lo cuido dentro de mi mano,
tú no lo puedes romper. De la misma manera, nosotros
como humanos somos débiles. Fácilmente podemos ser
quebrantados por los problemas de la vida y por los
ataques del enemigo. Pero cuando el Señor Jesús te
tiene en su mano, el enemigo no puede hacer nada contra
ti. Jesús nos ha prometido que nadie nos puede arrebatar
de su mano. No necesitas ser fuerte por ti mismo. Pero
cuando confías en el Señor y te juntas con El, El te
cuidará con su poder."