Base bíblica:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para la necesaria edificación, a
fin de dar gracia a los oyentes." (Efesios 4:29)
No siempre es fácil decir a nuestros prójimos palabras
que edifican y animan. ¡Pero todos necesitamos ser
animados! Con este juego podemos practicar un poco el
animarnos unos a otros y el decirnos lo positivo que
vemos unos en otros.
Necesitamos:
Sillas para formar un círculo (si no hay sillas, se
puede jugar también en el piso)
Un objeto que se puede hacer girar en el piso para
apuntar a alguien (bueno es por ejemplo una botella
vacía, o un plumón grueso)
Cajita con tarjetas preparadas con preguntas (vea abajo).
¡Empecemos!
Todos se sientan en un círculo. El maestro que dirige el
juego empieza haciendo girar la botella (resp. el
plumón) en el medio del círculo. La persona a la cual
apunta la botella al detenerse tiene que sacar una
tarjeta con una pregunta. (Todas las preguntas tienen
como objetivo que diga algo positivo acerca de otra
persona que está presente.) Cuando haya contestado la
pregunta, puede dar vueltas a la botella para que apunte
a la próxima persona. ¡Los maestros participan
también! Se puede jugar hasta que cada persona haya
contestado por lo menos una pregunta, o hasta que se
acaben las preguntas. (Pero no hay ningún problema si la
misma pregunta aparece dos o tres veces.)
Sugerencias para
preguntas en las tarjetas:
¿Quién ama a Dios? ¿En qué
se nota esto?
¿Quién es valiente? ¿Cómo
lo has notado?
¿Quién es un ejemplo en
paciencia? ¿Por qué?
¿Quién hizo algo bueno para
ti durante la semana pasada? ¿Qué cosa hizo?
¿Quién es dispuesto a ayudar
a otros? ¿En qué lo notaste?
¿Quién es un buen amigo?
Dile por qué.
¿Quién es cumplido? Cuenta
un ejemplo.
¿Quién es inteligente?
¿Cómo lo notaste?
¿Con quién te gusta jugar?
¿Por qué?
¿Quién es un ejemplo en
perseverancia? ¿Por qué?
¿Quién sabe animar? Cuenta
un ejemplo.
¿Quién es amable? ¿En qué
notas esto?
¿A quién te gustaría
conocer mejor? Entonces hazle una pregunta.
Mira a la persona que está a
tu derecha y dile algo que te gusta en él/ella.
Mira a la persona que está a
tu izquierda y dile una promesa de Dios para
él/ella.
Variación: Antes
de empezar con el juego, todos tienen que sacarse el
zapato derecho. Los zapatos se ponen juntos fuera del
círculo. Se explica a los niños que sin zapatos nos
sentimos incómodos, no podemos caminar bien... así nos
hace sentir cuando alguien nos dice palabras que nos
desaniman. Pero ahora vamos a animarnos unos a otros, y
cada persona que anima a alguien le va a poner también
su zapato. - Entonces se juega el juego, pero cada vez
que alguien contesta una pregunta, también le pone su
zapato a la persona a la cual está hablando.