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Conferencia "El papel del pastor en el ministerio con niños"Parte 1: Bases bíblicas y teológicas para el ministerio con niños |
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- - > (Indice)
El potencial olvidado para el crecimiento de la iglesiaLos principios compartidos a continuación no son otra "idea particular" que uno podría añadir a su iglesia u omitirlos según su gusto. Porque al omitirlos, ¡la inmensa mayoría de las personas que podrían constituir la iglesia, se quedarían afuera de ella! Esto es lo que, de hecho, sucede en muchas iglesias. Nos estamos perdiendo 85% de nuestro potencial de crecimiento. |
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¿POR QUÉ? | ||
Según una publicación reciente del
"US Center for World Missions", a nivel mundial
85% de todas las personas que se deciden recibir a
Jesucristo, tienen entre 4 y 14 años. Otras investigaciones observaron que: En Estados Unidos, 90% de todos los pastores y misioneros conocieron al Señor mientras eran niños, y tenían una responsabilidad en la iglesia mientras eran niños. Las iglesias cristianas pierden más miembros de entre los hijos de los cristianos, de lo que ganan nuevos miembros por medio de todos sus esfuerzos evangelísticos. (En otras palabras: Las iglesias crecerían más si suspendieran sus eventos evangelísticos por completo, y en cambio se concentraran en la evangelización de sus propios niños.) |
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Por otro lado, observé en mi entorno, que las iglesias cristianas no están conscientes de este potencial. En general, se invierte muy poco o nada en el trabajo con niños y adolescentes, en comparación con las otras áreas de la iglesia. | ||
Estos son algunos resultados de una
encuesta realizada en 19 iglesias, en el año 2001: Solo tres de estas iglesias cuentan con personal capaz de entrenar a nuevos maestros de Escuela Dominical. Dos iglesias no hacen ningún trabajo con niños. 10 iglesias no organizan ninguna capacitación para sus maestros de niños. Las iglesias que realizan obra con niños, invierten un promedio de 0,20 dólares por niño por mes. Esto son solo 2 a 3% del presupuesto de la iglesia, aunque los niños constituyen 32% de los asistentes a los cultos. (44% de la población son menores de 15 años. ¡Esto significa que las iglesias ni siquiera alcanzan a los hijos de sus propios miembros!) En 5 iglesias no existe ninguna comunicación entre el pastor y el director de la Escuela Dominical; en 4 otras iglesias se realizan solamente consultas esporádicas. Esto señala que los pastores no tienen mucho interés en el ministerio con niños. |
Los niños son las personas más abiertas para el Evangelio, pero a la vez los menos alcanzados con el Evangelio.
A continuación estudiaremos algunos de los pasajes bíblicos más importantes que nos hablan acerca de los niños, y de nuestro deber hacia ellos. En este estudio quisiera hacer hablar en primer lugar el mismo texto bíblico y reducir los comentarios al mínimo necesario. En los siguientes estudios veremos entonces algunas consecuencias de estos principios para la práctica y la organización de la iglesia.
Parte 1: Bases bíblicas y teológicas para el ministerio con niños
El
potencial olvidado para el crecimiento de la iglesia
El Señor da mucha importancia a los niños
Los
niños necesitan la Salvación
¿Son los
niños "inocentes"?
El
mandato de evangelizar a los niños
El mandato
de enseñar a los niños
El mandato
de corregir a los niños
El mandato
de respetar y animar a los niños
El
mandato de hacer participar a los niños en nuestras experiencias
con Dios
El
mandato de interceder por los niños
El padre
como sacerdote de su casa (familia)
El
propósito y llamado de Dios en la vida de un niño
Parte 2: El pastor como promotor y facilitador del ministerio con niños
Parte 3: Estrategias para el desarrollo de la obra con niños
Nota sobre los derechos del autor: Todos los
materiales que se encuentran en estas páginas, excepto
donde se indica lo contrario, son propiedad intelectual
de "Hijos del Altísimo". Su reproducción es
permitida bajo las siguientes condiciones: |
Gén.18:18-19:
"...habiendo de ser Abraham una nación grande y
fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de
la tierra ... Porque yo sé que mandará a sus
hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir sobre Abraham lo que ha
hablado acera de él."
Abraham es bendecido porque enseña a sus hijos el
camino de Dios.
Núm.
14:30-32: "Vosotros a la verdad no
entraréis en la tierra ... Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que
serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la
tierra que
vosotros despreciasteis."
Dios promete la tierra a los niños. Ellos pueden ganar la
batalla que los adultos perdieron por su falta de fe.
Mat.11:25-26:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los
niños. Sí,
Padre, porque así te agradó."
Los niños pueden entender el Evangelio. Este entendimiento no
depende de la inteligencia o educación humana, sino de Dios
quien les revela la Verdad.
Mat.18:5-6:
"Y cualquiera que reciba en mi nombre
a un niño
como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a
alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se
le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le
hundiese en lo profundo del mar."
Jesús se identifica con los niños. El dice que de
la manera como tratamos a un niño, así tratamos al Señor
mismo.
Marc.10:15:
"De cierto os digo, que el que no reciba el reino de
Dios como un niño,
no entrará en él."
El niño es el ejemplo de cómo hay que recibir el Reino de Dios.
De la misma manera sencilla como ellos pueden recibir al Señor,
así debemos recibirle nosotros.
1
Cor.1:26-29: "Pues mirad, hermanos,
vuestra vocación: que no sois muchos sabios según la carne, ni
muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo
escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del
mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es (lo
que no vale), para deshacer lo que es (lo que
vale), a fin de que nadie se jacte en su presencia."
Con frecuencia los niños son considerados débiles, necios,
menospreciados... pero Dios los escogió.
Los niños necesitan la SalvaciónRom.3:23: "... por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios ...", no se indica ningún límite de edad. Sal.51:5:
"He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me
concibió mi madre." Mat.18:11-14:
La bien conocida parábola de la oveja perdida, se encuentra enmarcada por estas
afirmaciones: "Porque el Hijo del Hombre ha
venido para salvar lo que se había perdido. ... Así, no
es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos,
que se pierda uno de estos pequeños." Gén.25:22:
"Y los hijos (Jacob y
Esaú) luchaban dentro de ella (esto es,
en el vientre de su madre); y ella dijo: Si es
así, ¿para qué vivo yo?" -
Is.48:8: "...por tanto te
llamé rebelde desde el vientre." 2
Reyes 2:23-24: "Después
subió (Eliseo) de allí a Bet-el; y
subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la
ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube!
¡Calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los
maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del
monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos
muchachos." |
¿Son los
niños "inocentes"?
Existen muchas iglesias, incluso algunas que desean
fundamentarse estrictamente sobre la Palabra de Dios, que no
toman en cuenta los principios que acabamos de mencionar
(¿quizás porque parecen "palabras muy duras"?)
Entonces enseñan que los niños pequeños son inocentes, sin
pecado, y que empiezan a ser pecadores solamente cuando alcanzan
una determinada "edad de la responsabilidad". A primera
vista, esto parece razonable. Sin embargo, si enseñamos que los
niños son inocentes, entramos en conflicto con algunas verdades
fundamentales de la Palabra de Dios:
- Estaríamos negando el efecto del pecado original sobre toda la
humanidad (Rom.3:23, 5:12).
- Estaríamos negando la fe en Cristo como único camino de
salvación (Juan 14:6, Marcos 16:16).
- Estaríamos enseñando que la salvación puede perderse: Si
sostenemos que los niños son inocentes y por tanto son salvos,
entonces tendríamos que enseñar que llega algún momento en su
vida donde empiezan a pecar y a perderse. Esto está en conflicto
con Juan 5:24 y 10:28-29 donde dice que el que es salvo, no
vuelve a perderse. - Si un cristiano se aparta de la salvación
por su propia voluntad, entonces se trataría del terrible caso
descrito en Hebr.6:4-6, del cual dice que un nuevo
arrepentimiento ya no es posible. Entonces tendríamos que tratar
a cada persona adulta que no es creyente, como un "cristiano
apóstata" para el cual ya no hay esperanza. Por supuesto,
una tal opinión sería cruel y absurda; pero es la consecuencia
lógica de la enseñanza de que los niños pequeños son salvos.
Algunos expositores sostienen que
los versos como Romanos 3:23 no se pueden aplicar a los niños
porque ellos todavía no tienen conocimiento de la Palabra de
Dios y por lo tanto no pueden pecar conscientemente. Ellos dicen:
"¿Cómo puede Dios juzgar a alguien que no ha tenido la
oportunidad de conocer Su voluntad?" - Este mismo argumento
se utiliza también en contra de las misiones en países no
alcanzados: "¿Cómo podemos decir que Dios va a juzgar a
los paganos, si ni siquiera han tenido la oportunidad de escuchar
el Evangelio?" (Entonces sería mejor nunca predicarles,
porque mientras no escuchan el Evangelio, serían salvos.) Si los
cristianos europeos de los siglos pasados hubieran hecho caso a
este argumento, hoy no existiría ninguna iglesia cristiana en
Perú.
El mismo libro de Romanos da la respuesta a este argumento:
"...porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues
Dios se los manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su
eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la
creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa."
(Rom.1:19-20)
(Dos versos que parecen decir lo contrario):
Hay dos pasajes de la Biblia que a veces se interpretan mal para
enseñar que no es necesario evangelizar a los niños. Daremos a
continuación la interpretación correcta de ellos, según su
contexto:
Marc.10:14-15: "Dejad a los niños venir a mí ... porque de
los tales es el Reino de Dios." Esto a veces se interpreta
como si ellos estuvieron automáticamente en el Reino de Dios. -
NO: los niños tienen que venir a Cristo para recibir
el Reino, porque así dice el verso 15. Mientras no vienen ni lo
reciben, todavía no están dentro. (Lo que sí dice es que para
un niño es mucho más fácil recibir el Reino que para un
adulto.)
1 Cor. 7:14: "Porque el marido incrédulo es santificado en
la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera
vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son
santos." ¿Dice aquí que los hijos de padres cristianos son
"automáticamente" salvos? - La palabra
"santo" significa "separado, apartado para
Dios", o también "legítimo según la Palabra de
Dios". (En 1 Tim.4:5 se aplica al alimento que puede comerse
legítimamente.) Los hijos de padres creyentes están bajo una
bendición y protección especial de Dios (Sal.115:14, 128:3-6,
Ex.20:5-6). Pero este verso no habla acerca de la Salvación
eterna. La misma palabra ("santo",
"santificado") se usa aquí también para el cónyuge
no creyente. Entonces, si queremos interpretar este verso de
manera que los hijos de padres cristianos serían salvos,
tendríamos que enseñar también que el esposo de una mujer
cristiana sería automáticamente salvo. Es claro que esta
interpretación contradice la enseñanza de toda la Biblia, y
aquí especialmente al verso 16.
- El contexto demuestra que aquí se trata de la pregunta si un
cristiano debía divorciarse de su cónyuge no creyente. Pablo
responde: No, porque la incredulidad del cónyuge no anula el
matrimonio; el matrimonio es "santificado" (legítimo
ante Dios) aun en este caso. Si no fuera así, tendrían que
separarse también de sus hijos no convertidos; pero ahora los
hijos son "santos" (=hijos legítimos ante Dios, aunque
no fueran creyentes).
Marc.16:15-16
"Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda
criatura..."
Esto incluye toda la humanidad, sin límites de edad.
Mateo 18:11-14 Sobre la parábola de la
oveja perdida ya hablamos arriba. -
Dios no quiere que un niño se pierda; por eso tenemos que
buscarlos y evangelizarlos.
Cuidado: no debemos manipular ni presionar a los niños.
No hay que hacer llamados colectivos a los niños porque esto
lleva a muchas "pseudo-decisiones".
La decisión del niño
debe ser: - voluntaria - personal - con entendimiento. |
Es NECESARIO
conversar personalmente con cada niño que manifiesta el deseo de
entregar su vida a Jesús, para asegurar que el niño realmente
entienda lo que está haciendo, y lo haga por voluntad propia.
Juan 16:8-11: "Y cuando
él venga (el Espíritu Santo), convencerá al
mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto
no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me
veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo
ha sido ya juzgado."
Un ingrediente esencial de la conversión es la convicción del
pecado. Un niño que no está convencido de su propio pecado y de
su necesidad de perdón, no está listo para convertirse. (¡Lo
mismo se aplica a los adultos!) - Para esto también, no hay
límite de edad, porque es la obra del Espíritu Santo y no
depende de las capacidades intelectuales o psicológicas del
niño. Existen niños de cuatro años que son más conscientes de
su pecado que muchos adultos. Si un niño se convierte a raíz de
esta obra del Espíritu Santo en él, su conversión es
igualmente real y duradera como la de un adulto.
- a los
padres:
Dtn.6:6-9: "Y estas
palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a
tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y
al acostarte, y cuando te levantes."
Las primeras personas que tienen el deber de
enseñar a los niños, son sus padres. Se trata aquí de un
mandamiento de suma importancia, porque es la continuación
inmediata del "mandamiento más grande": "Oye
Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová
tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas." (Dtn. 6:4-5). De hecho, gracias a la obediencia a
este mandamiento mantuvo la nación judía su identidad como
nación, a pesar de estar dispersada por todas las naciones
durante más de 1800 años. Este mandato, que los padres enseñen
la Palabra de Dios a sus hijos, tiene también muchas
consecuencias para la estructura de la iglesia, que todavía muy
poco han sido realizadas.
Sal. 78:5-8: "El
estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel,
la cual mandó a nuestros padres, que la notificasen
a sus hijos;
para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que
nacerán;
y los que se levanten lo cuenten a sus hijos,
a fin de que pongan en Dios su confianza,
y no se olviden de las obras de Dios;
que guarden sus mandamientos,
y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde
..."
Si los niños no son enseñados en la Palabra de Dios, ellos
también se convertirán en una "generación contumaz y
rebelde".
- a los
líderes de la congregación:
Dtn.31:12-13 "Harás
congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, ... para que oigan y aprendan, y
teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las
palabras de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan
a temer a Jehová vuestro Dios ..."
La segunda persona que tiene el deber de enseñar a los niños,
es el líder del pueblo de Dios. Los niños son incluidos en la
congregación, igual que los varones y las mujeres.
- en
general:
Prov.22:6: "Instruye al niño en su
camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él."
Este verso nos demuestra, en forma general, el principio de que
la niñez es la mejor edad para recibir enseñanza. Al enseñar a
los niños, podemos esperar resultados mucho mejores que al
enseñar a adultos.
Nota: La escuela no es un mandato bíblico. El gobierno civil no tiene ningún mandato para la enseñanza de los niños. Cuando un profesor o maestro se hace cargo de una parte de la educación de un niño, lo hace como "encargado" de parte de los padres. Es muy importante que nosotros como cristianos recuperemos esta perspectiva bíblica, frente a las fuertes tendencias en algunos países de monopolizar la educación de los niños por parte del estado.
1
Sam.2:29-30: "¿Por qué ... has
honrado a tus hijos más que a mí ...? Yo honraré a los que me
honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco."
- 1 Sam. 3:11-14: "... Yo juzgaré su
casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus
hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado."
Elí es juzgado por Dios por no haber corregido a sus hijos. Como
padre, él era responsable no solo de enseñarles, sino también
de corregirles cuando actuaban mal.
Prov. 29:15.17: "La vara y
la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido
avergonzará a su madre. Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará
alegría a tu alma." (Vea
también Prov.22:15, Ef.6:4b).
Con frecuencia se comete el error de consentir
demasiado a los niños pequeños ("ellos son pequeños,
todavía no entienden..."), y después tratar de corregir a
los adolescentes rebeldes con medidas demasiado drásticas. Es al
revés: el niño pequeño tiene que aprender a "vivir según
las reglas" tan pronto como es capaz de manifestar su
voluntad propia, mientras a los adolescentes a menudo hay que
dejar que aprendan por sus propios errores y por las experiencias
que hacen.
¡El deber de corregir no excluye el respeto! El respeto es algo mutuo: de la misma manera como esperamos que los niños nos respeten como padres, profesores, etc, nosotros debemos también respetar a ellos.
Mat.18:5-6:
"Y cualquiera que reciba en mi nombre
a un niño
como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a
alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se
le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le
hundiese en lo profundo del mar."
Jesús se identifica con los niños. El dice que de
la manera como tratamos a un niño, así tratamos al Señor
mismo.
Mat.18:10: "Mirad que no menospreciéis a
uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los
cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los
cielos."
El menosprecio es una de las formas como se
manifiesta la falta de respeto. Los niños no son solamente
"esos chiquitos", "esos enanitos" - ellos son
personas de igual valor y dignidad como una persona adulta.
Col.3:21: "Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, para que no se desalienten."
Lástimamente, muchos niños están desanimados por
causa de la manera como sus padres (u otras personas) los
trataron.
Ef.6:4: "Y vosotros,
padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor."
En este verso tenemos la síntesis de los dos principios
mencionados. Un padre sabio, una madre sabia encontrará la forma
de dirigir y corregir a sus hijos, de una forma que no los
"provoque", sino los anime a seguir adelante; que no
destruya su autoestima, sino los edifique. Una tal estilo de
educación reflejará lo que Dios Padre nos mostró en su propia
persona: La autoridad suprema, combinada con el amor supremo.
Educar a un niño de esta forma es un arte difícil, y
probablemente nadie lo dominará perfectamente - pero justamente
por eso es necesario dedicar mucho tiempo y esfuerzo para
aprenderlo. Quizás no haya ningún mejor reflejo de Dios en la
tierra que un buen padre.
Sal.
102:17-18: "(Dios) habrá considerado
la oración de los desvalidos, y no habrá desechado el ruego de
ellos. Se escribirá esto para la generación venidera; y el pueblo que
está por nacer alabará a JAH."
Cuando Dios hace una obra en nuestras vidas, los niños deben ser
parte de esta experiencia. Así aprenden a alabar al Señor por
las experiencias reales que hicieron con El, no solo por
las historias antiguas que escucharon.
El mejor lugar para aprenderlo es, una vez más, la familia.
Cuando padres e hijos oran juntos por el trabajo de papá, la
salud de la tía, los estudios de los hijos ... siempre habrá
oportunidades para señalar a los niños: "Mira, Dios ha
respondido nuestra oración. ¡Vamos a darle gracias
juntos!"
Lam.
2:19: "Levántate, da voces en la
noche, al comenzar las vigilias;
Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor;
Alza tus manos a el implorando la vida de tus
pequeñitos,
Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las
calles."
Los niños son generalmente los más débiles de la
sociedad. Por tanto son los que necesitan más protección, tanto
en lo material como en lo espiritual. Con nuestra intercesión
levantamos un muro de protección espiritual alrededor de los
niños.
Jos.24:15:
"...pero yo y mi casa serviremos a Jehová."
Josué se compromete no solo a servir al Señor de manera
individual, sino a encabezar toda su familia en el servicio del
Señor.
Ex. 12:21-27: "...Guardaréis
esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para
siempre. ... Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros
responderéis:
Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima
de las casas de los hijos de Israel en Egipto ..."
La Pascua era desde sus inicios una celebración en familia. A un
hijo le corresponde iniciar la conversación con una pregunta, y
al padre le corresponde en respuesta enseñar a su familia y
dirigir la celebración.
Hech.2:46: "...y partiendo
el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de
corazón..."
La Santa Cena (= la continuación de la Pascua) se celebraba en
las casas (=familias).
Hech. 5:42, 16:40, Rom.16:5, 16:23, 1 Cor.16:19,
Col.4:15: La iglesia se reunía en casas (= en
familia, con los niños)
Los siguientes versos
nos demuestran que según el propósito bíblico, el padre
terrenal es reflejo de lo que es Dios como Padre:
Mat.7:9-11: "¿Qué hombre hay de
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si
le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas
cosas a los que le pidan?"
Ef.3:14-15: "Por
esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, de quien toma nombre toda familia (literalmente:
paternidad) en los cielos y en la tierra"
Hebr.12:7-9: "Por
otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos
disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos
mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos (los
padres terrenales), ciertamente por pocos días nos
disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste (Dios)
para lo que nos es provechoso, para que participemos de su
santidad."
Jer.1:5-7:
"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que
nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. - Y yo
dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque
soy niño. - Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a
todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te
mande."
El llamado de Dios para Jeremías estaba determinado antes de su
nacimiento, y empezó a manifestarse muy temprano en su vida.
Sal.139:14-17: "...Mi
embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas
aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de
ellas."
Para cada persona, Dios tiene un propósito establecido aun antes
del nacimiento. Esto significa que cada niño en este mismo
momento ya tiene sobre su vida un llamado único y personal de
parte de Dios. Pero, ¿hasta qué punto se cumplirá este llamado
en la vida de este niño? La respuesta depende en gran medida de
nosotros quienes enseñamos a este niño.
Dios
puede usar a los niños creyentes en Su obra
Ejemplos: Samuel (1 Sam.3), David (1 Sam.17:34-37), la criada de
Naamán (2 Reyes 5:2-4), Josías (2 Crón.34:1-4), Jeremías
(Jer.1:5-7), Daniel (Dan.1:3-21).
Hech. 2:17: "Y en los
postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros
jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán
sueños."
Los niños pueden recibir al Espíritu Santo y sus dones.
-> Hechos 21:8-9: "...
Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban."
Puesto que en aquella cultura las muchachas se casaban a una edad
muy temprana, por lo menos las menores de estas cuatro hijas
deben haber sido niñas.
Salmo 8:2 / Mateo 21:16: "De
la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al
vengativo."
La alabanza de los niños es un arma espiritual poderosa.
Juan 6:8-9: "Uno de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí
está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos
pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?"
El comentario de Andrés - "¿qué es esto para
tantos?" - refleja la actitud de muchos líderes que
desprecian la contribución de un niño. Un niño que ora, que
canta una alabanza, que cuenta su testimonio, que ayuda a otro
niño ... no lo hará con las mismas "palabras
religiosas" como lo haría un adulto; probablemente se
pondrá nervioso o tímido y no lo hará de una manera
"perfecta". Pensamos de la contribución de un niño
como algo muy pequeño. - Pero la respuesta del Señor fue muy
diferente: El recibió esta pequeña ofrenda del niño, dio
gracias por ella, y la usó para alimentar a más de 5000
personas. La contribución más insignificante (a nuestro
parecer) de un niño puede multiplicarse en las manos del Señor
y obrar un gran milagro.
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Parte 2: El pastor como promotor y facilitador del ministerio con niños Parte 3: Estrategias para el desarrollo de la obra con niños |
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