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Conferencia "El papel del pastor en el ministerio con niños"

Parte 1: Bases bíblicas y teológicas para el ministerio con niños

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- - > (Indice)

El potencial olvidado para el crecimiento de la iglesia

Los principios compartidos a continuación no son otra "idea particular" que uno podría añadir a su iglesia u omitirlos según su gusto. Porque al omitirlos, ¡la inmensa mayoría de las personas que podrían constituir la iglesia, se quedarían afuera de ella! Esto es lo que, de hecho, sucede en muchas iglesias. Nos estamos perdiendo 85% de nuestro potencial de crecimiento.

  ¿POR QUÉ?  
Según una publicación reciente del "US Center for World Missions", a nivel mundial 85% de todas las personas que se deciden recibir a Jesucristo, tienen entre 4 y 14 años.
Otras investigaciones observaron que:
En Estados Unidos, 90% de todos los pastores y misioneros conocieron al Señor mientras eran niños, y tenían una responsabilidad en la iglesia mientras eran niños.
Las iglesias cristianas pierden más miembros de entre los hijos de los cristianos, de lo que ganan nuevos miembros por medio de todos sus esfuerzos evangelísticos. (En otras palabras: Las iglesias crecerían más si suspendieran sus eventos evangelísticos por completo, y en cambio se concentraran en la evangelización de sus propios niños.)
Por otro lado, observé en mi entorno, que las iglesias cristianas no están conscientes de este potencial. En general, se invierte muy poco o nada en el trabajo con niños y adolescentes, en comparación con las otras áreas de la iglesia.
Estos son algunos resultados de una encuesta realizada en 19 iglesias, en el año 2001:
Solo tres de estas iglesias cuentan con personal capaz de entrenar a nuevos maestros de Escuela Dominical. Dos iglesias no hacen ningún trabajo con niños. 10 iglesias no organizan ninguna capacitación para sus maestros de niños.
Las iglesias que realizan obra con niños, invierten un promedio de 0,20 dólares por niño por mes. Esto son solo 2 a 3% del presupuesto de la iglesia, aunque los niños constituyen 32% de los asistentes a los cultos. (44% de la población son menores de 15 años. ¡Esto significa que las iglesias ni siquiera alcanzan a los hijos de sus propios miembros!)
En 5 iglesias no existe ninguna comunicación entre el pastor y el director de la Escuela Dominical; en 4 otras iglesias se realizan solamente consultas esporádicas. Esto señala que los pastores no tienen mucho interés en el ministerio con niños.

Los niños son las personas más abiertas para el Evangelio, pero a la vez los menos alcanzados con el Evangelio.

A continuación estudiaremos algunos de los pasajes bíblicos más importantes que nos hablan acerca de los niños, y de nuestro deber hacia ellos. En este estudio quisiera hacer hablar en primer lugar el mismo texto bíblico y reducir los comentarios al mínimo necesario. En los siguientes estudios veremos entonces algunas consecuencias de estos principios para la práctica y la organización de la iglesia.

INDICE

Parte 1: Bases bíblicas y teológicas para el ministerio con niños

El potencial olvidado para el crecimiento de la iglesia
El Señor da mucha importancia a los niños
Los niños necesitan la Salvación
¿Son los niños "inocentes"?
El mandato de evangelizar a los niños
El mandato de enseñar a los niños
El mandato de corregir a los niños
El mandato de respetar y animar a los niños
El mandato de hacer participar a los niños en nuestras experiencias con Dios
El mandato de interceder por los niños
El padre como sacerdote de su casa (familia)
El propósito y llamado de Dios en la vida de un niño

Parte 2: El pastor como promotor y facilitador del ministerio con niños

Parte 3: Estrategias para el desarrollo de la obra con niños

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El Señor da mucha importancia a los niños

Gén.18:18-19: "...habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra ... Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir sobre Abraham lo que ha hablado acera de él."
Abraham es bendecido porque enseña a sus hijos el camino de Dios.

Núm. 14:30-32: "Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra ... Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis."
Dios promete la tierra a los niños. Ellos pueden ganar la batalla que los adultos perdieron por su falta de fe.

Mat.11:25-26: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó."
Los niños pueden entender el Evangelio. Este entendimiento no depende de la inteligencia o educación humana, sino de Dios quien les revela la Verdad.

Mat.18:5-6: "Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar."
Jesús se identifica con los niños. El dice que de la manera como tratamos a un niño, así tratamos al Señor mismo.

Marc.10:15: "De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él."
El niño es el ejemplo de cómo hay que recibir el Reino de Dios. De la misma manera sencilla como ellos pueden recibir al Señor, así debemos recibirle nosotros.

1 Cor.1:26-29: "Pues mirad, hermanos, vuestra vocación: que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es (lo que no vale), para deshacer lo que es (lo que vale), a fin de que nadie se jacte en su presencia."
Con frecuencia los niños son considerados débiles, necios, menospreciados... pero Dios los escogió.

Los niños necesitan la Salvación

Rom.3:23: "... por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios ...", no se indica ningún límite de edad.

Sal.51:5: "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre."
Este verso lo hace muy claro que nacemos en pecado y que por tanto los niños no son inocentes ante Dios.
(Por supuesto, este verso NO dice que el mismo acto de la concepción sea algo pecaminoso. Lo que dice es que desde el pecado de Adán, cada vida humana empieza - desde su concepción - en un estado separado de Dios. Lo mismo se expresa en Rom.5:12.)

Mat.18:11-14: La bien conocida parábola de la oveja perdida, se encuentra enmarcada por estas afirmaciones: "Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. ... Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños."
Aquí se compara el niño con una oveja perdida. - ¡El niño, mientras no se convierte, es perdido!
"Los pequeños" no se puede interpretar aquí como "las personas sencillas" o "los humildes", como dicen algunos. El capítulo 18 de Mateo empieza con que Jesús llama un niño, literalmente un niño, no "una persona sencilla", y habla acerca de este niño (Mat.18:2-3). En este mismo contexto el Señor sigue hablando de los "pequeños" (verso 6), y en este mismo contexto relata también la parábola de la oveja perdida.

Gén.25:22: "Y los hijos (Jacob y Esaú) luchaban dentro de ella (esto es, en el vientre de su madre); y ella dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo?" - Is.48:8: "...por tanto te llamé rebelde desde el vientre."
Este incidente ilustra una vez más que el pecado se puede manifestar en un niño a muy temprana edad, incluso antes de nacer.

2 Reyes 2:23-24: "Después subió (Eliseo) de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos."
Aunque aquí no dice nada exacto sobre la edad de estos muchachos, podemos concluir de este pasaje que los muchachos desobedientes e irrespetuosos tienen que cargar ante Dios la responsabilidad por su pecado. ¡Cuánto más es necesario que conozcan el camino del Señor a temprana edad!

¿Son los niños "inocentes"?
Existen muchas iglesias, incluso algunas que desean fundamentarse estrictamente sobre la Palabra de Dios, que no toman en cuenta los principios que acabamos de mencionar (¿quizás porque parecen "palabras muy duras"?) Entonces enseñan que los niños pequeños son inocentes, sin pecado, y que empiezan a ser pecadores solamente cuando alcanzan una determinada "edad de la responsabilidad". A primera vista, esto parece razonable. Sin embargo, si enseñamos que los niños son inocentes, entramos en conflicto con algunas verdades fundamentales de la Palabra de Dios:
- Estaríamos negando el efecto del pecado original sobre toda la humanidad (Rom.3:23, 5:12).
- Estaríamos negando la fe en Cristo como único camino de salvación (Juan 14:6, Marcos 16:16).
- Estaríamos enseñando que la salvación puede perderse: Si sostenemos que los niños son inocentes y por tanto son salvos, entonces tendríamos que enseñar que llega algún momento en su vida donde empiezan a pecar y a perderse. Esto está en conflicto con Juan 5:24 y 10:28-29 donde dice que el que es salvo, no vuelve a perderse. - Si un cristiano se aparta de la salvación por su propia voluntad, entonces se trataría del terrible caso descrito en Hebr.6:4-6, del cual dice que un nuevo arrepentimiento ya no es posible. Entonces tendríamos que tratar a cada persona adulta que no es creyente, como un "cristiano apóstata" para el cual ya no hay esperanza. Por supuesto, una tal opinión sería cruel y absurda; pero es la consecuencia lógica de la enseñanza de que los niños pequeños son salvos.

Algunos expositores sostienen que los versos como Romanos 3:23 no se pueden aplicar a los niños porque ellos todavía no tienen conocimiento de la Palabra de Dios y por lo tanto no pueden pecar conscientemente. Ellos dicen: "¿Cómo puede Dios juzgar a alguien que no ha tenido la oportunidad de conocer Su voluntad?" - Este mismo argumento se utiliza también en contra de las misiones en países no alcanzados: "¿Cómo podemos decir que Dios va a juzgar a los paganos, si ni siquiera han tenido la oportunidad de escuchar el Evangelio?" (Entonces sería mejor nunca predicarles, porque mientras no escuchan el Evangelio, serían salvos.) Si los cristianos europeos de los siglos pasados hubieran hecho caso a este argumento, hoy no existiría ninguna iglesia cristiana en Perú.
El mismo libro de Romanos da la respuesta a este argumento: "...porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se los manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa." (Rom.1:19-20)
(Dos versos que parecen decir lo contrario):
Hay dos pasajes de la Biblia que a veces se interpretan mal para enseñar que no es necesario evangelizar a los niños. Daremos a continuación la interpretación correcta de ellos, según su contexto:
Marc.10:14-15: "Dejad a los niños venir a mí ... porque de los tales es el Reino de Dios." Esto a veces se interpreta como si ellos estuvieron automáticamente en el Reino de Dios. - NO: los niños tienen que venir a Cristo para recibir el Reino, porque así dice el verso 15. Mientras no vienen ni lo reciben, todavía no están dentro. (Lo que sí dice es que para un niño es mucho más fácil recibir el Reino que para un adulto.)
1 Cor. 7:14: "Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos." ¿Dice aquí que los hijos de padres cristianos son "automáticamente" salvos? - La palabra "santo" significa "separado, apartado para Dios", o también "legítimo según la Palabra de Dios". (En 1 Tim.4:5 se aplica al alimento que puede comerse legítimamente.) Los hijos de padres creyentes están bajo una bendición y protección especial de Dios (Sal.115:14, 128:3-6, Ex.20:5-6). Pero este verso no habla acerca de la Salvación eterna. La misma palabra ("santo", "santificado") se usa aquí también para el cónyuge no creyente. Entonces, si queremos interpretar este verso de manera que los hijos de padres cristianos serían salvos, tendríamos que enseñar también que el esposo de una mujer cristiana sería automáticamente salvo. Es claro que esta interpretación contradice la enseñanza de toda la Biblia, y aquí especialmente al verso 16.
- El contexto demuestra que aquí se trata de la pregunta si un cristiano debía divorciarse de su cónyuge no creyente. Pablo responde: No, porque la incredulidad del cónyuge no anula el matrimonio; el matrimonio es "santificado" (legítimo ante Dios) aun en este caso. Si no fuera así, tendrían que separarse también de sus hijos no convertidos; pero ahora los hijos son "santos" (=hijos legítimos ante Dios, aunque no fueran creyentes).

El mandato de evangelizar a los niños

Marc.16:15-16 "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura..."
Esto incluye toda la humanidad, sin límites de edad.
Mateo 18:11-14 Sobre la parábola de la oveja perdida ya hablamos
arriba. - Dios no quiere que un niño se pierda; por eso tenemos que buscarlos y evangelizarlos.
Cuidado: no debemos manipular ni presionar a los niños. No hay que hacer llamados colectivos a los niños porque esto lleva a muchas "pseudo-decisiones".

La decisión del niño debe ser:
- voluntaria
- personal
- con entendimiento.

Es NECESARIO conversar personalmente con cada niño que manifiesta el deseo de entregar su vida a Jesús, para asegurar que el niño realmente entienda lo que está haciendo, y lo haga por voluntad propia.
Juan 16:8-11: "Y cuando él venga (el Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado."
Un ingrediente esencial de la conversión es la convicción del pecado. Un niño que no está convencido de su propio pecado y de su necesidad de perdón, no está listo para convertirse. (¡Lo mismo se aplica a los adultos!) - Para esto también, no hay límite de edad, porque es la obra del Espíritu Santo y no depende de las capacidades intelectuales o psicológicas del niño. Existen niños de cuatro años que son más conscientes de su pecado que muchos adultos. Si un niño se convierte a raíz de esta obra del Espíritu Santo en él, su conversión es igualmente real y duradera como la de un adulto.

El mandato de enseñar a los niños

- a los padres:
Dtn.6:6-9: "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes."
Las primeras personas que tienen el deber de enseñar a los niños, son sus padres. Se trata aquí de un mandamiento de suma importancia, porque es la continuación inmediata del "mandamiento más grande": "Oye Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas." (Dtn. 6:4-5). De hecho, gracias a la obediencia a este mandamiento mantuvo la nación judía su identidad como nación, a pesar de estar dispersada por todas las naciones durante más de 1800 años. Este mandato, que los padres enseñen la Palabra de Dios a sus hijos, tiene también muchas consecuencias para la estructura de la iglesia, que todavía muy poco han sido realizadas.
Sal. 78:5-8: "El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel,
la cual mandó a nuestros padres,
que la notificasen a sus hijos;
para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán;
y los que se levanten lo cuenten a sus hijos,
a fin de que pongan en Dios su confianza,
y no se olviden de las obras de Dios;
que guarden sus mandamientos,
y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde ..."

Si los niños no son enseñados en la Palabra de Dios, ellos también se convertirán en una "generación contumaz y rebelde".

- a los líderes de la congregación:
Dtn.31:12-13 "Harás congregar al pueblo, varones y mujeres
y niños, ... para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios ..."
La segunda persona que tiene el deber de enseñar a los niños, es el líder del pueblo de Dios. Los niños son incluidos en la congregación, igual que los varones y las mujeres.

- en general:
Prov.22:6
: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él."
Este verso nos demuestra, en forma general, el principio de que la niñez es la mejor edad para recibir enseñanza. Al enseñar a los niños, podemos esperar resultados mucho mejores que al enseñar a adultos.

Nota: La escuela no es un mandato bíblico. El gobierno civil no tiene ningún mandato para la enseñanza de los niños. Cuando un profesor o maestro se hace cargo de una parte de la educación de un niño, lo hace como "encargado" de parte de los padres. Es muy importante que nosotros como cristianos recuperemos esta perspectiva bíblica, frente a las fuertes tendencias en algunos países de monopolizar la educación de los niños por parte del estado.

El mandato de corregir a los niños

1 Sam.2:29-30: "¿Por qué ... has honrado a tus hijos más que a mí ...? Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco." - 1 Sam. 3:11-14: "... Yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado."
Elí es juzgado por Dios por no haber corregido a sus hijos. Como padre, él era responsable no solo de enseñarles, sino también de corregirles cuando actuaban mal.
Prov. 29:15.17: "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma." (Vea también Prov.22:15, Ef.6:4b).
Con frecuencia se comete el error de consentir demasiado a los niños pequeños ("ellos son pequeños, todavía no entienden..."), y después tratar de corregir a los adolescentes rebeldes con medidas demasiado drásticas. Es al revés: el niño pequeño tiene que aprender a "vivir según las reglas" tan pronto como es capaz de manifestar su voluntad propia, mientras a los adolescentes a menudo hay que dejar que aprendan por sus propios errores y por las experiencias que hacen.

El mandato de respetar y animar a los niños

¡El deber de corregir no excluye el respeto! El respeto es algo mutuo: de la misma manera como esperamos que los niños nos respeten como padres, profesores, etc, nosotros debemos también respetar a ellos.

Mat.18:5-6: "Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar."
Jesús se identifica con los niños. El dice que de la manera como tratamos a un niño, así tratamos al Señor mismo.
Mat.18:10: "Mirad que
no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos."
El menosprecio es una de las formas como se manifiesta la falta de respeto. Los niños no son solamente "esos chiquitos", "esos enanitos" - ellos son personas de igual valor y dignidad como una persona adulta.
Col.3:21: "Padres,
no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten."
Lástimamente, muchos niños están desanimados por causa de la manera como sus padres (u otras personas) los trataron.
Ef.6:4: "Y vosotros, padres,
no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor."
En este verso tenemos la síntesis de los dos principios mencionados. Un padre sabio, una madre sabia encontrará la forma de dirigir y corregir a sus hijos, de una forma que no los "provoque", sino los anime a seguir adelante; que no destruya su autoestima, sino los edifique. Una tal estilo de educación reflejará lo que Dios Padre nos mostró en su propia persona: La autoridad suprema, combinada con el amor supremo. Educar a un niño de esta forma es un arte difícil, y probablemente nadie lo dominará perfectamente - pero justamente por eso es necesario dedicar mucho tiempo y esfuerzo para aprenderlo. Quizás no haya ningún mejor reflejo de Dios en la tierra que un buen padre.

El mandato de hacer participar a los niños en nuestras experiencias con Dios

Sal. 102:17-18: "(Dios) habrá considerado la oración de los desvalidos, y no habrá desechado el ruego de ellos. Se escribirá esto para la generación venidera; y el pueblo que está por nacer alabará a JAH."
Cuando Dios hace una obra en nuestras vidas, los niños deben ser parte de esta experiencia. Así aprenden a alabar al Señor por las experiencias reales que hicieron con El, no solo por las historias antiguas que escucharon.
El mejor lugar para aprenderlo es, una vez más, la familia. Cuando padres e hijos oran juntos por el trabajo de papá, la salud de la tía, los estudios de los hijos ... siempre habrá oportunidades para señalar a los niños: "Mira, Dios ha respondido nuestra oración. ¡Vamos a darle gracias juntos!"

El mandato de interceder por los niños

Lam. 2:19: "Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias;
Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor;
Alza tus manos a el
implorando la vida de tus pequeñitos,
Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles."
Los niños son generalmente los más débiles de la sociedad. Por tanto son los que necesitan más protección, tanto en lo material como en lo espiritual. Con nuestra intercesión levantamos un muro de protección espiritual alrededor de los niños.

El padre como sacerdote de su casa (familia)

Jos.24:15: "...pero yo y mi casa serviremos a Jehová."
Josué se compromete no solo a servir al Señor de manera individual, sino a encabezar toda su familia en el servicio del Señor.
Ex. 12:21-27: "...Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. ...
Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto ..."
La Pascua era desde sus inicios una celebración en familia. A un hijo le corresponde iniciar la conversación con una pregunta, y al padre le corresponde en respuesta enseñar a su familia y dirigir la celebración.
Hech.2:46: "...y partiendo el pan
en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón..."
La Santa Cena (= la continuación de la Pascua) se celebraba en las casas (=familias).
Hech. 5:42, 16:40, Rom.16:5, 16:23, 1 Cor.16:19, Col.4:15: La iglesia se reunía en casas (= en familia, con los niños)

Los siguientes versos nos demuestran que según el propósito bíblico, el padre terrenal es reflejo de lo que es Dios como Padre:
Mat.7:9-11:
"¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?"
Ef.3:14-15: "Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia (literalmente: paternidad) en los cielos y en la tierra"
Hebr.12:7-9: "Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos (los padres terrenales), ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste (Dios) para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad."

El propósito y llamado de Dios en la vida de un niño

Jer.1:5-7: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. - Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. - Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande."
El llamado de Dios para Jeremías estaba determinado antes de su nacimiento, y empezó a manifestarse muy temprano en su vida.
Sal.139:14-17: "...Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas."
Para cada persona, Dios tiene un propósito establecido aun antes del nacimiento. Esto significa que cada niño en este mismo momento ya tiene sobre su vida un llamado único y personal de parte de Dios. Pero, ¿hasta qué punto se cumplirá este llamado en la vida de este niño? La respuesta depende en gran medida de nosotros quienes enseñamos a este niño.

Dios puede usar a los niños creyentes en Su obra
Ejemplos: Samuel (1 Sam.3), David (1 Sam.17:34-37), la criada de Naamán (2 Reyes 5:2-4), Josías (2 Crón.34:1-4), Jeremías (Jer.1:5-7), Daniel (Dan.1:3-21).
Hech. 2:17: "Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños."
Los niños pueden recibir al Espíritu Santo y sus dones.
-> Hechos 21:8-9: "... Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban."
Puesto que en aquella cultura las muchachas se casaban a una edad muy temprana, por lo menos las menores de estas cuatro hijas deben haber sido niñas.
Salmo 8:2 / Mateo 21:16: "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo."
La alabanza de los niños es un arma espiritual poderosa.
Juan 6:8-9: "Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?"
El comentario de Andrés - "¿qué es esto para tantos?" - refleja la actitud de muchos líderes que desprecian la contribución de un niño. Un niño que ora, que canta una alabanza, que cuenta su testimonio, que ayuda a otro niño ... no lo hará con las mismas "palabras religiosas" como lo haría un adulto; probablemente se pondrá nervioso o tímido y no lo hará de una manera "perfecta". Pensamos de la contribución de un niño como algo muy pequeño. - Pero la respuesta del Señor fue muy diferente: El recibió esta pequeña ofrenda del niño, dio gracias por ella, y la usó para alimentar a más de 5000 personas. La contribución más insignificante (a nuestro parecer) de un niño puede multiplicarse en las manos del Señor y obrar un gran milagro.

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Parte 2: El pastor como promotor y facilitador del ministerio con niños

Parte 3: Estrategias para el desarrollo de la obra con niños

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