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Andrew Strom

El movimiento más radical

Los primeros años del Ejército de Salvación

El año 1878 vio el nacimiento de uno de los movimientos de avivamiento más escandalosamente radicales, más celosos y más ungidos en toda la historia de la iglesia. Estoy hablando del Ejército de Salvación, que en sus primeros treinta años fue uno de los movimientos cristianos más extremos, más inusuales y más eficaces. En su mayoría fue compuesto por jóvenes celosos, y dirigido por un "dínamo" espiritual, de nombre William Booth. Esta fue la respuesta de Dios cuando se necesitaban medidas extremas para combatir la apatía y la insensibilidad espiritual de aquellos tiempos. Y sin duda, hoy vivimos nuevamente en tiempos parecidos.

Originalmente se llamó simplemente "Misión Cristiana", pero la organización de Booth ya tenía un sabor a avivamiento. Y cuando se volvieron "militares" en 1878, con banderas, himnos de batalla, uniformes, etc, esto "explotó" a nivel mundial. Booth mismo fue el primer general del ejército. Esto fue más que simple trabajo misionero. Fue una guerra santa contra las tinieblas y contra el diablo. El lema de Booth fue: "Anda tras las almas, y anda tras las peores." Fue nada menos que una guerra total.

Dentro de cinco años de volverse un "ejército" al estilo militar, las cincuenta estaciones misioneras de Booth habían crecido a 634 cuerpos (106 de ellos en otros continentes). Y sus soldados eran de los discípulos de Jesús más innovadores, audaces y guerreros que jamás habían caminado sobre la tierra.

Hubo mucha oposición. Durante el año 1882, tan solo en Inglaterra, 669 salvacionistas fueron atacados físicamente, 56 locales del ejército fueron destruidos enteramente o parcialmente, se formaron "ejércitos de esqueletos" de delincuentes y peleanderos para atacar a los salvacionistas, y 86 soldados del ejército de salvación fueron encarcelados por haber causado disturbios en las calles. Hubo disturbios públicos en casi todo lugar adonde iban. Y llenaron los titulares de los periódicos alrededor del mundo entero.

En los años siguientes, las cosas se volvieron todavía más extremas. En el año 1884, 600 salvacionistas fueron detenidos y encarcelados en Inglaterra por las autoridades.

El ejército declaraba siempre que ellos tenían el derecho de llevar a cabo sus marchas y sus reuniones al aire libre; y que era una restricción de la libertad religiosa, negarles este derecho. Y ellos iban alegremente a la cárcel en defensa del derecho de proclamar el evangelio en las calles. De hecho, ellos se negaron por principio a pagar aun la multa más pequeña, y entonces la cárcel fue inevitable.

Pero ellos hacían siempre una marcha inmensa y muy ruidosa, acompañando a los soldados detenidos a la cárcel; y otra marcha para acompañarlos cuando salieron de la cárcel. Un salvacionista de Nueva Zelandia declaró después de una tal ocasión: "La ciudad entera estaba emocionada. Hubo mucha publicidad para nuestro ejército, almas fueron salvadas, dinero entró, y el nombre de Dios fue glorificado."

Un juez exasperado exhortó a otro contingente de soldados detenidos, "que lean y mediten en sus Biblias un poco más, que hablen menos, y que confíen menos en el ruido de tambores e instrumentos de metal. Los tambores y trompetas son un acompañamiento apropiado para un circo, pero están fuera de lugar en un día domingo en una ciudad tranquila como Milton." - Exhortaciones como esta no tenían ningún efecto.

Como dije, los salvacionistas eran conocidos por su música ruidosa de banda de metal (esta fue la música más bulliciosa que existía en aquel tiempo), y sus prédicas ungidas, muy directas y prácticas, en las calles. Fue común para ellos, formar bandas con instrumentos atados por pedazos de cuerdas para que no se deshicieran, y con músicos que apenas sabían tocar. Un testigo describió la bulla de una tal banda "como una banda que se había vuelto loca".

Ellos usaron a menudo canciones populares mundanas, cambiando su letra para convertirlas en himnos de batalla o cánticos de alabanza. (N.d.Tr: Algunos de ellos son conocidos hasta hoy como "himnos antiguos" en las iglesias.) Como dijo William Booth: "¿Por qué debería el diablo tener toda la música buena?" (Un dicho que fue también atribuido antes de él a Martín Lutero y a John Wesley.)

El ejército de salvación temprano fue realmente escandaloso según los estándares victorianos de aquellos tiempos - de hecho, según cualquier estándar. Pero mientras la gente respetable de las iglesias se escandalizaba, miles y miles de pecadores se convirtieron, a menudo de los sectores socio-económicos más bajos - la misma clase de gente a los que había ministrado Jesús.

En aquel tiempo como hoy, los salvacionistas libraron una guerra contra la pobreza y el hambre por todas partes. Como los apóstoles, estaban interesados no solo en la evangelización, sino en la transformación de la persona entera - espíritu, alma y cuerpo. El Ejército de Salvación fue conocido alrededor del mundo por su ayuda práctica a los pobres y necesitados, como la iglesia primitiva.

Con sus banderas en amarillo, rojo y azul, con las letras "SANGRE Y FUEGO", y sus uniformes similares a los uniformes de guerra de aquellos tiempos, ellos eran los comandos de Dios para el ataque espiritual - evangelistas sin miedo y radicales para Jesús. Era común para ellos orar por noches enteras (ellos llamaron la oración "ejercicio de rodillas") y después predicar el día entero.

En 1883, el Ejército de Salvación llegó a Nueva Zelandia. La "fuerza de invasión" consistía en el teniente Eduardo Wright, de 19 años de edad, y el capitán Jorge Pollard, de 20 años. No hubo nadie más. Los recursos del general Booth estaban estrechos por la demanda enorme de oficiales del Ejército de Salvación por el mundo entero. A pesar de ello, dentro de muy poco tiempo el ejército hizo noticia en los titulares por toda Nueva Zelandia, y sus reuniones en las calles estaban repletas de gente. Dentro de nueve meses, este joven ejército reportó 5000 convertidos. - Este escenario se repitió por el mundo entero.

En muchos aspectos, el Ejército de Salvación fue una cruzada de jóvenes. Muchos de los oficiales eran muy jóvenes, pero extremamente celosos. En muchas maneras, su juventud fue una gran ventaja y ninguna desventaja.

En Nueva Zelandia, como en Inglaterra, los salvacionistas fueron detenidos en números significantes durante el primer tiempo. Pero mientras se acumulaban los casos judiciales, estas detenciones causaron tales protestas públicas que el parlamento de Nueva Zelandia promulgó una legislación especial para impedir que los consejos municipales procesaran al Ejército de Salvación. De esta manera, los encarcelamientos terminaron.

Sin embargo, los salvacionistas tenían también problemas enormes de parte de los "ejércitos de esqueletos", y de las turbas violentas que a veces se formaron para poner fin a sus reuniones. Había literalmente tumultos en las calles de Inglaterra y alrededor del mundo, cuando el Ejército de Salvación tenía sus marchas y reuniones al aire libre. Por lo menos una oficial en Inglaterra fue pisoteada a muerte por una turba enojada, y muchos otros fueron seriamente heridos. Y asombrosamente, en muchos lugares los pastores locales estaban involucrados en incitar a estas turbas. Como sucede a menudo en avivamientos, un gran número de los líderes de iglesias en aquel tiempo se opusieron amargamente a este nuevo mover de Dios, y a sus características innovadores y radicales. Probablemente tenían también cierta envidia. Y seguramente, muchos de ellos fueron motivados por un deseo elitista de mantener la fe "pura" y en ámbitos elevados, sin permitir que descienda a la gente de la calle, donde moraban los salvacionistas. ¡Música ruidosa y prédicas en las calles! Aparentemente, a estos líderes opositores no les importaba que muchos pecadores estaban encontrando a Jesús, y que Dios estaba siendo glorificado.

En 1912, el viejo guerrero, el general William Booth, pasó a la gloria. Fue realmente el fin de una época - una época que había visto algo del cristianismo más radical, más ungido y más eficaz en toda la historia de la iglesia. Pero como muchos movimientos después de la muerte de sus fundadores, el Ejército de Salvación entonces empezó poco a poco a acomodarse, a volverse "respetable". Y gradualmente perdió su innovación y su filo radical, guerrero, que había sido tan característico.

De hecho, esto es usual en los movimientos de avivamiento, pero es siempre triste verlo. Los movimientos de Lutero y de Wesley, e incluso la iglesia primitiva, todos se fueron gradualmente por el mismo camino después de la muerte de sus fundadores.

El Ejército de Salvación de hoy es más conocido como una institución amable e inofensiva de bienestar social, y ya no como una tropa de evangelistas guerreros atrevidos. Los uniformes antiguos todavía están en uso, pero la "guerra" es cosa del pasado remoto. La forma exterior permanece, pero el "corazón" se ha desvanecido poco a poco.

Pero la visión, la pasión y el celo de los primeros salvacionistas nunca morirá por completo. Las historias del pasado siguen siendo una gran inspiración hoy como antes. Y yo creo que pronto veremos levantarse un similar movimiento en las calles en nuestros tiempos (porque los tiempos son igual de desesperados, o aun más, de lo que eran entonces).